EL CONDUCTOR

76 11 0
                                    

Dos meses y ya no aguantaba más.

Hacía dos meses desde que decidieron traer a la tripulación de Uma a Áuradon. Al principio estuvo bien. Camas cómodas y almohadas suaves, comida comestible, ropa nueva, magia... Todo lo que no tenían en aquella isla salida del mapa lo tenían allí. Lo mejor fue no tener que lidiar nunca más con sus padres ni tener que estar alerta de cualquier peligro. Pero eso le quitaba la gracia.

Uma estaba muy aburrida de ver tantas princesas y príncipes sonrientes y falsos. No soportaba tener que ponerle buena cara a Mal ni que todo el mundo fuera tan bueno allí. Incluso echaba de menos la Isla de los Perdidos. En ciertos aspectos, el lugar donde se crio era mucho mejor que Áuradon.

Desiree, Jonas y Harry parecían ser los únicos que compartían su misma opinión. Uma sabía que Gil estaba mucho mejor viviendo en Áuradon. Él siempre fue demasiado bueno para la Isla. Y el resto de la tripulación parecía muy feliz en este nuevo sitio. Pero ellos cuatro no lo vivían así.

Fue por eso por lo que planearon una escapada por la noche para causar estragos en Áuradon.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Llamaron a la puerta de su habitación.

Uma fue a abrir rápidamente para encontrarse con su primer oficial detrás de la puerta. Tras compartir sonrisa maliciosa, ella le dejó entrar antes de que alguien le viera.

—¿Dónde están los demás? —preguntó Harry una vez vio la suite vacía.

—Desiree y Jonas no vienen. Lo último que supe de ellos es que estaban juntos en la habitación de Desiree. Ahora ninguno de los dos me contesta, así que ya te imaginarás... —Uma levantó las cejas y abrió un poco más los ojos.

—Supongo que se han tomado muy enserio eso de "expresar tus sentimientos". Desde que llegamos y nos dijeron que no nos juzgarían por mostrar emoción, ¿no te parece que están más cerca que antes?

Uma asintió con media sonrisa.

—¿Qué hay ahí? —ella cambió de tema señalando la bolsa negra con chapas que Harry sostenía. Él se rio entre dientes y la puso encima de la mesa.

—Es para divertirnos un poco más —el chico le enseñó todos los explosivos que había conseguido, haciendo reír a Uma. Claro que no harían demasiado daño, pero algo pequeño se quemaría.

—Bien, yo también tengo varias cosas más. Ahora necesitamos algo que nos lleve a diferentes puntos del reino —notó.

—A mí se me ocurre algo...

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Cuando salieron de la Academia de Áuradon, Harry guio a su capitana a un estacionamiento que había visto cuando llegaron. Antes de entrar y que las cámaras los detectaran, ambos se pusieron las capuchas de sus chaquetas y se taparon para que no los reconocieran. Luego él tiró una piedra directamente a la cámara que los apuntaba.

—Se nota que has planeado esto —dijo ella. Harry le sonrió.

—Sabes que soy de los que improvisan, pero esta vez quería prepararlo mejor.

Con el garfio golpeó el cristal de un coche de un brillante color rojo eléctrico y quitó el bloqueo de la puerta para abrirla. Después quitó los pequeños fragmentos de cristales de su asiento y, con un pasador que le pidió a Uma, consiguió arrancar el coche.

HUMA ONESHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora