Cueva

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Quince:

Sarah mantiene una actitud serena y calmada, en sus brazos esta la bebé dormida. Mis ojos piden cerrarse pero la visita de Hermes ha mantenido a Leila alerta. Su principal idea es huir de Atenas lo más rápido que podamos.

-Aun sigo sin entender porque se tienen que ir a mitad de la noche.-comento la mujer. Leila deja de guardar nuestras cosas y se gira para mirarla.

-Me gustaría quedarme aquí, enserio. Pero... tenemos que volver.

Sarah suspiro cansada y asintió, mire sus ojos atentamente y vi el orgullo y la nostalgia en ellos.-Estoy orgullosa de ti.

La alegría me envidio de repente, pero esta alegría no es generada por mí, si no por Leila.-Gracias mamá, pero...-mire a Leila y está miro el suelo.-Lo lamento.

¿De que habla?

La rubia se acerco a su madre y la abrazo con cuidado de no lastimar a la bebé.-Lamento hacer esto.-noté como el brazo de Leila iba bajando lentamente hasta llegar al lado de su cadera, la rubia tenía el puño apretado. Ambas mujeres se separaron y ella arrojo algo a su cara dando unos pasos hacia atrás. La madre de Leila cerró los ojos con fuerza y se mantuvo inmóvil.-No me recordarás ni a mi ni a Emily, nosotras nunca estuvimos aquí. Seguirás tu vida con normalidad... sé feliz Sarah.

Leila se giró hacia mi y señalo la salida con la cabeza, asentí y cogí la mochila que estaba en la mesa de la cocina. Me la colgué al hombro y salí de la casa seguida por Leila. Las dos nos volvimos a ver en la puerta de la entrada de la casa una vez que estuvimos afuera.

-Hora de que conozcas más lugares.-asentí y ella me extendió su mano, la tome sin dudar y cerré los ojos esperando sentir el efecto.

*

Donde hay fe hay vida- Anna Frank.

El reloj forma parte del bullicio de la sala, la sala principal del centro medico está ocupada solo por nosotros. Megan se encuentra con un equipo de sanadoras en emergencias, las heridas de Lia son muy profundas.

Sophie, Phoe, Nicolás y Mamá están enfrascados en una discusión. Papá carraspea con fuerza para llamar y todos se giran a mirarlo incluyéndome.-Si hablan todos a la vez no llegaremos a ningún acuerdo.

-¿Acuerdo?-hablo la rubia, sus ojos se encontraban totalmente rojos gracias a las lágrimas.- Está claro que tenemos que responder a ese ataque.-dijo con rabia.

Phoe comenzó a negar rápidamente y se cruzo de brazos.-No podemos hacer eso, tenemos que asegurar la ciudad primero.

-¿Es que no lo ven?-volvió hablar Sophie mirándonos a todos.- Lagos no está segura, han logrado entrar en nuestros sistemas de seguridad. Justo en frente de nuestra nariz.

-Cerraremos la ciudad.-mire a Nicolás, este mantenía su vista fija en mi padre.-nadie sale nadie entra. Habrán centinelas en las fronteras.

-Valent ya se ha encargado de eso.-respondió mi padre.-Pero eso no es lo que me preocupa, si entraron no pudieron haberlo hecho solos desde afuera, hay infiltrados. No importa cuanto redoblemos la seguridad, si hay infiltrados... seguirán entrando, no creo que solo hayan venido a poner una bomba.

"Se han ido"

La voz de Anthea comenzó a rebotar en mis oídos.-Ellos no solo iban por el ataque, nos estaban siguiendo a Anthea y a mi, el blanco no eran ustedes.

-¿Es por la semidiosa?-pregunto mi madre e hice una mueca.- Pero la chica no está en esta época.

-Si hay infiltrados ya deben de saber que no tenemos a la semidiosa, está claro que entraron por tierra. Se burlaron de las cámaras y guardias y solo atacaron un punto.-le respondí.

AscendanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora