Maratón 4/?
El cálido cuerpo de su omega descansaba suavemente entre sus brazos, los supresores habían mitigado un poco los síntomas molestos de su celo, pero más fuerte era su voluntad por proteger a Sungie que durante la noche cuando su lobo gruñía y rasgaba su interior para salir él se obligaba a tener el control y ejercía presión sobre su parte lobuna para proteger a Sungie de él mismo.
Eso había significado todo un reto para un Alfa como Minho.
Ahora ya a las primeras horas de la mañana Minho estaba más tranquilo, la hora más seria y cúspide de su celo había sido durante la madrugada y lo había tenido que soportar como nunca antes había hecho, anteriormente recurría a Lia así como ella recurría a él pero Sungie no era Lia... no, Sungie era un Ángel sobre la tierra que no necesitaba Alfas hormonales, necesitaba un Alfa protector y en este caso eran dos Alfas protectores.
Había sido su primer celo reprimiéndose él mismo pero el mejor de su vida porque el pequeño omega a su lado no lo había abandonado ni un segundo durante toda la noche.
Cuando el Omega sentía el cuerpo de su Chocolatito tensarse y removerse inquieto Sungie solo acariciaba y decía cosas bonitas para él, y dejaba besitos en su frente incluso le cantó tan dulcemente una canción que aprendió de su madre y Minho hasta se sorprendió de la dulce voz que poseía su omega para entonar notas tan agudas que sintió que iba en Altamar a la deriva, naufragando en su barco perdido siendo llamado por el canto de una sirena mítica e hipnotizante.
¡Perdido!
Así se había sentido mientras el dulce Sungie cantaba tan bello que su corazón se había derretido y se juró a sí mismo siempre estar al lado de su omega protegiéndolo de todo y de todos. Porque Sungie era mucho mejor que un estúpido supresor, Sungie era como una especie de Penicilina que no se encontraba en ningún lado, era única, era exclusiva y se sintió afortunado de poder recibir esas dosis exactas que en ese momento necesitaba para minimizar su malestar.
Quiero que seas tu propia luz, amor
Deberías ser tu luz
Para que así no te hagas más daño
Para que así puedas sonreír
Quiero que seas tú noche, amor
Podrías ser tu noche
Para que pueda ser honesto contigo esta noche...Aun podía recordar fragmentos de la dulce melodía. Sonrió para sí, Lee Minho era uno de las alfas más dichosas sobre la tierra, el otro era Lee know.
—¿Chocolatito despertó?
Sungie había sentido el cuerpo de su Alfita vibrar cuando había sonreído.
—Si mi bomboncito, estoy despierto y estoy mucho mejor que ayer muchas gracias por quedarte conmigo pequeño, eres tan dulce, me dará diabetes tipo uno. —Sonrió.
—Sungie muy feliz de estar con su Alfita, no dejarte nunca, a Galletita tampoco.
En ese momento la puerta de la habitación de Minho fue tocaba un par de veces.
—Adelante. —Musitó el Alfa.
—Buenos días, ¿Cómo pasaron la noche?
Lee know entró en la habitación con una bandeja de comida tanto para su hermano como para su Omega. A pesar de haber pasado la noche tranquilo sentía algo de incertidumbre. Dio una rápida mirada al cuello del omega Respirando de alivio. No era que dudara de Minho pero el control del lobo a veces es algo complicado él mismo lo sabía cuándo tuvo a Sungie el día que lo conoció y se le había adelantado el celo.
—Anoche fue la mejor noche de mi vida. —Soltó Minho. —Sungie es como una medicina que cura el dolor, dormí tan bien que me siento renovado.
—Lo sé hermano, te creo. —Opinó Lee know. —Sungie algodoncito ven a comer algo.
—Galletita. —Gritó de alegría saltando en el aire para abrazarlo con fuerza. —¿Comer con Sungie y Alfita Minhonie?
Lee know enterró su nariz en el cuello de Sungie y su lobo gruñó un poquito, no dejaban de ser animales al fin de cuentas y Sungie tenía impregnado todo el aroma de Minho, dejo salir de su aroma a galleta para también marcarlo y así estaban parejos.
—No Amorcito ya comí, debo salir a la oficina... ¿Vienes conmigo? O prefieres quedarte con Lino... tú decides bebé.
Hasta el momento esta era la decisión más difícil que el omega había tenido en su vida, decidir con qué Alfa estar. Él quería estar con sus dos Alfas, no podía elegir sólo a uno. Pero su Alfita Lino lo necesitaba y no lo quería abandonar.
—No te compliques bebé, puedes quedarte con Lino hasta que su celo acabe y nos veremos después... podríamos ir al cine en la noche.
—¿Cine?
—Si bebé, una película ¿Te gustaría?
El omega dio varios brinquitos en la cama feliz de salir con su Alfa Lee know al cine.
—Sungie se queda y en la noche al cine con Galletita. —Gritó dando aplausos.
Minho sonrió, su omega se quedaría a cuidarlo.
—Bien entonces coman, te llamaré al rato Lino.
Tomó de las mejillas a Sungie apretándolas para formar el piquito y luego le dejo un besito.
—Te amo mi masita dulce.
—Sungie ama más. —Respondió.
Luego se metió de nuevo entre las sábanas de Minho.
Lee know salió de la habitación y entonces Minho enterró su nariz en el cuello de Sungie para borrar el aroma de Lee know, ese día Sungie era para él.
—Abre boca Alfita. —Dijo tomando un poco de comida para darle a su Alfita.
Minho obedeció sin rechistar comiendo gustoso de lo que le daba su lindo omega.
—También tú debes comer mi bomboncito. —Ahora fue el turno de Minho de darle de comer.
Fue un desayuno delicioso entre besitos, caricias y mimos.
Luego de ello salieron de la cama y bajaron al centro de entrenamiento donde Minho puso una película y se volvieron a acomodar muy bien abrazaditos hasta que volvieron a quedarse dormidos.
Minho siempre había sido flojo y dormilón, pero con Sungie lo era Mucho más, el omega lo invitaba a ser más perezoso de lo habitual y querer tenerlo en la cama todo el día dándole mimos.
A la hora de la comida volvieron a despertar porque Minho pudo escuchar claramente el gruñido del estómago de Sungie.
—Sungie con hambre. —Murmuró medio dormido el omega pegándose más al Alfa.
—Bien pequeño omega mimado vamos a comer, necesitas llenar esa pancita.
Levantándose tomó a Sungie entre sus brazos y cargado lo llevó hasta la cocina donde Nana ya preparaba la deliciosa comida.
—Iba a llamarlos, pero estaban tan dormidos que no tuve el valor, la comida está lista les hice brochetas de cordero.
El estómago de Minho también rugió esas eran sus favoritas.
—¿Galletitas para Sungie Nana? —Preguntó el omega.
—Primero la comida cariñito.
Sungie puchereó ante la mirada de Minho quien sonrió y Nana quien rodó los ojos.
—Ay está bien Sungie te daré galletas.
—Nana consientes mucho a Sungie. —Repuso Minho tomando su plato de comida.
—Mira quien habla, el Alfa que se dejó cuidar en el celo sólo porque Sungie se resistió a irse. —La Omega mujer levantó una cejita.
Minho ya no dijo nada pues su vieja Nana tenía razón, nadie más que ellos dos consentían más a Sungie en aquella casa y eso lejos de molestar los volvía los Alfas más felices del mundo.
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El Bebe De Los Alfas Lee
FanficHan Jisung un joven Omega que sufre de una extraña condición llamada Infantilismo por azares del destino se encuentra con sus salvadores sin saber que ellos son más que una casualidad, Sus Alfas Lee Minho y Lee know son dos exitosos empresarios que...