Capítulo 12

3.3K 149 18
                                    


Noto que los ojos me pesan, que no puedo abrirlos. Durante unos segundos no sé ni donde estoy. Siento que estoy tan relajada, tan tranquila, tan...

De repente hay algo que me saca de ese trance, un ruido. Intento abrir los ojos poco a poco, pero me pesan bastante, e impiden que me despierte del todo.

Pero de pronto noto como algo se mueve debajo de mi, y eso sí que hace que abra los ojos. 

Aun con los ojos abiertos me cuesta ubicarme, sobre todo porque no estoy en mi habitación. ¿Dónde estoy? 

No tardo demasiado en recordarlo. Estoy en casa de Gavi. Más concretamente en su habitación. Estábamos viendo una peli, y no recuerdo más; me quedé dormida. 

Otra vez algo se mueve, y miro rápidamente lo que es. O más bien, quien es.

Me aparto lo más rápido que puedo al ver que es Gavi. Me pongo roja al pensar que estaba dormida encima de él. A ver, no. Encima, encima, no. Solo tenía la cabeza apoyada en su pecho, y con mi brazo apoyado en su abdomen. Yo creo que ni siquiera se podría considerar como que le estaba abrazando. No, ni siquiera eso.

Me tenso por completo cuando veo que mueve el brazo, un brazo que tiene apoyado en mi espalda, rodeándola.

-¿Qué ha pasado?- me pregunta frotándose los ojos, y con una voz...

Una voz grave, de haberse despertado hace poco. Y una voz que por algún motivo hace que se me acelere el pulso sin ningún motivo.

-Que nos hemos dormido- respondo tras unos instantes e intento que la voz no me tiemble- Mientras veíamos la película

-Eso es que era una mierda de película- dice y veo como se peina con los dedos su pelo alborotado

-Ya...- de repente me acuerdo de la bronca que tenía pendiente echarle- O es que alguien me ha despertado a las tres de la mañana sin ningún motivo

-Eso ha sido gracioso- se ríe al recordarlo, y su risa también es ronca- Tienes que admitirlo

-Sí, graciosísimo, mira como me río- me señalo la cara en la que tengo una expresión seria

-¿Por qué eres tan seria?- me pregunta

-Porque me has despertado a las tres de la mañana- digo obvia

-Es que me aburría mucho

-¿Estabas despierto?

-Sí- responde sin darle importancia

-¿Y qué hacías despierto a esas horas?- pregunto, y me doy cuenta de que sueno como mi madre

-No tenía sueño. Como no hago casi nada en todo el día tengo demasiada energía por las noches- me explica

-Podemos buscar una forma de que gastes esa energía de más- sugiero

Gavi no dice nada, pero sonríe de una forma que me pone nerviosa. Y me pongo aún más nerviosa cuando me recorre entera con la mirada.

-¿Alguna idea?- pregunta de forma muy sugerente

Tardo unos segundos de pillar a lo que se refiere, pero cuando lo hago me pongo roja al instante.

-¡Gavi!- exclamo, y le pego un golpe en el brazo

-¿Qué?- se ríe- No he dicho nada

-Pero los dos sabemos a lo que te refieres- me pongo aún más roja solo de pensarlo, y eso hace que él se ría aún más- Eres un guarro

-Tú también lo eres, porque también lo has pensado

-Déjame en paz- murmuro

Me separo un poco más de él, porque me da la sensación de que está demasiado cerca de mi. Apoyo la espalda en el cabecero de la cama y dejo de mirarle; aunque sé que él sí que me está siguiendo con los ojos.

Un paso másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora