Erin descubrió el cuarto de sistemas. Estaba en completa oscuridad, a pesar de que todos los aparatos tenían foquitos que parpadeaban. Quitó la rendija del ducto. Estaba muy pequeña, pero se obligó a pasar por ella. Quedó a un par de metros del suelo. Se impulsó con sus piernas y aterrizó con suavidad en el suelo. A tientas encontró el pomo de la puerta, y lo giró. Al abrir, estuvo en un pasillo de paredes azul marino. Estaba dentro. Comenzó a caminar, hasta que llegó a un elevador. Junto a él estaba un mapa del edificio. Le tomó menos de un minuto en encontrar su objetivo.
Cuando llegó al piso 5, un tipo armado se le fue encima. Erin tuvo tiempo suficiente para golpearlo y quitarle su tarjeta de identificación.
En aquel lugar estaba rodeada de oficinas vacías. Habían evacuado esa área. Caminó hacia la habitación de documentos, y entró. Atrancó la puerta y comenzó a revisar los archivos hasta que uno de ellos le llamó la atención. Era una carpeta vieja que contenía un disco.
La carpeta estaba marcada con un código y un apellido.
Con cuidado guardó el disco y salió de ahí.###############
La sala de armas estaba vacía, y en cuanto Harrison cayó en la cuenta de la trampa, mandó a todos arriba por las escaleras.
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Erin subió otro piso más, en donde había más oficinas con personas trabajando. Cuando salió del elevador sacó su pistola y disparó al techo. Hubo gritos y miradas aterradas. -¡ESCUCHEN TODOS! ¡Si se mueven, si gritan, incluso si toman el teléfono, los mataré!- gritó ella mientras iba hacia una oficina, en donde estaba una chica morena. Esta comenzó a temblar cuando Erin le lanzó un disco. -Ábrelo- ordenó ella. La chica metió el disco en el quemador del CPU con las manos temblorosas. Erin observaba a las personas y sus acciones. Unas mujeres.lloraban y rezaban, mientras que los hombres la observaban con pánico. La computadora abrió varios archivos, y Erin sacó a la mujer de su silla. -Vete a la otra oficina, rápido- le ordenó. La morena fue al cubículo de su compañero y comenzó a temblar. Erin de abrió los documentos y memorizó la información. Luego sacó el disco y le disparó. Sus rehenes ahogaron unos gritos. -Ahora van a hacer todos una fila y van a bajar en el ascensor. No intenten nada, ¡rápido!- ordenó Erin.
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Harrison encontró la carpeta vacía y sufrió un ataque de furia. Se llevó a su equipo escaleras arriba al piso 6. Había trabajadores ahí.
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Erin entró en el ascensor con las diez personas. Nadie respiraba salvo ella. Al llegar al piso 1, todos salieron corriendo. Luego Erin se dispuso a salir hasta que el sistema de seguridad bloqueó las puertas y los oficiales llenaron el piso principal. Todos armados y listos para un ataque. Erin no podía usar el ascensor, así que optó por subir las escaleras. Ese fue su peor error.
Un grupo de 15 hombres armados la vieron y se lanzaron por ella. Erin le disparó a cuatro de ellos y cuando se quedó sin balas, recurrió a correr escaleras abajo.#################
Harrison y el resto de su equipo bajaron corriendo al escuchar que el objetivo estaba en la planta baja. No podía perderla. No esa vez.
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A Erin comenzaron a dispararle y tuvo que zig-zagear. Estaba siendo perseguida, y eso le fastidiaba. Corrió lo suficiente entre personas gritando y se escabulló para llegar a la salida del estacionamiento.
Jeff había escuchado detonaciones y gritos. En realidad seguía escuchando gritos y desesperación que hacían eco a través de las paredes. Tenía la tentación de moverse hasta que escuchó que alguien corría hacia él. Era una mujer. Y detrás de ella venían 11 agentes, persiguiéndola. -¡Abre la puerta!-gritó ella. Jeff se giró y abrió la puerta de cristal, sin detenerse a pensar. Cuando la chica pasó corriendo a su lado con el cabello castaño volando, ella le guiño un ojo y le lanzó un beso, para después desaparecer en la oscuridad. Entonces y solo entonces, Jeff la reconoció, y con el corazón a punto de estallar, salió tras ella.
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La Última Jugada
ActionMi padre me dice que esto es un juego de Ajedrez. Que el mundo es el tablero, y que la organización y nosotros somos las piezas. Apuesto a que estoy en el lado blanco, aún cuando mis manos están llenas de sangre. Aún cuando a mis espaldas solo hay m...