Las Vegas

354 24 1
                                        

-Helena, no vayas- susurró Charles, preocupado. Su esposa estaba planteándose ir a ver al sujeto 97-0A. Una chiquilla de 14 años. La hija de sus enemigos. -Charles, sólo así nos dará información. Ya hablamos con todos... Robert, Mara, Ezra, William, Louisa y Henry. Nadie sabe nada de Eric- contestó Helena, desesperada. Charles suspiró. -Eres terca- le dijo a su esposa. Helena le regaló una sonrisa. -Habrá otros agentes conmigo, lo prometo- susurró ella, tomando de la mano a Charles. Él se limitó a mirarla. Benedict entró en la oficina, y Charles se sacudió la mano de Helena. Ella le dedicó una mirada dolida, pero en seguida se repuso. -Sigo pensando que es una mala idea- dijo Benedict, mirando a Helena. Ella suspiró con fastidio. Charles se acercó a su medio hermano, con un rostro de disgusto. -Espero hayas controlado a Harrison- le dijo en tono amenazador. Benedict se encogió de hombros. -Está encerrado, pero sigue insistiendo en que él debe matarla- le respondió. Charles negó con la cabeza, claramente enojado. -No pudo hacerlo cuando la chiquilla tenía 10- contestó.
Benedict iba a decir algo más, pero luego se percató de que Helena ya no estaba ahí. Charles salió corriendo por los pasillos seguido de su medio hermano. Ambos llegaron a la sala de interrogatorios. Helena ya estaba adentro con la niña. -Charles... Debemos sacarla de ahí...- susurró Benedict, mientras miraba la escena a través del vidrio blindado y polarizado que los separaba de la habitación blanca llena de cámaras. Charles llevó su mano hacía su pistola. -Quiero ver que hace- contestó. Benedict lo miró, incrédulo, pero se limitó a guardar silencio y observar.
El sujeto 97-0A estaba sobre una camilla azul, con la ropa naranja propia del reclusorio. Sus cabellos estaban enmarañados y su mirada estaba perdida al frente. -Hola... ¿Querías hablar conmigo?- saludó Helena, mientras se acercaba despacio a la niña. La pequeña pareció salir de sus pensamientos, y le prestó atención a Helena. Charles aguantó la respiración cuando el sujeto 97-0A habló. -Yo conozco el lugar en dónde está mi padre-. Benedict salió de la habitación. -Voy por un equipo armado- avisó antes de marcharse. Charles decidió esperar. Hasta que la chiquilla comenzó a llorar. Y Helena se acercó más a ella. -No llores, puedes decirme lo que sea. Te vamos a ayudar- susurró cariñosamente, mientras el espacio entre las dos disminuía. La niña abrió los brazos. Pedía un abrazo. Helena la abrazó sin pensarlo. Charles se tensó. Observó con terror creciente como la niña envolvía el cuerpo de Helena con sus brazos y piernas. Como una pitón. Charles pulsó el botón del micrófono y le ordenó a su esposa que se alejara de la niña. Helena se separó un poco, y cuando pudo comprender lo que sucedía era tarde. Los ojos de la niña estaban llenos de odio. Charles observó cómo la hija de Eric Shields retorcía la cabeza de Helena y lanzaba su cuerpo lejos de ella. Él salió corriendo hacia la puerta de la habitación hasta que un equipo armado llegó y lo alejó de ahí. Escuchó disparos y gritos. Un par de horas después pudo regresar a ver el cadáver de su mujer. El sujeto 97-0A había escapado. Charles caminó por los cadáveres y sangre de los agentes caídos hasta llegar al cuerpo de su mujer. Se arrodilló a su lado, y la sujetó entre sus brazos. Estaba fría, con unas manchas moradas y azules alrededor del cuello. En el funeral, pudo escuchar como muchos agentes decían que la niña era muy parecida a Eric Shields. Charles maldijo a todos. Sabía que iban por él. Aumentó la seguridad, se deshizo de personas que eran débiles y esperó a que Eric llegara a matarlo. Después de 4 años, Eric y su hija habían desaparecido de la tierra. Todos continuaron con sus vidas, o lo intentaron. Charles simplemente utilizó ese tiempo para seguir mintiendo y sobornando. Todo marchaba bien hasta que Harrison le avisó que el sujeto 97-0A había salido de su escondite.

#####################

Charles sacudió su cabeza para eliminar sus recuerdos. Pensar en Helena le hacía sentirse un estúpido. Pudo haberla salvado. Pudo usar el secreto que sabía... Pero había decidido mantenerlo. Recibió una llamada. Se alejó del área de casino hasta los baños, y ahí contestó. Le dieron la dirección de un fraccionamiento en Minnesota. Colgó y se obligó a aprender esa información. Había enviado a tres hombres a detener a Eric Shields, pero sólo uno de ellos había escapado con vida. Decidió guardarse esa información. Él había organizado una red de espías para localizar a Eric Shields. Lo habían encontrado en una casa en Minnesota. Charles sabía que debía esperar. Él quería encargarse personalmente de Eric, el hombre que una vez había sido su agente de élite favorito. Llamó a Harrison para presionarlo.

La Última JugadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora