Capítulo 39

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Lucía:

-Pablooo- repito desesperada- El taxi ya está aquí, y vamos a perder el AVE como no te des prisa

-Ya estoy, solo tenía que coger los AirPods- dice volviendo al salón

-Por fin...- mascullo yendo hacia la puerta- Me estresa tú impuntualidad

Pablo no dice nada, pero se acerca a mi para darme un suave beso en los labios antes de ir hacia la puerta. A pesar de que es un contacto suave y corto siento como el pulso se me acelera.

-¿No vienes?- pregunta Pablo con una sonrisilla

-Cállate- cojo ambas maletas y le sigo hasta el taxi que nos espera fuera de la casa

El taxista nos deja en la puerta de la estación de Sants, y antes de bajarnos del coche Pablo se pone la capucha y unas gafas de sol.

-Pareces un espía- bromeo entrando a la estación

-Cállate- se ríe yo hago lo mismo

Hemos llegado un poco justos de tiempo, así que en cuanto nos montamos en el AVE no tarda casi nada en arrancar. 

-Casi no llegamos- le digo a Pablo cuando nos sentamos en nuestros asientos- Por tu culpa

-Pero no lo hemos hecho- me sonríe como si no hubiera roto un plato en su vida y soy incapaz de enfadarme con él

-¿A qué hora es tu evento?- le pregunto

-A las cinco y media creo

-¿Cómo no lo vas a saber seguro?

-No sé, simplemente no me interesa- responde encogiéndose de hombros

-Pablo me estresas- le susurro y él me vuelve a sonreír

Se ha quitado las gafas de sol, pero sigue llevando la capucha puesta para que no le reconozca nadie.

-Pero aún así te encanto- bromea

-Me encanta tu grandísimo ego- le sigo la broma haciendo que se ría

-Y a mi me encantas tú- me susurra y no puedo evitar darle un beso

Los dos nos ponemos a ver una serie y un rato después, cuando voy a comentarle algo a Pablo, al mirarle veo que está completamente dormido. Pensaba que simplemente se había apoyado en mí para estar más cómodo, pero simplemente se ha dormido.

No puedo evitar sacarle una foto, está demasiado mono. Parece tan relajado y tan tranquilo, todo lo contrario a como es estando despierto. 

Aprovecho para hablar con Izaro. Hace un par de días de lo que pasó en su casa, y ahora mismo se está quedando unos días en casa de Pedri. No sé si es porque ella no lo quiere admitir, no me lo quiere decir o no se da cuenta; pero se nota que entre Pedri y ella hay algo. Puede que no sea algo romántico, o puede que sí, pero ahí hay una conexión. EL otro día pude ver como Pedri se preocupaba por ella, vi como reaccionó cuando escuchamos los gritos, como corrió hasta ella. Y estoy segura que no se marchó, si es que en algún momento se llegó a marchar, hasta que comprobó que Izaro estaba bien.

-Lu- de repente noto como Pablo me sacude por los hombros

Abro los ojos para ver que todo el mundo ya se está levantando. No me he dado cuenta de haberme quedado dormida, y de repente ya estamos en Madrid.

-Venga, tenemos que irnos- me dice Pablo

Me levanto del asiento y cojo ambas maletas. Antes de salir del tren Pablo se vuelve a poner las gafas y se ajusta un poco más la capucha de la sudadera. 

Un paso másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora