Capítulo 4

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Estos días libres me están viniendo genial, he aprovechado para hacer un millón de cosas, pero a la vez para no hacer ninguna. He ido de compras, he quedado con mis amigas de la universidad, he visto películas, series, he escuchado música, he leído, he ido a la playa, pero no para bañarme, si no para pasear... Los he disfrutado mucho, muchísimo, pero ya casi es el momento de volver a trabajar.

Mañana por la tarde tengo que ir a la clínica para que Jimena me lleve a casa de Gavi, hoy por la mañana le operaban, así que mañana a la hora de la comida ya estará de vuelta. Simplemente le voy a ir a conocer y a hacer el horario y planear las sesiones de fisio.

Mentiría si dijera que no estoy nerviosa, porque lo estoy y mucho. Ahora mismo estoy sentada en la playa, viendo como atardece. Es algo que me encanta hacer, y los atardeceres en Barcelona son increíbles. En verdad me gustan los atardeceres en cualquier lugar, pero verlos en la playa es algo imposible de superar. Aunque esté sola es uno de mis planes favoritos para hacer en cualquier momento.

Y es porque no me importa estar sola. Me encanta la soledad, hace mucho tiempo que aprendía a amarla, a sentirme arropada estando sola. Aprendí a que me gustara por las malas, a la fuerza, pero ahora es una de las cosas que más disfruto en la vida. Me ayuda a pensar, a concentrarme, a aclararme... A veces es mejor estar sola que mal acompañada, eso también lo aprendí por las malas. Pero así es la vida, ¿no?

Mis pensamientos se cortan cuando mi móvil empieza a sonar en la toalla en la que estoy sentada.

-Hola- contesto a la llamada de mi jefa

-Hola querida- me saluda con energía- ¿Qué tal tus días libres?

-Muy bien, estoy mucho más tranquila- me río suavemente porque es justo lo que me dijo ella que pasaría- Los he aprovechado para hacer todo lo que me gusta

Estoy un rato hablando con Jimena por teléfono, contándole un poco lo que he hecho durante estos días. Para mi ella es como otra madre más, porque me cuida como si fuera su hija.

-Mañana ven a la clínica a las cinco- me dice cuando ya nos vamos a despedir

-Vamos a ir a casa de Gavi ¿no?

-Sí, pero antes quiero hablar contigo y hacer un pequeño guion para que puedas explicarle las cosas sin olvidarte de nada

-Gracias- le agradezco de todo corazón- Sabes que cuando me pongo nerviosa se me olvida todo lo que tengo que decir- escucho como Jimena se ríe y yo hago lo mismo

-Bueno, mañana nos vemos- se despide- Descansa bien cariño

-Hasta mañana- cuando termino de decirlo cuelgo

Durante algunos minutos más, me quedo observando el cielo. Los colores del atardecer ya casi han desaparecido, pero me sigue transmitiendo paz, así que me quedo un rato más, sin hacer nada, solo pensando en mi vida.

Cuando ya se hace de noche decido volver a mi piso, mis padres me van a llamar y prefiero hablar con ellos desde casa.


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Ahora mismo estoy en el coche con Jimena, de camino a casa de Gavi, que está con sus padres. Voy sentada en el asiento delantero del coche de Jimena, mientras ella conduce.

Un paso másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora