Uma estaba en la tienda de mascotas con Gil.
Habían pasado algunos meses en Áuradon desde que rompieron la barrera y decidieron traerlos a todos a la academia. Fue solo un poco mejor de lo que Uma había imaginado, aunque sabía que nunca se terminaría de acostumbrar a tanta amabilidad.
Últimamente ella había estado más estresada que de normal. Esto era bastante notable para sus amigos, así que no tardó en llegar a los oídos de los jóvenes reyes. Mal ahora se preocupaba por Uma algo más que por los demás y cuidaba de que se sintiera a gusto. Era lo mínimo que podía hacer para compensarle los años de trauma llamándola Gambita.
Por eso ella le contó al Hada Madrina sobre el estrés de la bruja marina. Esta última tuvo una pequeña charla con Hada Madrina. Ella le dijo que una buena manera de canalizar el estrés y encontrar algo que la mantuviese ocupada para bien era adoptando una mascota de compañía para hacerse cargo de ella y asegurar su bienestar.
Uma pensó que era un poco innecesario y hasta ridículo, ya que Harry ya podía hacer desaparecer su estrés de otras formas. Aunque no le dijo eso. En su lugar, le hizo caso.
Ella sabía que Gil ya había adoptado algún que otro cachorro, por eso fue con él a la tienda de mascotas. La chica no era una persona de perros, como sí lo era su amigo. Así que se fue al escaparate de los gatos cachorros con apenas meses de vida.
—¿Te has decidido ya? —Preguntó Gil a sus espaldas.
—Sí, quiero ese.
Uma apuntó a un gatito negro destacado por sus ojos intensamente azules. Ella quiso quedarse con él porque sus ojos le hacían recordar a los de Harry.
A quien por cierto no le había contado nada sobre su nuevo amigo peludo.
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El gato la adoraba a ella.
Y ella le adoraba a él.
Llevaba apenas tres días con Draco (así llamó a su compañero felino) y estaba encantada con él. Ese gato no se despegaba de ella, Uma llegó a sentirse como su madre debido al poco tiempo de vida que él tenía. Draco no era de los que formaban un desastre. Era bastante tranquilo y cariñoso. A menudo se quedaba dormido en el regazo de Uma mientras ella le acariciaba.
La noche de un viernes, después de pasar el día fuera con los suyos, Uma volvió a su habitación. Harry pasó primero por su cuarto antes de ir al de Uma para quedarse a dormir esa noche.
Se encontró la puerta abierta para él, así que entró y cerró a sus espaldas. Escuchó el grifo abierto en el baño, por lo que rápidamente notó que su chica se estaba duchando. Harry caminó por la habitación, dejando su chaqueta en el perchero y sus botas junto a la puerta, al lado de las de Uma.
Cuando fue a la cama, se encontró a un pequeño gatito ocupando SU lado en el colchón. Él frunció el ceño y se inclinó hacia atrás un poco, aunque sonrió al darse cuenta de lo tierno que resultaba ser ese cachorro.
—Amor... —la llamó.
—¿Sí?
—Hay un gato en la cama...
Uma salió entonces del baño con su pijama de tirantes puesto y se acercó a su novio. Ella rio un poco mientras agarraba a Draco en sus brazos.
—Este es Draco. Se me había olvidado decírtelo, pero adopté a un gatito el otro día —le contó. Harry acarició con cuidado la cabeza del animal—. Hada Madrina dice que tener una mascota es bueno para canalizar el estrés, o algo así.