El enemigo

316 25 0
                                    

Erin bajó de manera suicida por los fierros de la noria, hasta que encontró una escalera y comenzó a bajar, mientras se concentraba en escuchar con atención cada sonido. Personas riendo. Juegos mecánicos en movimiento. Música de carnaval. La sangre le abandonaba los nudillos de lo fuerte que se sujetaba para no caer.
Jeff estaba aguantando la respiración por culpa de la altitud a la que estaba. Tenía miedo de resbalarse y caer. Hacía todo lo posible por solo pisar y sujetarse de las barras que Erin usaba. Vio que ella bajaba por una escalera y se apresuró a bajar mientras era consciente de que las personas que los veían gritaban y les decían improperios a causa del peligro.
Erin cayó al suelo, teniendo como instinto el correr lejos. Sin embargo, llamaría mucho la atención. Jeff cayó a su lado, sudando. -¿Y ahora?- le preguntó mientras recuperaba la respiración. Erin observó a su compañero. No podía dejarlo. Recordó el rostro de Josh cuando le pidió que lo matara. Recordó a Idina. No iba a perder a nadie más. Lo tomó de la mano y lo arrastró consigo entre la gente mientras buscaba algo que pudiera usar como arma.

Jeff estaba obligando a sus pies a ir más rápido porque Erin no se veía con intenciones de dejar de correr. Estaban tomados de la mano, y Jeff hacía todo lo que podía por no sentir nada. Él había tomado de la mano muchas veces a muchas chicas, pero nunca a una como ella. "Esta es tu misión" pensó. "Aquí terminó todo". Había sido algo muy rápido, a su parecer. Un día. Harrison trabajaba rápido.

Erin encontró un puesto de tiro al blanco. Mientras el dueño estaba con sus clientes, aprovechó y robó un arco y una flecha de madera sin punta. Estaba sudando por el esfuerzo, y no pensaba que eso pudiera ayudarle con todos sus enemigos. Observó a Jeff quien estaba tomando aire. Se escondieron detrás del puesto. Erin se levantó el pantalón hasta el muslo y se sacó una navaja. Jeff se había quedado embelesado con su piel, pero ella ni se dio cuenta. Comenzó a afilar el palito de madera hasta que se astilló la mano. Entonces preparó el arco y estiró lo más que pudo. Apuntó a un agente que estaba por acercarse y disparó. Jeff lo vio caer de espaldas con el palito de madera saliendo de su garganta. La sangre manchaba el suelo y nadie se daba cuenta. Sintió que alguien lo jalaba de la playera y descubrió que Erin volvía a correr. Sus pulmones ardían cuando se mezclaron con la multitud. Empujaban, golpeaban y las personas se quejaban o les regresaban los golpes.

Erin se movía con fluidez entre el mar de personas. Chocó con uno de ellos, pero antes de que pudiera ponerle las manos encima, le enterró la navaja lo más profundo que pudo. Jeff ahogó un grito detrás de ella. -¡Hay que irnos de aquí!- ordenó, mientras dejaba caer el cuerpo del agente muerto. No sabía si tenía tiempo. No sabía como habían dado con ella. Continuó jalando a Jeff. Se alejaron de la gente hacia otra área no tan llena y entonces aparecieron cinco. Con la navaja aún chorreando sangre, se lanzó a la pelea.

Jeff no sabía que hacer. No estaba seguro de cómo actuar. Cuando uno de los tipos se le acercó, le soltó un golpe y se enfrascó en su propia pelea, mientras por el rabillo veía el cabello de la asesina volar mientras lanzaba golpes y patadas. Escuchó el terrible sonido de algo romperse a su lado, y cuando giró hacia Erin observó que un hombre y una mujer estaban en el suelo, con los cuellos torcidos de una manera muy extraña. Jeff trató de derribar a su enemigo como le habían enseñado, pero casi se olvidaba de que venían del mismo lugar, así que él fue quien terminó en el suelo.

Erin terminó con los dos que le faltaban y se apresuró a ayudar a Jeff, hasta que vio que a lo lejos varios hombres y mujeres corrían hacia ella. Corrió alejándose de todo. Corrió mientras la seguían. Frente a ella encontró una casa del miedo. Afuera estaba un cartel que decía "FUERA DE SERVICIO". Brincó las cadenas y se sumergió en la oscuridad. Corrió hasta que estuvo en una cámara con luces verdes que hacían todo un poco más aterrador. Se encontró siendo rodeada por hombres y mujeres de trajes especiales, con armas y listos a matarla. Pero Erin era una nube giratoria de muerte, la reina de las sombras... Y esas personas ya estaban muertas.

La Última JugadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora