—Sungie Amorcito ¿Estas listo?
Los alfas sentados en el sofá esperaban pacientemente a su lindo omega que estaba muy entretenido arreglando dos obsequios que quería llevarle a San y Al sacerdote. Era ya el fin de semana y habían acordado que llevarían a su Omega a ver a los dos amigos de Sungie.
—Listo Alfitas, Sungie solo dar de comer a Pez. —Bajó corriendo las escaleras y de un salto cayó limpiamente en el piso.
Al parecer Sungie estaba muy contento.
—¿Estas feliz Algodóncito? —Lee know caminó hacia Sungie quien lo rodeo con sus brazos en un abrazo prolongado, cerrando sus ojitos porque decía que solo así podía sentir en su corazón esos lindos abrazos de sus alfas.
—Shii Sungie muy feliz de ir a ver a amigos... San es muy bueno con Sungie.
—Creo que San fue como un padre para ti Sungie bebé. —Minho llegó a su lado para también unirse a ese abrazo.
Era una escena muy linda ver a Sungie envuelto entre dos cuerpos grandes y bien trabajados que lo abrazaban con tanta dulzura como temiendo quebrar una bella escultura del más fino cristal.
—¿Besito para Sungie? —Preguntó abriendo sus ojos, de manera traviesa.
—Claro principito, ¿Quién soy yo un simple mortal para negarle un besito al Dios de la dulzura? —Contestó Lee know apretando sus cachetitos para formar el piquito que adoraba besar.
Se acercó lento y besó los lindos y rosados labios de Sungie. Cuando el Omega se separó de Lee know rápido volteó hacia donde Minho estaba y también lo atrajo hacia él para besarlo con mucho amor, el aroma de Sungie en este momento era de algodón de azúcar que les decía a sus alfas que estaba feliz y que quería muchos mimos.
—Más besito de Alfitas para Sungie por favor. —Pidió el omega haciendo unos adorables ojitos pestañeando repetidamente.
Los alfas sonrieron y complacieron a su Omega mimado. Se lo merecía, Sungie había estado asistiendo a sus terapias con el psicólogo y tomaba el medicamento que el psiquiátra le recetaba.
De primera mano los Alfas pudieron saber que su Omega siempre vivió sólito en su casa mientras su madre trabajaba. En la primera sesión había entrado solo Sungie y había costado que le sacaran alguna información sobre su vida cuando no conocía a sus Alfas.
Luego de dos sesiones más la Beta se dio cuenta que Sungie no hablaría sin la presencia de sus Alfas así que en la siguientes reunión le pidió a ellos que entraran con el omega y ella muy amable con Sungie le logro sacar más datos, como que no comía nada durante todo el día esperando que su madre regresara y que la nevera tenía una cadena con candado para impedir que sacara comida sin permiso.
Minho y Lee know estaban muy indignados al enterarse de eso tan atroz como prohibirle la comida, con razón cuando recién llego a vivir con ellos su Sungie bello se asombraba cuando la mesa estaba tan llena de comida y pedía permiso para tomar algo y perdón si tomaba algo sin permiso.
¡Dios que mierda de vida! Pensó Minho acariciando suavemente la mano de Sungie para que siguiera hablando.
También contó que su padre lo levantaba a las seis de la mañana a hacer el que hacer y si Sungie estaba muy cansado y no se levantaba rápido le dejaba caer un valde de agua fría encima mojando su "nido" como él llamaba a donde dormía y después debía dormir en lo mojado atrayendo catarros a cada rato.
Asi mismo le contó que si Sungie no iba a vender a escondidas de su madre unas flores con "regalito especial" que su padre le daba, al llegar a casa le iba mal porque lo golpeaba sin parar y amenazaba con golpear a su madre si Sungie contaba algo.
—¿Nido? O sea tu cama cariño.
Había preguntado esa vez la beta.
—No cama, nido... cartón, mantas y colchón viejo. —Reveló.
Lee know vio como Minho apretaba su mandíbula y no lo culpaba él se sentía igual de impotente que su hermano. Su pequeño y adorado Sungie vivía en un infierno y ellos de estúpidos peleando y poniéndose de acuerdo para no buscarlo y dejarlo sólo a su suerte.
