Capítulo 15

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Lucía:

-¿Por qué te saltas esa canción?- me pregunta Gavi molesto

-Porque no me apetece escucharla

-Pero a mi sí

-Pero es mi coche

-Eso no es justo, me habías dejado poner la música

Suelto un suspiro y vuelvo a poner la canción anterior; por el rabillo del ojo veo como Gavi sonríe.

Ahora mismo estamos en mi coche, de camino a casa de Gavi. Hace poco que hemos salido de la Ciudad Deportiva, donde después del meet and greet, Xavi ha estado hablando con los jugadores, y conmigo. Luego, antes de salir, hemos estado un buen rato charlando con todos los chicos, que han sido muy majos conmigo; incluso me llevo bastante bien con Ferrán, Fermín y Pedri. Coincidimos bastante en nuestro gusto por molestar y hacer enfadar a Gavi.

Miro de reojo a Gavi que va medio tarareando la canción que está sonando; pero sé que algo le pasa porque no para de mirarme y unos instantes después aparta la mirada.

-¿Qué te pasa?- le pregunto tras unos minutos así

-¿A mi?- yo asiento- Nada, nada

-Ya...- ni él mismo se lo cree

-De verdad, que no me pasa nada- insiste, y yo dejo que pasen unos segundos en silencio hasta que él carraspea y me mira- Y... ¿quién era el chico con el que hablabas?

-¿Cuándo? ¿En la firma?- Gavi asiente con la cabeza- Era Mario, un amigo de la carrera

-Mario...- repite su nombre en bajo y yo le miro intentando no reírme- Parecías contenta de verle

-Sí, hacía un tiempo que no hablábamos y éramos muy amigos en la carrera

El silencio vuelve a reinar en el coche, a excepción de la música. 

-¿Y qué tal la firma?- le pregunto cambiando de tema

-No ha estado mal- se encoge de hombros sin darle mucha importancia- La gente ha sido muy maja, y me han preguntado bastante sobre la lesión

-¿Y qué les has dicho?

-Nada, solo que me estoy recuperando para volver lo mejor que pueda

-No podrías haber dado una respuesta más básica- me río, y él hace lo mismo

-Tampoco sabía que otra cosa decirles- se vuelve a encoger de hombros- ¿Qué te han parecido los chicos?- me pregunta

-Ya te lo he dicho como cincuenta veces- pongo los ojos en blanco- Me han parecido majísimos todos; sobre todo cuando se metían contigo

-Eso no me parece bien- veo de reojo que se cruza de brazos enfurruñado- Eres mi fisio, deberías defenderme

-Tú lo has dicho, soy tu fisio, no tu guardaespaldas ni tu niñera. Y ya eres lo suficientemente mayorcito como para defenderte tu mismo

-Pero no es justo- se queja él- No me puedo defender si vais todos contra mi

-La vida no es justa Gavira- murmuro, y veo que él se pica aún más

Me mira enfadado durante unos segundos y luego se gira hacia el frente otra vez.

-No me digas que te has enfadado- él no me mira y yo me río- Eres como un niño pequeño

-No lo soy- murmura

-Sí que lo eres- quito una mano del volante y le pincho la mejilla- Eres un niño pequeño

-Tú céntrate en conducir y en no matarnos- me quita la mano de su cara y vuelve a ponérmela en el volante

-Pero si es una carretera recta, no nos vamos a matar

Un paso másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora