Sentimientos

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Veintiuno:

-La aldea debe de estar cerca.-comenta señalando hacia el norte Leila.

Asiento cansada y continuo moviendo mis pies, Andrea camina en frente de nosotras a paso regulado. No hemos parado hacer ni una parada de descanso, caminar no es lo mío. Tres horas de estar caminando hacia una aldea queda al otro lado de la isla y siento que mis pies arden a causa los rayos del sol y el intenso calor. Cada día que pasa mi paciencia se pone aprueba, por alguna extraña razón creo que se están cansando de buscar la manera de regresarnos y eso me asusta. No quiero quedarme en esta época, quiero volver a mi madre... quiero abrazarla.

La desesperación me está empezando a invidir, no tengo ni idea cual es el plan de Leila ahora. Esperar era nuestro plan A, pero con la llegada de Andrea todo parece haber tomado un rumbo distinto.

-Entonces...-comienza hablar la castaña para romper el silencio.-Itaca y Larissa.-Las dos la miramos con intriga.-Deberíamos conocernos un poco más.-ella nos da una mirada rápida y vuelve a mirar hacia al frente.
-Claro.-dice la rubia fingiendo entusiasmo. La miro con el ceño fruncido pero me mantengo callada.-Empezaré yo.

Ahora lo entiendo, sonrió negando y le doy una mirada alentadora.- ¿Cómo es que se llaman tus padres?

-Claro, mi padre se llamaba Esdah....-comenta con tristeza.- Y mamá Enofésrep.

-¿Tu madre sigue con vida?-ella asiente sin voltearse a mirarme.

-Basta de mí, ¿Sus padres?-dice volteándose totalmente y nos mira con intriga.

-Trágica muerte.-miente la rubia y suspira con tristeza para dar el tema por finalizado.

Andrea asiente y su vista vuelve hacia el frente. La intriga de Leila me empieza a en volver y la miro extrañada. Ella mantiene su vista fija en la espada de la castaña, le hago una ceña y ella me vuelve a ver.- ¿Qué pasa?-gesticulo.

-Oculta algo.-responde ella de la misma manera.

No puede ocultar algo, de ser así ya hubiera sentido sus cambios de emociones. El nerviosismo la hubiera delatado. Siembargo la tranqulidad la cubre por encima de su cabeza como si llevará un velo puesto.
No creo que mis habilidades estén fallando, de seguro ha de ser un error. Solo espero que no sea mi error...
Porque si lo es, cabe la minima posibilidad de que mi conexión con Phoe esté fallando. Y eso si sería un gran problema.

*

La noche entera fue un tormento, conciliar el sueño es algo que casi no logré alcanzar. El cansancio es evidente en mí esta mañana. Desde mi habitación puedo escuchar el sonido de las cacerolas, eso significa que están cocinando. Es un poco extraño estar todos duermiendo en casa de mamá (a excepción de la familia de Sophie).

Al entrar a la cocina me encuentro con una escena bastante peculiar, Sophie le da indicaciones Maxi sobre el como batir los huevos mientras mamá y Phoe cocinan en el sartén. Daniel y Lia son distraídos por Nicolás y Sabana. Mientras que Azael intenta cortar un tomate.

Un panorama muy singular.

Un leve empujón me hace girar mi cabeza, Anthea mira la escena con una pequeña sonrisa en sus labios. Sus brazos están cruzados en su pecho y su cabello va suelto como decostumbre cayendo sobre sus hombros y descansando al rededor de sus brazos.
-Buenos días.-me susurra.
-Buenos días.-le respondo de igual manera.

Levanto la mirada y me percato de que todos los ojos están sobre nosotros, excepto claro los de Maxi quien cinco segundos después se percata de nuestra presencia.
-¿Hicimos mucho ruido?-pregunta Anthea con una ceja alzada y todos vuelven a sus tareas.
-El desayuno estará listo en unos minutos.-comenta mamá con normalidad después de unos minutos y los dos asentimos.-Pongan la mesa.

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