Atrápame

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Nueve:

Cada vez me siento más confundido, me estoy involucrando demasiado... no debería hacerlo. Mis piernas no parecen cansarse, el trote me mantiene relajado. Llevo al menos unos ocho kilómetros recorridos.
Solo han pasado cuatro días exactamente desde que llegamos y aun no tengo ni la menor idea de que rumbo tengo que tomar, mantener un perfil bajo será muy difícil y ocultar a Emily por más tiempo será imposible.
Dejó de correr para tomar aire y miro a mi alrededor, campo y a lo lejos la ciudad, me he alejado mucho de la casa de Leila pero necesitaba pensar tranquilamente.

No soy Sophie ni Phoe definitivamente, ellas siempre tenían un plan siempre sabían que hacer. Yo... sigo perdido en busca de quien soy.

Perdido entre un sueño y una realidad.

-Sabes que las cámaras cubren toda esta área.-ni si quiera me inmuto.
-Por eso he venido aquí, sabía que vendrías.-respondo y me reincorporo.- ¿Has sabido algo nuevo?
Valent asiente lentamente-Por desgracia sí.
-¿A qué te refieres con "desgracia"?
-Romanos, han atacado a su familia de acogida en España. La están rastreando, pronto sabrán que está en Lagos y vendrán por ella. No puedes mantenerla más oculta Tom.
-No hay lugar más seguro en todo el mundo que esté Valent, si la junta se da cuenta de quién es su padre... la matarán y con eso se llevará a Leila.-la rubia ladea la cabeza un poco hacia la izquierda y me mira directamente a los ojos.- ¿Qué pasa?
-Tú... solo recuerda que es ella, hija de quien es. Sé que las reglas han cambiado mucho desde que su familia se dio a conocer, técnicamente Nicolás y Phoebe no rompieron ninguna regla. Pero una cosa es tu vigilado y otra cosa es el vigilado de alguien más, tercera regla. Lo sabes, pueda ser que no terminaste la academia pero en primer año ven las reglas, muchas han sido modificadas pero la regla tres sigue en pie, no mezcles los sentimientos con el trabajo. Recuerda que es ella y quién eres tú.

Quien soy yo, interesante... asiento y ella me da un leve asentimiento.

-Y... mucho menos en su vigilante, estás jugando con juego Tomas. Solo haz tu trabajo y volverás a tu vida normal.-entre cierro los ojos.-La casa de Leila no es un buen lugar para cinco vigilantes, un mortal y una semidiosa. Tienes que ocultarla mejor, no puedo seguir cambiando las grabaciones sin que la junta sede cuenta, solo tienes una opción Tomas, sácala de Lagos o sino... de nada servirá seguir cambiando las grabaciones si los romanos dan con nosotros la junta irá detrás de ella. Es todo lo que sé por ahora, si consigo un poco más te encontraré.

Y con eso último Valent desaparece en el aire, tiene razón. Lagos tampoco es seguro, hora de hacer un viaje.

Los ojos azules de la rubia me miran fijamente por un momento miran la pared que hay detrás de mí y nuevamente dirigen su atención a mí.
-Bien.-acepta finalmente.-Pero iremos con una condición.
Me cruzo de brazos y la miro esperando a que hable.
-Un viaje de tres.
-Cinco.-tanteo.
-Tres.-continúa ella.
-Cuatro.-intento nuevamente.
-Bien.-accede.-Elige, Michael, Anthea o Carter.

Maxi necesitará a alguien cerca, Carter y Michael, pueden protegerlo. Tendrán que permanecer aquí.
-Anthea.-digo finalmente.-Carter y Michael se quedarán con Maxi aquí pero no se de lo que son capaz esos dos así que primero tendré que hablar con alguien de confianza, alguien que les mantenga un ojo encima a los tres.
-¿Una de tus hermanas?-pregunta Leila con una ceja alzada, asiento.
-Sé que Phoe no se negará.
-Te doy tres horas para que vayas.-miro mi reloj de muñeca izquierda, dicen que son las doce en punto, en España el sol se estaría ocultando. Asiento y cierro los ojos, si me da tres horas tengo que ser rápido.

Phoe.

El efecto recorre todo mi cuerpo, abro los ojos y me encuentro en frente de su casa hay una niña en el pequeño jardín tiene varios tulipanes en sus manos. La puerta se abre y veo a la castaña acercársele a la niña pero su movimiento se detiene y alza la mirada rápidamente, le sonrió sin mostrar mis dientes y ella me da una mirada cariñosa.
La niña también parece percatarse de mi aparición y rápidamente se coloca detrás de las piernas de Phoe, puedo deducir que por sus rasgos es su hija tiene los mismos ojos que Phoe la nariz y los labios. El cabello es más oscuro que castaño, es tan oscuro como el de Nicolás, mi sobrina.

Phoe se inclina y le susurra algo a la niña, ella me mira nuevamente y la niña me sonríe. Me acerco lentamente hasta quedar en frente de ellas, miro a la niña y me coloco en cuclillas.
-Hola pequeña, soy Tomas, tu tío.-la niña mira a su madre y esta le da un leve asentimiento.- ¿Cómo te llamas?
-Dalia.-responde.

Dalia. Miro a Phoe y ella me da una sonrisa pero sus ojos me dicen otra cosa. Tienen un poco de tristeza en ellos pero rápidamente se borra, vuelvo a ver a la niña y le sonrió.
-Tienes un nombre hermoso linda.
-Mis amigos me llaman Lia.-buen sobre nombre.
-Para el tío serás dulce Lia, no preguntes porque.-escucho las risas de Phoe y extiendo mis brazos a la niña ella parece dudar pero se lanza a mis brazos y la alzo, no pesa mucho por dicha.
-Me alegra saber que por fin la conoces, sabes deberíamos hacer una reunión familiar... después de que soluciones tus asuntos.-hago una mueca y ella entre cierra los ojos.
-Conozco esa mueca, ¿Qué clase de favor esperas de mí?
-Necesito que... le des un ojo a mi amigo el mortal, Carter y Michael lo estarán vigilando voy a salir de Lagos y del país, lastimosamente no lo puedo vigilar.-Phoe se cruza de brazos.
-Tom no soy vigilante, no puedo solamente vigilar por una persona. Velo por la seguridad de mi pueblo y mi familia... yo... no creo poder hacer eso.-miro hacia el suelo y bajo lentamente a Lia, beso su cabeza y la veo desaparecer en el interior de la casa.
-Entiendo, fue una idea tonta.... No sé en qué estaba pensando.
-Pero de todas forma lo haré hay una habitación que no está ocupada, pero dile a tu equipo que lo vigilen.
-¿Nicolás estará de acuerdo?-Phoe sonríe y asiente.
-Nos está escuchando, de hecho él ha sido el causante de mi concesión. Puedes irte tranquilo Tomas, solo... ten mucho cuidado sé que es algo tonto decírtelo... pero solo hazlo.-Asiento Lia juega con mi mejilla derecha.-Sabes, podría acostumbrarme a los mimos de tu hija.
-No le digas eso a Nicolás, se pondrá celoso. Suficiente tiene con competir por la atención de ella con Joe y Azael, lo sé, una familia muy normal.-una carcajada se me escapa y beso la cabeza de la niña, la coloco en el suelo.-Te veré luego dulce Lia.-levanto la vista.-Volveré pronto.

Y con eso cierro los ojos.

Leila termina de atarse los cordones y alza la vista hacia nosotros tres, estamos a las afueras de Lagos justamente en la entrada.
-Es hora.-dice rubia que sujeta a Emily del hombro, Anthea y yo hacemos lo mismo y cerramos los ojos, el efecto látigo recorre todo mi cuerpo dándome una descarga eléctrica soportable dejo de sentir la descarga e inhalo.

Abro los ojos y lo primero que hago es cubrirme del sol con el brazo, suelto el hombro de Anthea y miro los alrededores con cuidado, un callejón, típico de los vigilantes. Hay muchas bolsas de basuras junto a las tres paredes que rodean el callejón.
-¿Dónde estamos?-pregunta Anthea.
-Estamos junto a la estación de policía de Alabama, en la ruta 69, Northport para ser más exactos.-dice Emily sin mirarla, sin mirar a nadie en específico.-Yo entraré primero.

