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Ese día Sungie estaba aburrido, Su Alfita Lino había salido a hacer unas diligencias.
Entró en la cocina en busca de Nana ya tenía hambre pero no estaba, así que viendo si había algo para subirse y así bajar la caja de cereal encontró una silla la cual arrastró hasta ponerla en la posición adecuada para alcanza la caja.
Se subió y estiró sus manitas hasta lograr bajarla.
Se bajó de un salto y salió corriendo fuera de la cocina pero se detuvo a media sala cuando el olor riquísimo de su Alfita Minhonie lo distrajo de su tarea de "escapar lejos de Nana"
Su Alfa estaba en su oficina haciendo unas cuentas, y Sungie entró despacito sin hacer ruidos, casi de puntitas y cuando estuvo a una distancia perfecta para asustar a su Alfa levantó sus bracitos y tomó aire en sus pulmones para gritar pero fue cruelmente interrumpido.
—Pequeño travieso ya te sentí. —La voz gruesa de Minho lo hizo soltar el aire retenido.
—Sungie quería asustar. —Reprochó con un pucherito cruzando sus brazos.
Minho sonrió despegando la vista del computador y palmenando sus piernas para que Sungie se sentara.
El Omega contento porque al fin recibiría atención se sentó.
—¿Qué hace mi pequeño Sungie con la caja de cereal? —Preguntó enterrando la nariz en el cuello del menor y acariciando despacio.
—Sungie tiene hambre. —Respondió.
Minho seguía jugueteando con su nariz en el cuello de Sungie quien sentía de nuevo aquella cosa electrizante que le paseaba por el cuerpo. Luego dejo de pasar su nariz para comenzar a dejar cortos besos sobre la piel tersa del área.
—Mmm a Sungie le gusta. —Susurró en rubiecito ladeando su cabeza.
—Es bueno que te guste bebé. —Minho se deleitaba, tanto él como su lobo gruñian al sentir aquellas feromonas que Sungie soltaba en el aire.
Tomó a Sungie de las caderas y lo hizo voltear para que quedara sentado frente a él para así besar ahora sus labios.
—¿Besitos para Sungie? —Preguntó.
—Ujummm. —Minho comenzó con aquellos besitos cortos y suaves que poco a poco se convertían en más largos y más demandantes. Su Sungie había aprendido bien, porque recibía la lengua de su Alfa con más precisión y hasta ya sabía controlar su respiración.
Cortó el beso mirando a su Omega, le encantaba verlo después de besarlo por largo rato porque sus mejillas se ponían muy coloraditas y sus labios se enrojecían más y se hinchaban.
—Más... Alfita. —Pidió.
Minho sonrió, lo haría con gusto, pero tenía unos correos que enviar con urgencia y su Sungie no había comido nada.
—Lo haré bebé, pero luego si, ahora debo acabar esto. Ve con Nana en un rato comeré contigo.
Jisung hizo un puchero y Minho beso la puntita de su nariz, amaba a su Omega berrinchudo.
—Sungie quiere más besitos.
—Si haces lo que digo Sungie tu Chocolatito te dará más besitos.
—¿Besitos cosquillosos? —Preguntó con una gran sonrisa.
Minho soltó una risita, a Sungie le encantaban los besos cosquillosos y más cuando se los daban entre los dos Alfitas.
—Por supuesto cosita bonita, besitos cosquillosos para Sungie luego.
El omega se levantó muy feliz y tomó de nuevo la caja de cereal y se despidió con la manita de Minho.
Saldría al jardín un rato en lo que Nana volvía de hacer compras, le encantaba pasearse en el jardín entre las flores, se tiró en el césped en medio de las bellas gardenias y abrió la caja de cereal para comer, mientras jugaba.
—Sungie tiene Un Alfita, Sungie tiene dos Alfitas
Sungie tiene un Lobito que huele a Chocolatito
Sungie tiene un Alfita que huele a rica Galletita...Distraído comía su cerealito de colores, jugando con las hojitas y cantaba su canción. Se levantó a dar vueltas sobre el césped.
—Sungie tiene Un alfita... Sungie tiene dos Alfitas... Sungie tiene un lobito...
De pronto su canción se apagó cuando miró hacia abajo y sin querer había pisado una abeja polinizadora.
Se agachó rápido tomándola en su manita.
—¡Oh Sungie lo siente... pobre abejita no morir!
Sus ojos se llenaron de lágrimas al darse cuenta de lo que había hecho, la dejó sobre una hoja y le colocó un pétalo de flor encima.
¡Estaba horrorizado! Había aplastado a una abeja y según aquel documental que había visto sobre las abejas, si ellas morían no habrá más árboles no más flores, ni lluvia...
Estaba totalmente destrozado por lo que había hecho... había matado a un ser indefenso. Lloro y lloro con impotencia ahí sobre sobre césped.
Sungie no podía detenerse, en el césped seguía llorando sin parar por la pobre abejita, tenía ya sus ojitos rojos e hinchados por llorar tanto.
—Abejita... Sungie lo siente.
Se quedó ahí sentado llorando por lo que había pasado, ¿qué iba a hacer ahora? Había una abejita menos en el mundo además de que su familia de abejitas la iba a extrañar mucho y al pensar en ello volvió a llorar sin parar.
—¡Sungie bebé! ¿Qué te pasa? ¿Amorcito que sucede?
El aroma inconfundible de su Alfa Lee know le dio de lleno en su rostro y Sungie rápido se abrazó a él, Lee know no sabía que había pasado ni por qué su Sungie lloraba de aquella manera pero comenzó a soltar suaves feromonas para calmar a su Omega, hecho que funcionó porque Sungie dejó de llorar pero seguía con su carita escondida en su cuello.
—¿Me dirá mi bebé que es lo que tiene? —Preguntó picando con su dedo las costillas de Sungie para hacerle cosquillas.
El menor se removió tratando de no reír.
—Sungie un niño malo. —Murmuró.
Lee know frunció el ceño y lo cargó hasta llevarlo adentro de casa y sentarlo en el sofá.
—No cariño no eres un niño malo, no has hecho nada malo.
Sungie negó escondiendo nuevamente su cara en sus manitas.
—¿Qué sucede?
Ahora era Minho quien salía de la oficina y llegaba hasta ellos preocupado al ver a Sungie en esas condiciones.
—¿Bonito que pasa?
—Sungie niño malo. —Volvió a murmurar.
Minho miró a Lee know quién encogió sus hombros al no entender.
—¿Es por el cereal que tomaste bebé? Si es eso no tienes por qué sentirte mal. —Minho se había agachado frente a él para hacer que lo mirase a los ojos. —¿Es eso?
Jisung volvió a negar
—Sungie matar abejita, Pisar con zapatos a abejita del polen y sin abejita no hay árboles, ni flores ni nada... Sungie malo. —Chilló nuevamente.
Lee know suspiro de alivio al saber que a su Omega no le había pasado nada malo mientras que Minho apretaba sus labios para no reír porque esto era algo serio, un asunto serio de su omega.
—Ok bebé, sabes ¿Las abejitas mueren a diario porque trabajan muy duro... no te sientas mal, pisaste una sin querer? Pero hay más abejitas allá afuera haciendo su trabajo así que no te sientas mal. Fue un accidente. —Habló Minho con su voz muy bajita para poder calmar al omega.
—¿De verdad? ¿Más abejitas? —Preguntó sacando su carita y limpiando sus lágrimas.
—Asi es bebé, ya no llores ven aquí. —Minho y Lee know se sentaron a su lado y ambos le dieron un fuerte abrazo llenándolo de sus aromas. Sungie respiró más tranquilo solo así.
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El Bebe De Los Alfas Lee
FanficHan Jisung un joven Omega que sufre de una extraña condición llamada Infantilismo por azares del destino se encuentra con sus salvadores sin saber que ellos son más que una casualidad, Sus Alfas Lee Minho y Lee know son dos exitosos empresarios que...