Huida

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Dos:


La vida sigue, los días pasan. Dos meses para ser exactos y tres días, son las 2:00 a.m. Maxi aún sigue dormido con las hojas de enfermería a su alrededor. Su lado de la habitación está echa un desastre como siempre cervezas en el piso, revistas sobre autos y medicina, comida vieja y ropa sucia. La típica imagen de chico mortal en la universidad. Me acerco a su mesa de noche y dejo la hoja de papel sobre este pero mi celular comienza a sonar y maldigo internamente.

-Apaga esa maldita cosa.-balbucea Maxi medio dormido.

-Solo sigue durmiendo.-respondo suavemente y dejo caer la bolsa al suelo, saco el celular de la parte trasera de mi pantalón y miro la pantalla que dice: Número desconocido.

Frunzo el ceño y deslizo la flecha verde.

-¡Tom!-grita alguien.- ¡Mantén derecho el auto!-le grita a la otra persona.

-¿Leila?-pregunto extrañado.

-¡Tom es una emergencia! ¡Necesito ayuda! ¡Más rápido!- escuché un disparo y un gemido por parte de ella.- ¡Solo... sigue!

-¿¡En donde demonios estás!?-grite mientras tomaba de nuevo la bolsa.

-Hiendo hacia tu facultad, lo siento pero necesito que nos escondas.-colgó.

Mis ojos estaban totalmente abiertos.- ¡Leila!-grite y sentí una mano sobre mi hombro.

-¿Qué diablos sucede tío?-pregunto Maxi desconcertado.

-Necesito tu auto.-dije rápidamente.

-Está en el taller amigo, al igual que el tuyo. ¿Recuerdas?-negué y comencé a caminar hacia afuera la habitación con Maxi siguiéndome.- ¿Venga tío pero dime quien ha muerto?

-Sigue durmiendo.-comencé a bajar las escaleras.

-Pero por lo menos dime algo.-negué y baje el último escalón.- ¿Es tu madre?

Me gire para responderle pero unos golpees en la puerta me detuvieron, Leila. Deje caer la bolsa al suelo y corrí hacia la puerta principal. La abrí y me topé con dos chicas con un muy mal aspecto una de ellas sangrando.-Creo que necesito un sanador.-el cuerpo de Leila se abalanzo hacia adelante e instintivamente la sujete.

-Es una herida de bala, hay que sacársela.-alce mi vista y me encontré con los ojos dorados.

-Maxi cierra la puerta y no llames a nadie.-le dije sin despegar los ojos de Emily.-Tú entra y ayúdame con ella.-lentamente la pelirroja asintió. Deje caer la bolsa y le señale a Maxi con la mirada.-Llévala a la habitación.

Con las dos manos alce a Leila y rápidamente comencé a caminar hacia las escaleras seguido por Maxi y Emily. Maxi se adelantó por el pasillo y abrió la puerta, lo primero que hice fue dejar su cuerpo en mi cama.

La gire para mirar mejor la herida, la camisa blanca estaba bañada en sangre, baje la vista hacia su cadera y de su cinturón saque un cuchillo y alzando la camisa blanca unos centímetros de su piel comencé a contarla.

-Amigo debemos llamar a emergencia.-rápidamente me gire y mire a Maxi directamente hacía los ojos.

-No vamos a llamar a emergencias, ahora necesito que tú me ayudes a sacarle la bala de la espalda. Estudias enfermería, puedes hacerlo.-Maxi comenzó a sentir dudoso-Bien, necesito gasas y pinzas.

Rápidamente el mortal comenzó a buscar lo que le pedí, saco un maletín debajo de su cama y me lo entrego.-Solo sostenlo, yo me encargo.-asentí y el abrió el maletín, saco unas pinzas y otras cosas que ni siquiera sé cómo se llaman.-Esto pueda que le duela, oye tía aguanta.-escuche a Leila hacer un sonido afirmativo y Maxi puso las demás cosas a un lado de la cama y me corrió. Con cuidado y las manos temblando introdujo las pinzas, Leila hizo un sonido para nada agradable y sus manos se volvieron puños.

-La tengo.-dijo él, Emily camino hasta la ventana y dio dos pasos hacia atrás luciendo asustada.

-Están aquí.-escuche a Leila maldecir con la cabeza entre las almohadas, se comenzaron a escuchar los toques en la puerta. Busque con la mirada la bolsa de gimnasio y deje caer el maletín, comencé a mover los escritorios hasta la puerta y los mire.

-Vamos a tener que salir por la ventana, ¿Leila puedes caminar?-ella volvió hacer un sonido afirmativo.-Bien, tu.-señale a Emily.-irás conmigo, Maxi ayuda a Leila. Ahora.

Inmediatamente Maxi ayudo a Leila a ponerse en pie y colocarse una camisa de él.-Leila.-la rubia me miro y me agache hacia la bolsa, saque un cuchillo y una pistola y se las lance.

-¡Qué demonios Tomas!-grito Maxi y Leila le dio un codazo.

-Mantén la boca cerrada niño mortal, ahora tú toma esto.-Con su mano libre ella le paso la pistola.-Solo jala del gatillo si vez a un tipo malo.

Cerré la bolsa no sin antes tomar unas cuantas armas y la colgué al hombro.-Iremos primero.-camine hacia la ventana y la abrí, pase un pie por ella hasta tocar el techo y le extendí una mano a Emily.-No lo pienses y ven.-ella asintió y me dio su mano ignore su toque y pase mi otra mano por su cintura.-Prepárate para la caída lindura.

Los brazos de Emily se sujetan de mi cuello y sin pensarlo dos veces me lanzó hacia el suelo, rodando con ella aun sujeta de mi cuello. Rápidamente me puse en pie y la ayudé a ella, mire hacia la ventana y Leila es la primera en salir, me acerco hacia la orilla y ella me mira. Una mano sujeta su brazo y esta se deja resbalar hasta que es soltada con cuidado y la atrapo antes de que toque él suelo y sus ojos azules me miran directamente a los míos.

-Tenemos que salir de aquí.-ella asiente y me hago a un lado cuando Maxi cae, los dos pasamos los brazos por la cintura de Leila y la ayudamos a correr, Emily se mantiene a mi lado. Siento las gotas de sudor correr por mi frente y cuando estamos a seis calles de la facultad me detengo en un callejón, con cuidado dejo a Leila recostada a la pared de este y la miro.

-Comienza.

Ella niega y mira hacia abajo.-Necesito un brazalete Tom.-levanto su cara con mi mano y la obligo a mirarme.

-Dime quien te está siguiendo.-le vuelvo a pedir. Voy a matarlos destrozarlos haré que supliquen por piedad.

Ella niega.-Es asunto de vigilantes.

Miro hacia otro lado y observo a Emily mirarnos con los brazos alrededor de ella misma, refugiándose del frío.

-Entonces ella me lo dirá.-antes de que pueda dar un paso Leila pone su mano en mi hombro.

-La vas asustar más, ella no sabe lo que está pasando.-aparto su mano con la poca cordura que me queda y vuelvo a mirar a Emily.

-Escupe.

-Tom amigo creo que deberías calmarte un poco...-las palabras de Maxi se detienen cuando me giro a verlo.-La chica está herida aun creo que luego podrá explicarte.

Probablemente tenga razón, Leila está herida y no quiero que muera por mi sed de venganza. Ni siquiera sé en qué estoy pensando, yo matando a alguien... un cuadro que nunca creí que podría ver y desear.

Dejé de mirarlo y me quité la mochila que llevaba colgando y la abrí, comencé a registrar los bolsillos y sonreí levemente al sentir el brazalete frío en mi mano.-Lo tengo.-me giré hacia Leila quien me da un asentimiento.-Ella tiene que venir conmigo.-dice en referencia a Emily y frunzo el ceño extrañado.-Prometo explicarte todo, solo... tiene que venir.

Me trago mis palabras y asiento, coloco el brazalete alrededor de mi muñeca y cierro la bolsa llena de armas, la vuelvo a colgar en mi hombro y camino hacia Leila y sujeto su mano, le hago una seña a Emily y esta toma mi mano sin dudar.

-Solo piensa en...

-El mortal.-me interrumpe Leila.

Maldigo por lo bajo, me voy arrepentir de esto y quizás me degraden más de lo que estoy degradado.

-Maxi toma la mano de la pelirroja y no hagas preguntas estúpidas o juro que te patearé.-El mencionado camina hacia nosotros y sujeta la mano de Emily.-Bien quiero que cierren los ojos y no se asusten al sentir una descarga eléctrica.

Escucho un sonido de afirmación y cierro los ojos.

Definitivamente me voy arrepentir de esto.

Lagos.

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