Por su tono deduzco que es una afirmación, sus labios están en una línea recta sus ojos se ven decididos, su expresión corporal lo dice todo. Está enojada.
-Leila y yo iremos detrás de ti, Anthea se quedará a vigilar el perímetro.-ella asiente y comienza a caminar hacia la salida del callejón, Leila y yo la seguimos en silencio y doblamos a hacia la izquierda esquivamos a varias personas y oficiales que caminan en dirección contraria a nosotros, Emily va a unos tres metros de distancia un tipo pasa por su lado y retrocede rápidamente la rubia y yo nos damos una mirada rápidamente y toda nuestra atención la acapara el sujeto que se ha detenido hablar con ella.

Y otra vez maldigo las clases de idioma, Leila mantiene su actitud relajada y deja de caminar la imito y ella sonríe.-No hay peligro, es colega de la madre de ella y parece conocerla.
-¿Qué más dice?
-Dice... que... su madre no está aquí, la han transferido.

 Maldición.

-Emily le está preguntando que si tiene alguna idea de adonde se ha ido, dice que no.-La frente de Leila se arruga y veo como sus manos se contraen en puños.
-Bien, la madre desapareció sin dejar rastro.

Algo muy predecible, se le conoce por no dejar rastro y mantenerse fuera del radar pero aun así no tiene sentido, si fue transferida tiene que haber un archivo que nos de su nuevo paradero.
-No creo que se haya ido por un traslado.-Leila me mira sin entender.-No somos los únicos que la busca.
La rubia parece entender y asiente.-Huyo.-la imito y ella sonríe.-Buena deducción Sherlock.
-Elemental mi querida Watson, ahora, una nueva teoría. Pero primero indaga más.
La rubia asiente y sus ojos se disparan de nuevo a la pelirroja.-Dice que... se fue hace unas dos semanas, que es extraño que no le haya dicho nada.-miro a Emily y está parece estar frustrada.
-Los hizo olvidar, pudo haberse ido ayer que para ellos sería un año. Lo extraño es que aun reconocen a su hija.
-Debe ser una clave...

Observo como el sujeto usa sus manos a la hora de hablar, vuelvo a lo mismo, no tiene sentido. Hacerlos creer que se ha transferido a un nuevo lugar cuyo nombre no saben es algo tonto ella podría haberles hecho olvidar de su existencia, se supone que es buena manteniéndose fuera del radar, ¿Por qué dejar una pista? A menos de que...
-Solo debes pensarlo bien.-murmuro.-Es una maestra a la hora de ocultarse, ¿Por qué no mantener a tu hija cerca como lo haz echo los últimos años?
-¿Por qué mandarla a Europa?-continúa preguntando Leila.
-¿Porque específicamente a España?-sin sentido...-A menos de que, quieras que ella sea hallada.-vuelvo hablar.
Leila me mira rápidamente con los ojos abiertos.-Ahora si tiene sentido, es... brillante... y algo estúpido a la vez, sabía que las estaban casando, entonces se dividieron. Pero...
-Valent tenía razón, es muy buena con las computadoras. Todo encaja, que Emily estuviera ese día en el antro no fue coincidencia su madre lo había planeado, todo. Sabía quién era yo, sabía quienes éramos. Y la envió directamente a nosotros aun con la posibilidad que de la matáramos.
-Ella estaba destinada a que su vigilante... fueras tú.-susurra Leila.

Chicos, creo que deberían salir de ahí. Ahora.

Estamos afuera.


Le respondo.

En ese caso comiencen a correr.

La rubia y yo nos damos una última mirada y corremos hacia Emily, empujamos a todo el que se interponga y Leila la sujeta del brazo derecho.
-¡Corre!-le grita Leila y Emily obedece, miro hacia atrás y entiendo el mensaje de Anthea, romanos.

¿Cuáles tu posición?

Le pregunto a la peli negra por el auricular, esquivo a una mujer y le abropaso a Leila y Emily.

¡ESTOYSALTANDO LOS EDIFICIOS! EXACTAMENTE TRES HOMBRES ME ESTÁN SIGUIENDO.

Su respiración suena entre cortada, un disparo me hace correr másrápido.

-¡Tu sácala de aquí y yo iré por Anthea!-le grito a Leila entre el bullicio dela multitud aterrorizada, se escuchan más disparos.

Bien, hora de hacer algo. Cierro los ojos y me concentro en ver las auras másfuertes. Cien metros de distancia, dos sujetos. Alzo la vista y veo un cuerpodar un salto de un edificio a veinte metros la siguen tres hombres.
Tengo una idea, abro los ojos y vuelvo a correr, no veo a Leila o Emily enninguna parte.

