Vuelo A La Libertad

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Y adentró en la casa mientras Javier se seguía ahogando en Alcohol, por radio le avisaron «Han quemado viva a su madre patrón, está muerta». Los ojos se le estremecieron por el impacto de lo dicho, sus labios se unieron con efervescencia y dio un parpadeo en un solo ojo, el pánico ya lo estaba carcomiendo. 

Pronto Renzo y Angélica con numerales hombres de negro custodiándolos aparecieron delante sus ojos, y con su hermano que lo tenían sometido de rodillas con un arma apuntándole en la cabeza. Ciertamente, habían llegado hasta él más pronto gracias a la ayuda de Gustavo, que les dijo por qué camino ir, tenía el ánimo peor que un perro abandonado.

La mirada de Angélica y la de Javier se cruzaron, ella pasó amargo, quería ir a clavarle mil cuchillos. Pero en ese momento a ella lo que más le importaba era tener a su hijo en sus brazos. 

—¿Dónde está Axel? —preguntó con voz cortante.

—Pasillo izquierdo a la tercera puerta, el código para entrar es ***** —se adelantó a decir Gustavo apenas en un nítido hilo de voz. Él tenía la cara abajo. Esa noche por primera vez se sintió peor que la basura. 

Angélica corrió hacia esa habitación acompañada de un mercenario, entre tanto Renzo y los demás sometieron a Javier.

Al llegar y entrar a la habitación, Axel yacía en la cama profundamente dormido, Angélica se acercó lentamente a él, sus ojos se llenaron de lágrimas. Con su mano acarició una de sus suaves mejillas sintiendo la calidez de su pequeño cuerpo, y sin poderlo evitar soltó un leve pujido de dolor. Luego extendió sus manos y lo cargó como bebe sin despertarlo, por segundos olió su aroma, sintió su calor, tocó sus manitas, tenerlo al fin en sus brazos le rehabilitalizaba el alma.

Al salir y pasar por dónde tenían sometido a Gustavo y a Javier, pasó de lado ignorándolos. Pero, al escuchar la voz de Javier no pudo avanzar. 

—Por favor no hagas que me odie mi hijo —pidió Javier con una voz misericordiosa, sin duda cualquier persona se hubiera conmovido de no haberlo conocido. 

A Gustavo, que estaba a su lado de rodillas, se le inyectaron los ojos de sangre, apretó los puños y cerró la boca con fuerza.

Angélica miró muy directo a los ojos a Javier, su mirada era de desprecio.

—¿Qué dices? Pero ni siquiera sabrá que fuiste su padre —eso fue una puñalada directa a él sin necesidad de usar un cuchillo, Javier se quedó pasmado, ella siguió su camino, pero de nuevo otra voz sonó en el aire.

—¡Perdóname! —le gritó Gustavo. Su voz estaba quebrada.

Ella abrió los ojos de golpe y por un instante detuvo sus pasos; sin embargo, esta vez ni siquiera miró hacia atrás. Solo deseó que Dios logrará hacerlo por ella y continúo su camino. 

Al salir Angélica, Renzo se acercó a Javier.

—¿Recuerdas lo que te dije si de confirmar de que abusaste a Angélica, lo que te haría? 

Javier pasó crudo, lo recordaba perfectamente. 

—¿O sería más divertido dejarlos matarse entre hermanos? 

...

Afuera, mientras Angélica avanzaba poco a poco, sus piernas se le iban flaqueando. Esa opresión que había tenido todo ese tiempo se comenzaba a liberar, su estómago dejaba de sentirse sofocado. Sin ser consciente desahogo todo el llanto que tenía acumulado, y en un paso más se desplomó hincada en la tierra con Axel en brazos. 

—¿Mamá? —habló Axel adormilado.

—Sí, soy yo, mamá ha venido por ti. 

El niño extendió su mano y acarició la mejilla de su madre, ella sintió la calidez de su mano. Su corazón se contrajo de alegría. 

Una medía hora más abordó de un helicóptero; Angélica, con su hijo en brazos y con Renzo al lado de ellos abrazándolos con cautela, se alejaban de todo lo malo que había en sus vidas. 

Angélica miró por la ventana, la madrugada recién estaba terminando, ella contempló al cielo naranja en el horizonte mientras el aire frío le erizaba la piel, esto le dio la gratificante sensación de libertad. Sus comisuras se elevaron sutilmente. 

Renzo al ver su sonrisa estrechó más a su abrazo y también sonrió.

—Ahora son libres —dijo él, y ella ladeó su cabeza arrecostándola en su hombro.

Así, abrazados los dos, siguieron contemplando el amanecer durante todo el vuelo... 



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