Capítulo 29

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Lucía:

-Hola- me saluda Pablo en cuanto contesto a su videollamada- ¿Qué tal el viaje?

-Bien, he conseguido dormir algo en el AVE y he llegado hace un rato a mi casa- le cuento tumbándome en mi cama- ¿Tú qué tal?

-Un poco aburrido- murmura encogiéndose de hombros- Hace un rato han llegado mis padres y mi hermana para pasar las vacaciones

-¿Y cómo es que no vais a Sevilla?- le pregunto

-No sé, simplemente no vamos todos los años- mientras habla escucho que alguien le grita algo y él suspira y grita de vuelta- ¿Qué pasa Aurora?

Escucho como la puerta de su cuarto se abre y Aurora empieza a hablar con su hermano

-Auro, estoy hablando con Lucía- se queja Pablo

-Hola cuñada- dice Aurora más alto para que la oiga y luego se vuelve a dirigir a su hermano- En serio, o bajas ya a comer o te quedas sin comida. Adiós cuñada- vuelve a hablarme a mi

-De verdad, desde que se enteró está muy pesada- murmura Pablo mientras Aurora se va- Te llamo luego, ¿vale?

-Vale, hasta luego

-Hasta luego- se despide y luego cuelga

Pienso unos segundos en el día en el que Aurora descubrió que Pablo y yo estamos juntos. Estábamos en casa de Pablo viendo una peli los dos, aunque tampoco le estábamos prestando mucha atención a la película. De repente llegó Aurora mientras nos besábamos en el sofá, y por algún motivo le hizo bastante ilusión

Dejo el móvil en la cama y me levanto para inspeccionar mi cuarto. La habitación es bastante grande, pero es porque la comparo con mi prima Clara. Esta habitación siempre ha sido la nuestra en esta casa. Está decorada con cosas de cuando éramos pequeñas y de cuando hemos ido creciendo. Desde nuestros dibujos que hacíamos en infantil, a fotos con familia y amigos... 

Esta casa solo la usamos en vacaciones, incluso cuando mis padres y yo vivíamos en Tenerife y en Galicia, ya que mis abuelos viven en este pueblo; por lo que le tengo un cariño muy especial.

Me acerco a la cómoda que hay bajo la ventana y abro una cajita que siempre ha estado ahí, y que he ido rellenando con pedacitos de mi vida. Encuentro los collares que hacía con mi prima cuando éramos pequeñas, las conchas de mi playa favorita de Tenerife, un llavero de cuando viajé con mis padres a Milán...

Ver cosas de mi vida siempre me pone sentimental, pero sobre todo porque a veces echo de menos vivir en Tenerife, con sus playas increíbles y también me hace echar de menos Coruña, con su gente que te trata como si fueras familia... Sé que hace muchos años que ya no vivo en esos sitios, pero a veces me apetecería volver a ellos.

Sigo sumida en mis recuerdos, como siempre, cuando escucho como llaman a la puerta. Cuando me giro veo a mi prima Clara entrando a mi cuarto.

-Me acuerdo cuando vendíamos estas pulseras en la playa- se ríe cogiendo la pulsera de la caja- Yo creo que solo nos las compraban por pena

-Claramente- me río volviendo a guardar las cosas- Pero al menos conseguimos algo de dinero

-Eso es verdad, vamos a comer ya, ¿vienes?- me pregunta

- Sí, claro, ¿quién está cocinando?

- Los mellizos están con la parrilla

- ¿Habéis pedido comida por si acaso?- bromeo y Clara se ríe

Nuestros primos, Javier y Rodrigo, tienen quince años y les encanta cocinar con la parrilla de mi abuelo; aunque la mayoría de veces terminan quemando la mitad de la comida, pero apreciamos su esfuerzo.

Las comidas con mi familia son algo que siempre hace que me sienta genial, es como si me recargara las pilas. Todavía no estamos todos porque faltan unos de mis tíos con mis otros primos, Alicia e Ian que viene mañana para Nochebuena.

Al final la parrilla de los mellizos resulta estar muy buena y después de comer nos pasamos la tarde delante de la chimenea todos juntos, mis padres, mis abuelos, mis tíos, mis primos, y yo, simplemente charlando y jugando a las cartas como cuando éramos pequeños. Es como si fuera una tradición cuando nos juntamos.

Después de pasarnos toda la tarde juntos algunos se van a cenar, pero Clara y yo nos escabullimos al patio para tumbarnos en las tumbamos para observar las estrellas. Otra tradición que tenemos desde pequeñas; miramos las estrellas mientras nos contamos nuestros secretos, es lo bueno de tener la misma edad.

-¿Qué tal llevas las prácticas?- pregunto abriendo un paquete de chuches

-Bien, lo que me estresa es el TFG, es horrible

-Te entiendo, el año pasado pensé que no me daba tiempo a entregarlo

-A veces se me olvida que aunque tengamos la misma edad tú ya has terminado la carrera- murmura y coge un paquete de Oreos- ¿Qué tal en el trabajo?

-Muy bien, al final me contrataron donde hice las prácticas el año pasado- le cuento

-Es verdad, me dijo mi madre que habías empezado a trabajar en agosto

-Sí, y ya me he estoy llevando un caso yo misma

-¿De verdad?- me pregunta sorprendida- Sabía que eras buena fisio, pero tienes que ser muy buena

-Bueno...- murmuro poniéndome un poco roja- Es que además mi paciente es Gavi

-¿Gavi? ¿Gavi en plan Gavi el del Barça?- Clara me mira con los ojos muy abiertos y yo me empiezo a reír

-Sí, es él- respondo y Clara me mira aún más sorprendida

-Madre mía, ¿conoces a más jugadores?

-Bueno, conozco a Pedri y a Ferrán sobre todo

-Claro, lo de todos los días- ironiza y me doy cuenta que igual lo he dicho como si fuera del todo normal

-Ya, es un poco raro- admito y ella se ríe

Justo en ese momento escucho que mi móvil empieza a sonar, y al cogerlo veo que es una videollamada de Pablo, así que la contesto.

-Hola Lu- me saluda alegremente

-Hola- le saludo de vuelta

-Oye el otro día cuando te quedaste a dormir en mi casa te dejaste unos pendientes en mi baño, me he dado cuenta esta mañana

-Ah, por eso no los encontraba...- murmuro- Oye Pablo, hablamos más tarde, ¿vale? Es que estoy con mi prima

-Vale, no te preocupes. Adiós- se despide

-Adiós

Cuando cuelgo me giro de nuevo hacia Clara que me mira extrañada

-¿Qué pasa?- le pregunto

-¿Pablo en plan Pablo Gavi?- me pregunta, y yo me quedo un poco en blanco, no creía que atara cabos tan rápido

-Bueno...- murmuro

-Madre mía- exclama y me lanza una manta a la cara- No me habías contado que estuvieras saliendo con Pablo Gavi

-A ver, saliendo saliendo no diría yo

-Por lo que he oído has dormido con él, así que...

-Bueno vale, algo- admito y Clara se sienta en la misma tumbona que yo

-Ya me lo estás contando absolutamente todo- me exige y yo me empiezo a reír       



Holaaa

Este capítulo también es bastante corto, pero quería subirlo para compensar todos esos días sin capítulos. Espero q os haya gustado y q estéis disfrutando de la historia 

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