Capítulo 45

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Lucía:


-Te quiero

Dos palabras

Dos palabras que han conseguido que mi corazón se acelere en milésimas de segundo. Dos palabras que me han cortado la respiración y que han hecho que sienta mariposas en el estómago

-No sé si es el mejor momento para decirlo, pero es verdad- añade Pablo acariciando con suavidad mi mandíbula- Te quiero

-Y yo a ti- murmuro apoyando mi frente sobre la suya- Más de lo que te imaginas, y por eso me da miedo hacerte daño

-Pues no te vuelvas a alejar de esta manera, ¿vale?- me pide mirándome a los ojos- Habla conmigo, de cualquier cosa, aunque pienses que es mejor no hacerlo, hazlo. ¿Me lo prometes?

-Te lo prometo

-Te he echado muchísimo de menos- repite Pablo de nuevo después de besarme unos segundos

-Y yo a ti. Pero ya se ha acabado

-Se ha acabado- murmura y veo como sonríe aliviado

Yo también sonrío y vuelvo a juntar nuestros labios. Los besos son suaves, delicados... son... tiernos.

-¿Cómo has venido?- le pregunto a Pablo separándome de él

-Me ha traído Pedri

-Quería ver a Izaro ¿verdad?

-Sospecho que sí. ¿Tú crees que se han liado?- me pregunta y yo me encojo de hombros

-Venga, tengo hambre- le digo levantándome de la cama

Pablo se levanta también y camina detrás de mi. No puedo evitar sonreír al ver lo bien que anda sin las muletas. Es increíble que ya camine así de bien. Estas semanas ha avanzado una barbaridad con su recuperación, es innegable, y no puedo estar más orgullosa de él.

-¿Qué hacéis?- pregunta Pablo cuando entramos a la cocina y vemos a Izaro sentada sobre la encimera y a Pedri con unas sartenes

-La cena- responde Pedri- Espero que no te importe Lucía

-No, si ya me había dicho Izaro que la iba a hacer ella- le respondo quitándole importancia

-Que hija de puta- masculla Pedri mirando a Izaro- Me has engañado para no tener que cocinar

-Tú solito te has ofrecido- ella se encoge de hombros y él rueda los ojos

-¿Qué estás haciendo?- pregunta Pablo acercándose a los fuegos

-Comida- responde Pedri

-Yo creo que eso no se le había ocurrido- ironiza Izaro ganándose otra mirada asesina de Pedri

-¿No me digas?- ironiza él

-Solo lo digo por si acaso- Izaro se encoge de hombros y veo que Pedri pone los ojos en blanco

La verdad es que no entiendo muy bien la dinámica de su relación, pero los dos están muy felices cuando están con el otro.

Me acerco a los fuegos y me pongo al lado de Pablo. Sea lo que sea que ha estado preparando Pedri huele de muerte.

-¿Son tallarines?- me pregunta Pablo removiendo la comida

-Creo que sí- me encojo de hombros- Necesito que Pedri me diga que le ha echado porque huele de maravilla



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