17.

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—¿Por qué no podemos conocerlo hasta que lleguen Sungho y Woonhak? No es justo

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—¿Por qué no podemos conocerlo hasta que lleguen Sungho y Woonhak? No es justo. —Riwoo le dedicó un mohín, pero él negó con la cabeza.

—No te esfuerces, eso no funciona conmigo.

—Es una pena, Jaehyun cae siempre. —Sonrió y se giró para comprobar que el aludido seguía en los servicios de aquel pub del centro en el que habían quedado—. Tendrías que haberte hecho una fotografía con él, aunque me hago una idea de cómo es.

—¿Ah, sí?

—Eres muy predecible, Kim.

—¿De qué hablan? —Jaehyun se sentó junto a Riwoo en el reservado que habían ocupado y se llevó a la boca la guinda de su bebida.

—Del prototipo de Leehan. —el castaño permaneció callado e intentó no sonreír.

—Solo has salido con chicas pero teniendo en cuenta cómo eran tus anteriores citas... me lo imagino rubio y alto—recitó Jaehyun.

—Y de aspecto inalcanzable —añadió Riwoo.

—Frío y con cara de estar oliendo mierda.

—¿Qué demonios...? ¡Eso no es verdad!

—Jaehyun tiene razón. La última relación seria que tuviste fue hace casi tres años. ¿Cómo se llamaba...? Ah, sí, Sooyoung, la agente inmobiliaria. Pasé cinco minutos con ella cuando me la presentaste en aquella cafetería y lo primero que hizo fue amenazarme para que dejara de ser tu amigo porque según ella, era culpa mía que ustedes ya no pasaran más tiempo juntos y después, hizo que me sintiera como una foca por pedirme una rebanada de pastel de chocolate.

—Eso fue una excepción. Pero se equivocan totalmente con Taesan, chicos. No es rubio, aunque creo que sí es de mi altura pero les aseguro que no parece que esté oliendo mierda, se pasa el día sonriendo. O protestando, en su defecto.

—¿Sonríe? ¿Te tiraste a un chico que sonríe? ¡Aleluya! —Jaehyun hizo una mueca cuando Leehan le dio una patada por debajo de la mesa.

—Ya basta. Suficiente problema tengo con él como para aguantar esto. Mañana conocerá a mi familia y es una situación complicada para todos.

—¿El trabajo va bien? —preguntó Jaehyun, decidiendo que lo mejor era cambiar de tema.

—Sí, aunque «Kwa e hijos» se me sigue resistiendo.

—Solo tienes que darles lo que buscan para contentarlos. —el castaño sonrió, porque esa era la frase que él solía decir siempre—. Y los tendrás comiendo de la palma de tu mano.

—Eso es lo que hago con él —bromeó Riwoo señalando a su novio.

—Oh, Riwoo, no te emociones.

Riwoo repitió el mohín que había hecho instantes atrás, pero en esa ocasión sí surtió efecto: la mirada de Jaehyun se tornó tierna y deslizó un brazo por su espalda para acercarlo más a él. Leehan aprovechó aquel momento para levantarse.

Blissful Madness | GongfourzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora