"Parece tan feliz".
Era la gran noche del Cotillón.
Y todo estaba yendo acorde al plan.
Uma había logrado traspasar la barrera y hechizar a su príncipe. Ahora solo tenía que fingir un poco más hasta conseguir que diera la orden de levantar la barrera.
Eso era lo que Harry se repetía en la cabeza.
Llevaban un rato viendo el programa en la televisión del restaurante. Estaban solos, ya que el local cerró antes para poder ver que todo salía como habían planeado.
Ahora Uma estaba bailando felizmente con la mini bestia, bajo una suave melodía. Harry no podía negar que estaba arrebatadora con ese vestido. Incluso se sentía patético cuando pensaba en los regalos que él podía permitirse regalarle bajo las condiciones en las que estaban.
Seguía el compás del baile con sus ojos. Cada movimiento de pies que practicaron mil veces en esas madrugadas interminables en la playa. En los momentos en que estaban solos y podían bajar las barreras, permitirse ese amor que a los ojos de la gente debían ocultar.
Todo lo que Uma sabía lo aprendió de Harry. El chico no dejaba de pensar que debería ser él el que estuviera allí, bailando con su reina. Pero alguien ocupaba su lugar.
Y no lo soportaba.
Se repetía en bucle las palabras que Uma le dijo antes de saltar al agua. Se recordaba a sí mismo que todo era una actuación, que era falso. Pero aun así, le parecía demasiado real.
Los piratas de la tripulación comentaban sobre el Cotillón, incluso Gil le había dicho algo y ni siquiera le escuchó. En la mente de Harry solo había ruido.
Inseguridad que lo mataba lentamente.
Tenía tan apretados los puños que los sentía llameantes. Las venas le temblaban de rabia, y un ritmo nervioso que seguía su pie sobre el suelo lo delataba. Su mano sobre la de ella, su tacto en su cintura, su sonrisa sobre la suya... Era más de lo que Harry podía soportar.
Estaba tan perdido en sus pensamientos que no se dio cuenta de que Uma se había transformado en el agua, y se perdió la pelea contra el dragón. Pero de lo que se dio cuenta fácilmente era de Ben, quien seguía frente a Uma.
Le suplicaba que se quedara, que abandonara la Isla. Harry estaba muy seguro de que le estaba pidiendo que se quedara con él, allí, en Áuradon. Que olvidara al pirata al que dejó en la Isla.
"Le va a elegir a él. No tengo nada que hacer frente a un rey. ¿Qué tengo yo por ofrecerle que no tenga él?"
Pero Uma lo rechazó.
Y Harry no conseguía entender por qué.
~
Su lado destructivo le siguió hasta la playa.
El paseo tranquilo que Harry esperaba poder tener se fue a la mierda en cuanto empezó a sobre pensar otra vez.
"Quizá no se quede con la pequeña bestia, pero no volverá a la Isla".
Le dio una patada a una piedra.
"No tiene ningún motivo. Teniéndolo todo ahí fuera... Sería de idiotas volver".
Se puso la capucha de su camiseta.
"Uma no es idiota".
Metió las manos en sus bolsillos, bajó la cabeza.
"Uma no volvería a por mí".
Harry seguía cayendo por un abismo de pensamientos que lo estaban consumiendo. Ahora tendría que hacerse cargo de la tripulación él solo. También supuso que volvería a su camarote propio, el del primer oficial.
