Discreción

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Ocho:


Sus ojos estaban perdidos en la nada, Leila le habla pero ella parecía no escuchar nada de lo que la
rubia le decía. Sus ojos se pasearon por toda la habitación hasta que se quedaron viendo los míos fijamente incluso daría miedo. La cabeza de Emily se inclinó un poco hacia el lado izquierdo.
-¿Quién soy?-pregunto con un poco de temblor en su voz. Mire a Leila, llevaba al menos quince minutos intentando hacerle hablar desde que abrió los ojos pero es la primera vez que Emily habla desde que despertó.
-Te llamas Emily Stone, vives en USA con tu madre.-dijo tranquilamente Leila, en su rostro había una pequeña sonrisa.
-No, ¿Quién soy en realidad?-esta vez le sostuvo la mirada a Leila.

Tú eres la chica que va desatar el infierno en la tierra según una profecía.
Suena peor en mi cabeza.

 -Eres Emily.-intervine al ver que Leila no hablaba. La pelirroja me miró fijamente.
-No lo soy.-dijo negando.
Sus ojos se volvieron cristalinos.-No llores.-le pidió Leila, en los ojos de la rubia se notaba la tristeza.
-¿Por qué actúas como si te importará?-mire a Leila fijamente, la pregunta de Emily pareció sorprenderla un poco.
-Posiblemente porque la chica rubia que está en frente de ti es tu nueva salva vidas personal y si algo te pasa a ti ella sufrirá el doble de lo que tu sientas, así que deja de auto compadecerte porque la hundirás con tu tristeza.-los tres nos volteamos hacia la puerta en donde estaba Anthea recostada al umbral con los brazos cruzados.
-Pedí que nos dejarán a solas.-dijo Leila.
-Nueva información, tú no me das órdenes.-Mis ojos fueron de Anthea a Leila quien alzaba una ceja.
-Pero yo si.-dije interrumpiendo la batalla de miradas de ambas chicas.-Anthea sal de la habitación.
-Lo haré cuando vengas conmigo a buscar a tu amigo mortal, el chico ha salido con Michael a la ciudad. ¿No querías ser notado? Bueno ahora tu padre sabrá que estás en Lagos. Prepárate para la ronda de preguntas.
Llevo una mano a mi cabello y la paso repetidas veces.
-Bien, vamos.-me giro hacia Leila quien se está poniendo en pie.
-Tú te quedas con ella.-digo señalando a Emily.
-Te recuerdo que tú no me das órdenes.-la rubia de ojos azules me mira desafiante.-además conozco mejor a Michael que tú, yo iré.
-No me van a dejar sola.-los tres miramos a Emily.-no después de todo lo que sé.
-Carter está afuera, ella estará a salvo adentro.-comenta Anthea.
Asiento en modo afirmativo y salgo de la habitación siendo seguido de Leila y Anthea, las quejas de Emily vienen detrás de nosotros, paso por la sala y la puerta principal está abierta la atravieso y Carter me mira con el ceño fruncido.-Tu ya sabes que hacer.-el asiente a regañadientes.
-Tom.-me volteo y miro a Anthea.-Ten esto.
Ella saca de una bolsa que no había notado una gorra negra y unos lentes del mismo color. Los lanza y los atrapo.
-Ahora eres toda una estrella.-dice en burla y ruedo los ojos mientras me coloco los lentes de sol. Me ajusto la gorra y Leila pasa por nuestro lado.
-¿Adónde vamos?-pregunta Anthea.
-Al antro más concurrido en todo Lagos, PicthFalls.-la miro sin entender.-Bueno, técnicamente no está en el centro, está más... a las afueras de la zona sur. Es muy concurrido por los vigilantes y los mitológicos que llegan a la ciudad.

Asiento y sujeto su muñeca, Anthea hace lo mismo conmigo y cierro los ojos, el efecto látigo no tarda en llegar. Para cuando abro los ojos me doy cuenta que estamos en medio de un campo de cosechas desierto en medio de esté hay un lugar con aspecto de granero.
-No es lo que parece.-me susurra Leila, la miro sin entender y ella comienza a caminar hacia la entrada principal. Anthea y yo nos damos una mirada rápida y la seguimos. Definitivamente no es lo que parece.

