Capítulo 33

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Lucía:

En el salón solo quedamos Gavi y yo, el resto se acaban de ir con Belén y Pablo padre al comedor; pero yo me he quedado para esperar a Pablo.


Él alcanza su muleta, y me tiende las manos para que le ayude. Sé que puede hacerlo él solo, pero es el último día del año, no voy a ser cruel con él, así que le ayudo a levantarse.

-Ve tú delante- me dice- Que yo voy más despacio

-Claro, es por eso- murmuro, pero ando por delante de él hacia el comedor

-Como un putísimo guante- escucho que susurra Gavi detrás de mi 

No digo nada, pero tampoco puedo evitar sonreír un poco. No veo que le encuentra de interesante a mi culo, si es que tampoco tengo mucho.

Cuando llego al comedor veo que están trayendo algunas cosas

-¿Os ayudo con algo?- le pregunto a Belén

-No te preocupes, que ya está todo- me sonríe mientras señala una de las sillas- Siéntate ahí

Cuando me siento donde ella me ha dicho, Aurora se sienta a la mesa, y todos también llegan en ese momento. El último que llega es Pablo, que va a paso tortuga con sus muletas

-¿Por qué vas tan despacio?- le pregunto, sé que es capaz de ir mucho más rápido

-Por que estoy agotado- suspira mientras se sienta a mi izquierda

-¿De qué?- pregunta Aurora- Si no has hecho nada en todo el día

-Daros una paliza en el juego me ha cansado mucho- responde su hermano- Pero claro, vosotras habéis perdido y no lo entendéis

-Eres un idiota- murmura Aurora

-Aurora- le regaña su madre

-Es que es muy mala perdedora- dice Pablo encogiéndose de hombros

-Tú no eches leña al fuego- esta vez regaño yo a Pablo 

-Gracias cuñada, por fin alguien que me defiende en esta casa- me agradece Aurora haciendo que todos nos riámonos 

La cena transcurre entre bromas y anécdotas que nos cuenta Belén y Pablo de cuando sus hijos eran pequeños, las cuales Fermín, Javi y yo disfrutamos mientras que los hermanos se muren de vergüenza cuando cuenta algo de ellos.

-Pablo era un desastre- dice su padre- Las autorizaciones de las excursiones se las tenían que dar a Aurora porque si no no llegaban a casa

-Papá...- murmura Pablo avergonzado 

-Sigue siendo un desastre- dice Fermín- Siempre me pregunta las horas de los entrenamientos porque no se entera 

-¿Alguien más que se quiera meter conmigo?- pregunta Pablo molesto

Aurora va a decir algo, pero Belén cambia de tema antes de que pueda seguir chinchando a su hermano.

-Vamos a por las uvas, que ya casi es la hora

-Ya te ayudo yo- me ofrezco y la sigo hasta la cocina

Entre Belén y yo lavamos y ponemos las uvas en un par de boles.

-No he podido evitar darme cuenta que mi hija te llama cuñada- me comenta cuando ya casi estamos terminando y siento como me pongo roja- Tampoco he podido evitar fijarme en cómo te mira mi hijo y en lo feliz que está

-Ya, bueno, es que...- murmuro no sabiendo muy bien lo que decir

-Solo quiero darte las gracias- me dice con una sonrisa- Creo que eres lo mejor que le ha podido pasar durante esta lesión

Un paso másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora