Capítulo 26. Joven Zhou.

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──Estuvo bien, hoy anduve paseando por el pueblo, ──Xu Cheng Yan sonrió. ──Hay un templo por aquí, planeo ir a verlo mañana. ──Luego agregó: ──Por cierto, no estoy seguro de cuándo regresaré, ¿qué tal si te envío los sellos por correo mañana?

──No hay problema, no tengo prisa, ──Jiang Lin respondió rápidamente. ──Si estás listo para regresar, avísame y te iré a buscar.

──De acuerdo.

Después de colgar el teléfono, Xu Cheng Yan colocó los sellos en la mesa y se fue a descansar.

A la mañana siguiente, el joven pianista se despertó temprano y envió un mensaje a Qin Zhou para prepararse para visitar el templo, pero antes de salir, preparó algunos bocadillos y agua, y al terminar , salió con su mochila.

Ambos se reunieron en el muelle, donde Qin Zhou ya estaba esperando cuando Xu Cheng Yan llegó. Qin Zhou también llevaba una mochila y saludó efusivamente a su cliente.

Una vez reunidos, caminaron juntos hacia la base de la montaña.

──Jefe, hay un atajo por aquí que nos llevará directamente a la base de la montaña, ──dijo Qin Zhou mientras llevaba a Xu Cheng Yan por una serie de callejuelas. No pasó mucho tiempo antes de que llegaran a la base de la montaña.

Debido a que había menos turistas en el pueblo últimamente, había aún menos gente subiendo la montaña por la mañana.

Qin Zhou caminaba delante de Xu Cheng Yan y le advirtió: ──Jefe, ten cuidado aquí, está parte del camino es un poco empinada. ──Eran alrededor de las nueve de la mañana y el sol ya brillaba intensamente.

Xu Cheng Yan se estaba calentando por el sol, así que se detuvo y se quitó la chaqueta, guardándola en su mochila antes de continuar subiendo.

Justo cuando estaban doblando en una curva, pisó en falso y se tambaleó hacia un lado.

──¡Jefe! ──Qin Zhou a su lado rápidamente extendió su brazo y agarró el brazo de Xu Cheng Yan, pero no pudo evitar que ambos cayeran juntos. Afortunadamente, cayeron sobre el césped, y Qin Zhou rápidamente ayudó a su jefe a levantarse y preguntó: ──¿Estás bien?

Xu Cheng Yan se levantó, sacudió las hojas de hierba de su ropa y respondió: ──Estoy bien.

El joven guía también revisó la ropa de su jefe y, mirando de reojo, notó que su reloj de pulsera se había roto debido a la caída. Sorprendido, levantó su mano y examinó detenidamente el reloj.

Xu Cheng Yan notó la reacción del guía y preguntó: ──¿Qué pasa?

Y acercándose, notó que la carátula del reloj estaba rota.

Qin Zhou lo manipuló por un momento y notó que las agujas no funcionaban. Luego respondió: ──Creo que se rompió por la caída.

Después, el guía guardó el objeto descuidadamente y estuvo listo para seguir subiendo, pero Xu Cheng Yan se quitó su reloj de pulsera y se lo ofreció diciendo: ──Usa mi reloj por ahora.

Qin Zhou lo miró y rápidamente dijo: jefe, este es bastante valioso...

No entendía mucho de relojes, pero al ver que Xu Cheng Yan estaba bien vestido y tenía la piel clara, se dio cuenta de que era alguien de la ciudad. Además, este reloj mecánico también estaba hecho de una mano de obra muy exquisita, lo que probablemente lo hacía bastante caro.

──No importa, ──dijo Xu Cheng Yan mientras miraba el reloj. ──No tiene mucho valor.

Este reloj era un regalo de cumpleaños que el señor He le había dado, pero después descubrió que Shen Xiuzhu tenía uno exactamente igual, por lo que dejó de ser algo valioso, sólo era un reemplazo.

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