Tommy

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Cuarenta y tres:

Después de la reunión familiar, no se había vuelto hablar o mencionar el nombre de Sophie. Mamá se había hecho cargo de Sabana y Daniel, Azael seguía fuera de Lagos, Nicolás no hacía más que permanecer sumergido en su oficina, mientras que papá no salía de casa. Todos llevaban su dolor de distintas formas, pero parecían estancados.

-Tom.-parpadeé continuas veces, miré a Maxi quien jugaba con Lia, habían pasado cuatro días, cuatros días en los que ninguno de sus padres habían vuelto a casa, por lo cual Maxi y yo estábamos con ella.- ¿Cómo estás?

-¿Por qué la pregunta?

-Tu mirada.

-Solo pensaba... mamá está con los hijos de ella, Azael no ha dado pistas de su paradero, Megan y Sarcai lo buscan intensamente, mi padre no sale de su habitación, Phoe sigue en la academia sin intenciones de salir, Nicolás hace casi lo mismo y yo... yo solo cuido a mi sobrina.

Lia dejó de jugar con su muñeca y me dio una mirada triste, ella también sentía la pérdida. Como todos. Desde que el incubo se "fugó" por no decir que lo habíamos dejado escapar, la ciudad como había dicho Sabana se había vuelto en contra de nosotros, papá había sido revocado de su cargo al igual que mamá. No era muy seguro salir a la calle si te hacías llamar Johnson-Gonzales. Por lo tanto afuera de la casa de la castaña estaban Hayley, Michael y Carter resguardándonos. La puerta principal se abrió y rápidamente apunté mi arma hacía ella, una chica de cabello rubio alzó las manos en señal de rendición, bajé el arma un poco avergonzado al notar de quien se trataba. Valent no venía sola, junto a ella estaba la madre de Emily quien traía una computadora portátil en sus manos.

-Eso no ha sido un buen recibimiento.-dijo con molestia, me encogí de hombros e hice mi mejor intento de sonrisa.

-¿A qué se debe tu visita?-pregunté con intriga, los ojos de la madre de Emily miraron atentamente a Lia, quien había vuelto a cepillar el cabello de su muñeca, la pequeña niña estaba sentada con las piernas cruzadas en posición india, su cabello estaba trenzado, cortesía de Hayley.

-Tengo información.-añadió. Maxi se hizo a un lado dejándole un espacio a ella y a Laurent en el sofá más extenso y ambas mujeres tomaron asiento, pero la vista de la rubia se fue a posar en Lia y entendí el mensaje.

-Dulce Lia, creo que a esa muñeca le hace falta un zapato.-la niña miro atentamente los pies y asintió.

-Llevo días buscándolo.-hizo un pequeño puchero.

-Maxi te ayudará a buscarlo, creo que lo he visto debajo de tu cama.

-¿Me ayudas?-el mortal asintió ante la petición de la pequeña niña y ambos se pusieron en pie para desaparecer por las escaleras.

- ¿Recuerdas cuando dimos con las celdas de los romanos?

Volví mi vista hacia Valent y asentí, no me gustaba recordar ese día. El día en el que hayamos Anthea, si tan solo no me hubiera acompañado a Capri... pero ya no había nada que hacer.-Bien, porque hemos hallado su base.

Fruncí el ceño inmediatamente, no podía creerlo.-Donde.-demande saber al instante.

-Espera, eso no es todo. La Junta evaluó los daños causados por los vigilantes, aunque la mayoría fueron neutralizados hubo un grupo que escapó. Pero se fue con algo, el cristal.

Cerré los puños con fuerza, las cosas iban de mal en peor.-La Junta no sabe sobre el paradero del cristal, ni mucho menos que hemos dado con la ubicación de esa base.

-¿Y por qué no se lo has dicho?

-Porque no confío en ellos sin ninguno de ustedes al mando, eso se ha convertido en un nido de culebras. Todos quieren ver sangre, quieren pagarles con la misma moneda. Además, ha sido con la ayuda de Laurent ella me ha dado una nueva visión de las cosas, necesitas escucharla.

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