Anthea, hora de ser rápida y ágil, corre cien metros más y salta.

¡ESTÁS LOCO!


¡Solo salta!


Grito en respuesta y sigo esquivando personas. Me siento como fugitivo.


¿¡Comoestar segura de que atraparás!?


Eso ya lo había escuchado.


¿¡Confíasen mí!?


No responde...


Anthea...¿Confías en mí?


Atrápame.

Rápidamente giro mi cuerpo hacía atrás y estiro mis brazos veo un cuerpo caer del techo de un local a unos dos metros, los gritos se hacen presentes, como no, no es normal ver a una chica saltar de un edificio. La atrapo y lo primero que veo son sus ojos. Anthea me da una sonrisa y se sueltade mi agarre, me quedo estático por un momento y ella me jala con fuerza. Es increíble ver como corre, demasiado rápida.

Su cabello azota con fuerza su espalda, corre como si la vida le dependiera deello y claro está que si lo hace. La pelinegra entra a un callejón y la sigo,hay una malla que impide el paso. Pero eso no parece detenerla con un increíbleimpulso se lanza sobre ella.

Definitivamente no tiene categoría.

Uno, dos tres. Pongo un pie en un orificio de la malla y me impulso poniendo lamano en la cima de está. Salto hacia el otro lado y caigo sin ningún daño.

Casi no tengo tiempo para respirar con cada bocanada de aire que doy ellaparece correr más rápido, simplemente increíble.
Unos dos kilómetros más adelante y un laberinto de calle más por fin ella dejade correr.
-Ya no los siento.-dice y coloca sus manos en las rodillas.-Necesito... tomar...aire.
-Eres demasiado rápida, pudiste haberlos dejado atrás.
Ella cierra los ojos con fuerza y luego los abre mirándome.
-Eso implicaría dejarte atrás, un vigilante jamás abandona a otro vigilante. Sea cual sea la situación.

Regla siete.

-Veo que aun las recuerdas.-comento distraídamente.
-Siempre.-responde y se reincorpora.- ¿Alguna idea donde puedan estar la semidiosa y su vigilante?

Y eso me hace recordar algo.

-No lo sé.-Anthea rueda los ojos y se quita la mochila que lleva en su espalda.
-Para tu suerte, tengo algo que nos puede servir hallarlas.-veo que abre lamochila y comienza a buscar algo en ella, saca una tableta y vuelve a cerrar lamochila colocándosela de nuevo en la espalda.-Hace cinco años Valent integro un nuevo dispositivo a los brazaletes, rastreadores. Cada brazalete que tenemos tiene un micro chip que nos da nuestra posición global, para tu suerte... y la mía. Valent me enseñó todos sus conocimientos en computación, puedo ingresar al sistema y buscar a Leila.
-¿Cuánto polvo de Morfeo tienes?
-Ocho viajes.-responde mientras enciende la tableta. La sujeto del brazo y ella me mira extraño.- ¿Qué te sucede?
-Estar en media acera a plena luz del día con una tableta en las manos y mássiendo una chica te pone en riesgo, esto no es Lagos.
Anthea levanta una ceja.-No soy cualquier chica.
La miro con una sonrisa y asiento mientras suelto su brazo.-Bien tu ganas, pero aun así es mejor encontrar un café.
-¿Starbucks?-pregunta mientras señala el otro lado de la calle.
Asiento y cruzamos, entramos al café en donde hay unas ocho personas. Mortales todas.
-Bien, haz tu magia.-Anthea entre cierra los ojos y comienza a teclear códigos ymás códigos en la pantalla.

Una camarera se nos acerca con una gran sonrisa, ella se plantea en frente de nosotros y la pelinegra alza su cabeza, la chica dice algo que no logro entender. De todos los países del mundo teníamos que venir a los Estados Unidos. Donde el idioma predominante es el inglés.
Si tuviera el llamado sería más fácil.

Anthea le responde algo que tampoco logro entender.
-Espero que te guste el café expreso.-comenta distraídamente ella cuando la camarera se va.

No le respondo y sigo observando como teclea en la Tableta, una sonrisa seforma en sus labios y me mira.
-Espero que te gusten los tacos.
-¿México?-pregunto.
-México.-afirma ella.

Al menos ahí hablan español.


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