En la entrada hay lo que parece ser dos guardias de seguridad pero yo los llamaría gorilas. La música electrónica resuena por todo el lugar, todo por dentro es de colores oscuros a excepción de la barra y las mesas, son de cristal y cambian de colores. El techo lo cubren telas de color blanco que caen por encima de nuestras cabezas a unos dos metros de altura. La gente baila al son de la música electrónica, hay varias ninfas con bandejas de tragos por todos lados, los tragos tienen un líquido de color azul fosforescente.
-¿Los ves por algún lado?-me pregunta Leila, niego. Cierro los ojos y me centro en las auras, el alcohol las hace débiles tanto que parece ser que todos son mortales.
-Hay demasiada gente borracha.-digo por lo alto de la música.
-Tengo una idea.-dice Anthea sobre la música. Ambos la miramos y ella se suelta la cola de caballo que sujeta su cabello, pasa sus dedos por este y nos mira con una sonrisa.
-¿Qué haces?-pregunta Leila curiosa.
-Nunca los vamos a encontrar desde aquí abajo, iré arriba.-la miro sin entender y ella señala las telas que cubren el techo.
Antes de que alguno de los dos le diga algo, Anthea desaparece de nuestra vista.
-Iré a buscarla.-Leila no me responde y decido seguir el camino que creo que ha tomado, evado varias chicas que intentan bailar conmigo y me centro en encontrar a alguno de los tres. De repente las luces se apagan y la música también una luz de color blanca se enciende y señala una plataforma que comienza ascender del suelo, esta se detiene a medio metro y una tela de color blanco cae sobre ella siendo sujetada por él techo, la tela parece tener a alguien dentro de ella.
La música vuelve pero a algo más suave como un tipo de blues con jazz, varios gritos resuenan por el lugar.
De la tela sale una chica rubia con mechones azules eléctricos la chica porta una ropa muy entraña de color negro. Miro detalladamente el rostro de la chica y creo haberla visto alguna vez, su rostro se me es muy familiar. Su aura parece ser una mezcla entre oscuridad y pureza.

Hayley.

Como si fuera me cayera un balde de agua fría aparece su nombre en mi cabeza, una de las hijas de Jackson. Su número de baile parece estar dando a su fin cuando la música desciende y las luces se apagan varios gritos resuenan y una luz blanca ilumina el rostro de un chico, Hayley se le acerca entre la multitud y agudizo mi visión. Maxi.
Comienzo a empujar personas y mitológicos para acercarme pero parece ser que todo está en mi contra. Maxi la mira embobado puedo ver los ojos de Hayley brillar un cuerpo se interpone entre ambos, Anthea mira desafiante a Hayley mientras que la morena se cruza de brazos.
-Hoy no cuervo.-le dice Anthea. Una mano sujeta el brazo de Anthea, Michael la jala hacia atrás y saca del trancé a Maxi. Los tres comienzan a caminar hacia la salida y comienzo a seguirlos apartando a la gente a mi paso. Llego a la salida ileso y miro en todas direcciones hasta toparme con una Anthea muy cabreada.

Me acerco rápidamente y sujeto a Anthea del brazo.
-¿¡Acaso tienes mierda en el cerebro!? ¡Es un mortal! ¡Le pudo haber succionado el alma!-grita ella y le tapó la boca.
-Calma y respira profundo, no queremos montar una escena.-ella responde algo y su cuerpo se relaja la suelto lentamente y ella se gira a mirarme.
-Una razón más por la cual el mortal no puede permanecer aquí. Es un imán de problemas.
-Estoy de acuerdo con ella.-dice una voz ajena, Leila se acerca a nosotros a paso firme.-Él.-dice señalando a Maxi.-será una carga.
-Llevaré esa carga.-les digo a ambas.

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