Emily

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Once:

Dicen que hubo una guerra por varios años, sangre, gritos y llanto. Muerte tras muerte, dolor cargado de furia. Venganzas mal acabadas y justicia denegada.

Pero entre tanta tristeza, dolor y sangre apareció una luz. Dos chicas destinadas a liberar al mundo de oscuridad una de ellas era la luz y la otra la tiniebla pero juntas derrotaron al mal que reinaba.

Mi nombre es Emily Stone, tengo dieciocho años y solo era una simple mortal o eso creía yo, hasta ese día.

20 de Marzo en algún lugar de España.

El 20 de Marzo es mi fecha de nacimiento, nunca acostumbre a celebrar mi cumpleaños o algo así, mamá siempre decía que el pasar de los años no era cuestión de celebrar, pero ya llevaba ocho meses en Europa y la familia Martínez si tenía esa costumbre, el día fue tranquilo. Tuve un desayuno de pastel con esa gran familia siete miembros la conformaban, en la cabeza de este gran equipo estaban Luciana y Samuel, los padres de Karen, Raquel, Lorenzo, Gabriela y Luca. Karen era la mayor, un año mayor que yo, Raquel era menor que ella por dos años, Lorenzo tenía dieciséis y Gabriela y Luca eran los mellizos de once años.

Una numerosa familia, yo... yo solo era la chica de intercambio pero ellos me hacían parte de su familia con cada día que pasábamos. Esa noche Karen tenía un plan, iríamos a un antro. Nunca había rompido las reglas pero según Karen mi cumpleaños se tenía que celebrar en grande.

Sin duda la Martínez mayor era muy linda, de cabello negro y ojos oscuros un poco más alta que yo, la felicidad se podía sentir si te hacías alrededor de ella. Bueno, la podías ver y sentir si fueras yo.

Esto era la razón por la cual nunca tenía amigos... yo... veo cosas que nadie más puede ver. Tal vez sea alguna extraña enfermedad pero nunca me he arriesgado a preguntarle a alguien. Mi mamá dijo una vez que lo que veía era algo que la gente envidiaría ver, si hablaba de eso con alguien... viviría como las ratas de laboratorio. La noche cayó y fuimos al bar las dos, me sentía nerviosa. Nunca había hecho algo como esto, la adrenalina corría por mis venas a la hora de entrar al antro.

Había demasiada gente, demasiadas emociones en el lugar ni siquiera se pueden ver bien, todas son tan... confusas.

Creo que es por causa del alcohol y... drogas. No sé en qué estaba pensado a la hora de aceptar en venir a este lugar.

-Emily te ves tensa, solo relájate.-me dijo-grito Karen.

No es fácil relajarse mientras vez como la gente se encuentra en estos momentos.

Suspire, esto no es como lo planee. Volví mi vista hacia las demás personas que estaban en la pista de baile. Cuerpos sudorosos en lo que a mí respecta, pero unos ojos captaron mi atención. Cafés con una chispa en su pupila, mire el dueño del rostro y me di cuenta que era un chico, un chico que venía caminando en mi dirección.

-Hay un chico lindo que viene hacia acá.-le digo a Karen, ella sonríe emocionada y sigue mi mirada. Oh no, cada vez mas cerca.

-Solo relájate Emily y por favor no la cagues.

No me voy a defecar, justo cuando voy abrir la boca alguien me interrumpe.

-¿Quieres bailar?-mi cabeza se giró lentamente, dios mío. Sí que es guapo, pero se ve mucho mayor que yo. Tal vez la invitación sea para Karen...

-Ella acepta.-contesto Karen rápidamente dándome un empujón.-Estaré por aquí, nos vemos Mily.

No, no, no.

Ella no puede estar haciendo esto, me ha dejado sola. ¡Se ha ido! ¡Se supone que no me puede dejar sola! Estoy en un intercambio... respira... respira...

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