Algo dentro de ellos dos se había quebrado, Sungie estaba vivo porque el destino se había apiadado de él al ponerlo en su camino, de no ser así quizá ellos jamás lo hubiesen buscado en su necedad y Sungie habría tenido un final trágico en manos de ese maniático.
La beta le dijo a Sungie que también le contara como fue el día en que su madre lo dejó en la inglesa pero eso sería en su próxima sesión.
Ahora después de esa sesiones Sungie era un poco más extrovertido, algo le ayudaban y los Alfas estaban convencidos de que si seguía así podría mejorar un poco.
Ahora iban de camino hacia la iglesia y Sungie iba sentado en el regazo de Lee know mientras Minho conducía. Cantaba feliz una canción que se reproducía en la radio y los alfas amaban oírlo cantar Sungie tenia una vocesita muy armoniosa y angelical.
—Sungie haré que lances un álbum. —Anunció Minho sonriendo mientras miraba a su lindo omega.
El omega no entendió a que se refería Minho solo siguió cantando sin parar y cuando se dio cuenta ya estaba frente a la casa donde comenzó su aventura.
Bajó corriendo luego de que Minho le abriera la puerta del auto y abrió la puerta de rejitas que daba hacia el jardín para poder entrar en busca de San.
El beta se asomó por la puerta cuando escucho el revuelo en el jardín y vio llegar a Sungie junto a sus alfas.
—¡Hey Sungie pequeño, que alegría ver que no te olvidas de tus amigos!
El rubiecito salio corriendo a su encuentro y le dio un gran abrazo.
—¡San Hyung Sungie feliz de verte otra vez!
El beta repaso a Sungie de pies a cabeza y se asombró de ver sus dos marcas en el cuello.
—Ah caray Sungie veo que no han perdido el tiempo ¿eh?
Lee know y Minho llegaron donde ellos, Minho con sus manos en sus bolsillos y Lee know con sus brazos cruzados.
—Ustedes... —gruñó San mirando a los Alfas.
—¿Nosotros? —Dijeron al unísono los Alfas.
—¿Me han cuidado bien a Sungie? —Cuestionó también con sus brazos cruzados, parecía un padre pidiendo cuentas de como estaba su hijo.
—Sungie bien San Hyung Alfitas cuidan bien a Sungie y consienten mucho y dar mimos y...
—¡Sungie ve a saludar al señor Kim! —Interrumpió Lee know con sus orejas coloradas. Sungie no tenía filtro, debía distraerlo para que no revelara de más como le iba con sus Alfas.
Sungie asintió y salió corriendo hacia la iglesia por la puerta del fondo e iba tan rápido que no pudo frenar a tiempo cuando un muchacho joven quizá de su edad o más pequeño se le atravesó, era castaño de cabello ondulado.
—¡Auch! —Sungie había dado contra el piso al irse de espaldas al igual que aquel Alfa... porque Olía a Alfa.
—L-lo lamento mucho ¿te hice daño? Soy un torpe siempre haciendo todo mal. —Murmuró levantándose y levantando a Sungie también.
—No.. Sungie no hizo daño. Estar bien.
El extraño Alfa analizo a Sungie detenidamente y le pareció muy curiosa su manera de hablar, sonaba muy extraño y raro... sonrió con una bonita sonrisa rectangular. El amaba las cosas extrañas y raras fuera de lo normal.
—Soy Felix llámame Lix. —El chico que olia a Alfa le extendió una mano y Sungie la tomó sin dudar, ese chico le agradaba mucho y eso que Sungie desconfiaba de los Alfas.
—Sungie. —Dijo el omega presentándose también.
Aquel chico de sonrisa rectangular era alto y muy bonito, había algo en el que a Sungie le llamaba la atención.
—¿Ser amigo de Sungie? —Preguntó.
—Mmm si ¿Por qué no? Me siento solo y extraño aquí... y tu eres muy amable y emmm apapachable ¿puedo apretar tus mejillas?
Sungie sonrió haciendo sus ojos desaparecer, luego asintió. Ya tenía un nuevo amigo.
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El Bebe De Los Alfas Lee
FanfictionHan Jisung un joven Omega que sufre de una extraña condición llamada Infantilismo por azares del destino se encuentra con sus salvadores sin saber que ellos son más que una casualidad, Sus Alfas Lee Minho y Lee know son dos exitosos empresarios que...