Cinco años después
Jeff tecleaba en su computadora portátil. El café de su taza ya estaba frío, y su escritorio estaba lleno de reportes que debía ingresar en el sistema. Cada una de esas misiones habían sido un éxito. Las cosas en el FBI habían cambiado desde su nombramiento como líder. Había eliminado a las personas corruptas, y ahora sus agentes debían ser entrenados con un mejor programa. Había mantenido a su lado a Nathan y otros agentes que le brindaron apoyo incondicional desde el principio.
Sin embargo... Gran parte de su éxito se lo debía a un agente encubierto al que no conocía, pero que siempre lo mantenía informado.
9Hud117 le envió unas coordenadas de un campamento terrorista. Jeff compartió la información con Nathan y el equipo de informática para ubicar el lugar en un mapa. La respuesta le llegó de inmediato. Realizó un par de llamadas y envió a un equipo especial para neutralizar la zona.
Jeff le envió un mensaje a 9Hud117. Ya llevaba más de dos años tratando de convencerlo para conocerlo. Lo quería en su equipo, pues era de gran ayuda. Sin embargo, siempre recibía una negativa.
Envió el mensaje de nuevo, y esperó.
Fue entonces cuando revió el calendario, y se dio cuenta de que era el aniversario de la muerte de Valerie. Se dijo a sí mismo que al salir iría a dejarle flores, como cada año que pasaba. No había podido rehacer su vida amorosa con otra persona. Había tenido muchos fracasos porque nadie parecía ser compatible con su corazón.
Su computadora emitió un sonido. 9Hud117 había contestado. Se sorprendió al leer la respuesta.
-OK. En Praga.-
Jeff observó el reloj de su muñeca. Hizo cuentas mentales y envió un mensaje a su piloto personal.
-Salgo de inmediato. ¿Lugar de encuentro?- tecleó.
-Puente Carlos. Repórtate al llegar para movilizarme- respondió el agente.
Jeff tomó su saco del respaldo de su silla, y salió de su oficina corriendo.
***
Jeff aterrizó en Praga en la mañana. El jet lag lo estaba matando. Dio órdenes a su piloto de que lo esperara, y después tomó un taxi al Puente Carlos. En su celular, le envió un mensaje a 9Hud117.
-Estoy en Praga-.
El agente le respondió.
-OK. Espero-.
Jeff observó por la ventana. Praga era un lugar mágico. Sintió una punzada de culpabilidad en el estómago al recordar una promesa que había hecho hacía cinco años. Se sintió un poco pero al recordar que no había ido a dejar flores ese año. Miró hacia el cielo, y se disculpó con ella por faltar a su cita. Confiaba en que pudiera entender que era por asuntos de trabajo, para lograr el mundo que ella quería que fuese.
El taxista lo dejó a un par de cuadras del puente. Jeff bajó del auto y comenzó a caminar por las calles llenas de personas. Lo suponía. El agente encubierto era lo suficientemente listo como para no poner en peligro su vida. Comenzó a pasar por el puente, pero había demasiada gente y además no conocía la identidad del sujeto en cuestión. Su mirada se desvió a una cabellera larga y ondulada de color café. Era una mujer. Sintió algo muy familiar al ver la manera en la que estaba recargada en el barandal. Su corazón comenzó a latir con mucha fuerza, casi de manera dolorosa. Intentó seguir caminando pero sus pies estaban clavados en la tierra. Con dedos temblorosos mandó otro mensaje.
-¿Quién eres?-.
La respuesta que obtuvo hizo que el mundo se detuviera.
-Sujeto 97-0A-.
Entonces la mujer se dio la vuelta, y Jeff corrió a abrazarla.
-¡Valerie!- gritó mientras la abrazaba con fuerza. Ella aún conservaba su pequeña y delgada figura. Sin embargo era ella. Esta viva.
Valerie le dio unas palmaditas en la espalda. Cuando Jeff se separó de ella, la observó con detenimiento. No podía hablar. Ella sonrió con tristeza. -Hola, Jeff- le dijo.
Jeff volvió a abrazarla, aspirando su olor. Era ella, y solo ella, y no había nadie más que ella en Praga.
-Creí que estabas muerta- dijo, sintiendo que las rodillas se le doblaban. Los ojos de Valerie se llenaron de lágrimas. -Siempre estuve contigo, Jeff... Es solo que no estaba lista para verte de nuevo. Eran demasiados recuerdos- contestó. Jeff buscó la cadena de plata que llevaba oculta bajo su ropa todos los días. En ella estaba el anillo que le había regalado tiempo atrás. Había presionado a Nathan hasta recuperarlo. Valerie sollozó, y volvió a abrazarlo. -Oh, Jeff...- susurró. -Siempre has sido solo tu, Valerie. Te lo dije... Y ahora que estás aquí... Solo quiero abrazarte y no dejarte ir- contestó Jeff. Valerie se separó un poco de él. -Tu recuerdo era lo único que me hacía levantarme en las mañanas- le dijo, con una voz dulce y cargada de felicidad.
Jeff la tomó de las manos. -Todos creímos que estabas... muerta. Llevé flores a tu tumba vacía durante cinco años- comenzó. Valerie negó con la cabeza. -De verdad lo siento. Pensé que iba a morir... Incluso creo que lo hice, en algún momento. El auto se derrapó, y no lo pude controlar. Sentí que volaba por los aires y entonces mi cuerpo cayó en algún lugar del bosque. Caí con tanta fuerza que dejé de respirar y me desmayé... Desperté en la casa de una mujer que vivía cerca de ahí. Ella me salvó la vida- susurró. Jeff no podía creerlo. Estaba fuera de sí. Quería llorar, reír, gritar, pero tenía miedo de soltar a Valerie. Temía que ella pudiera desaparecer. -No me dejes, Valerie. No esta vez, por favor... No lo soportaría de nuevo- dijo Jeff, mientras se ponía de rodillas. Ella sonrió y Jeff sintió que su mundo se iluminaba de nuevo. -Cuando me cambié la identidad, me puse tu apellido. Sentía como si nos hubiéramos casado...- rió. Jeff la imitó, mientras su corazón comenzaba a sanar. -Cásate conmigo, Valerie. Podemos hacerlo- le dijo. Valerie se arrodilló frente a él. -Sí. Quiero irme contigo. A donde sea, pero contigo- respondió llorando de felicidad.
***
Jeff alquiló un auto. Apagó su celular y se olvidó de su trabajo por un momento. Estaba con el amor de su vida.
Valerie subió al auto, sonriendo y Jeff comenzó a conducir. Valerie bajó la ventana y sacó su cabeza, sintiendo como el aire agitaba sus cabellos.
Ella había estado lejos por mucho tiempo, pero ahora estaba en paz. Para Valerie, su hogar no era una casa, era una persona. Y esa persona era Jeff.
Jeff era la persona más feliz del planeta. Iría hasta el fin del mundo con Valerie. Había encontrado la felicidad.
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La Última Jugada
ActionMi padre me dice que esto es un juego de Ajedrez. Que el mundo es el tablero, y que la organización y nosotros somos las piezas. Apuesto a que estoy en el lado blanco, aún cuando mis manos están llenas de sangre. Aún cuando a mis espaldas solo hay m...