RUISEÑOR

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Se despertó en mitad de la noche.

No tenía apenas consciencia de lo que era el mundo que le rodeaba, de lo que eran los sentimientos. Pero al mirar a los dos lados de su cuna y no ver a papá cerca, rompió en llanto desconsolado. Estaba asustado del mundo, demasiado grande para él, tan pequeño. Y papá no estaba ahí para calmar su miedo esa noche.

En realidad, nunca lo estaba.

Siguió llorando y llorando, y nadie aparecía a consolarlo. Hasta que una niña de pelo negro alborotado y ojos azules cansados se asomó en la cuna. Ella le cogió en brazos con cuidado y le sacó de la cuna. Luego empezó a mecerle en sus brazos mientras daba algunos pasos por la habitación.

—Shh, tranquilo, Harry. No llores —murmuró la niña—. Tu hermana Harriet está aquí, todo va a estar bien.

El llanto del bebé fue acallándose gradualmente al estar en los brazos de ella. Su voz le transmitía calma, por lo que sus aguados ojos poco a poco fueron cerrándose de nuevo.

—Sé que papá no está aquí ahora y no sabemos por qué, pero me tienes a mí —siguió susurrando con una sonrisa suave—. Shh...

Cuando los ojos de su hermano al fin se cerraron y el bebé se durmió de nuevo, la Harriet de cinco años sonrió triunfalmente.

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Harry se despertó.

La luz azulada de la luna llena llegaba translúcida a través de las cortinas. Él se dio la vuelta en la cama y miró el reloj de la mesita de noche: 4 AM. Tras un suspiro, volvió a cerrar los ojos y hundió la cabeza en la almohada en un intento de volver a su plácido sueño ininterrumpido. Tuvo paciencia durante un buen rato, pero ya no pudo volver a dormirse.

Esto le molestó bastante.

Terminó por abrir los ojos de nuevo. Se encontró directamente con Uma dormida a su lado. Era lo más parecido a un ángel mientras dormía. Harry envidiaba su sueño tan profundo y tranquilo.

Tranquilo hasta que el llanto de un bebé la despertó.

Uma entreabrió los ojos, sentándose un poco en la cama. Resopló con cansancio y frunció el ceño ante la idea de ponerse en pie a tal hora. Aunque si su hija lo necesitaba, ella estaría ahí.

—Voy yo, tranquila —Harry puso una mano en el abdomen de Uma, tumbándola de nuevo en la cama para que pudiera seguir descansando.

Uma no dudó ni un instante en hacerle caso y seguir durmiendo. Realmente necesitaba sus horas de sueño. Y Harry ni siquiera se molestó en ponerse la camiseta antes de ir al cuarto del bebé. La habitación de Leyla, su hija, se encontraba justo enfrente de la que compartía con Uma. Por eso no tuvo que avanzar muchos pasos hasta llegar a la cuna del bebé.

Lo primero que hizo fue encender la lamparita de noche junto a donde dormía la niña. Luego se asomó a la cuna y sonrió suavemente, agarrándola con sumo cuidado. Él la arropó en sus brazos con cariño mientras la mecía.

—Shh, no llores más, preciosa. Papá está aquí contigo para abrazarte toda la noche. No hay nada que temer —le susurró—. Todo está bien.

"Now hush, little baby, don't you cry. Everything's gonna be alright. Stiffen that upper lip up, little lady, I told ya. Daddy's here to hold ya through the night. I know mommy's not here right now and we don't know why. We feel how we feel inside. It may seem a little crazy, pretty baby. But I promise mama's gon' be alright"

Uma no consiguió conciliar el sueño tras haberse despertado. Ella se puso en pie y, tras ponerse una fina bata de lencería aguamarina, se acercó a la habitación de Leyla. Desde el marco de la puerta se quedó mirando la tan bonita escena de Harry con su hija en brazos.

—¿Tienes hambre? —murmuró Harry.

Él intuyó que eso era por lo que lloraba su bebé, así que cogió un biberón de la mesa. Luego calentó el agua de una botella en un microondas que habían colocado en el cuarto temporalmente y la vertió en el biberón.

Después echó varias cucharadas de leche en polvo y lo agitó hasta que estuvo bien mezclado. Por último, se lo dio a su bebé. Por lo visto era el hambre la razón por la que Leyla lloraba, porque se calló al instante.

—Si me lo pides, te compraré hasta un ruiseñor. Os voy a dar el mundo entero —aseguró mientras la niña se acababa el biberón—. Te compraré un anillo de diamante, o cantaré para ti. Haré lo que sea para verte sonreír, mi niña.

"And if you ask me to, daddy's gonna buy you a mockingbird. I'ma give you the world. I'ma buy a diamond ring for you, I'ma sing for you. I'll do anything for you to see you smile".

A todo esto, Uma seguía apoyada en el marco de la puerta. Tenía una gran sonrisa pegada a los labios desde el principio. Era una escena tan tierna que derretía el corazón de la bruja marina.

Harry puso el biberón vacío en la mesa una vez la niña se lo terminó.

—Y si el pájaro no canta y el anillo no brilla, le romperé el cuello a ese bicho —continuó con el mismo tono dulce. Uma tuvo que tragarse una risa—. Luego volvería con el joyero que me vendió el anillo y le haría comerse cada quilate. No se jode con papá.

"And if that mocking bird don't sing and that ring don't shine. I'ma break that birdie's neck. I'd go back to the jeweler who sold it to ya. And make him eat every carat, don't fuck with dad (ha-ha)"

Cuando Leyla cerró los ojos, Harry la devolvió a su cuna. Él la arropó con sus mantas y le puso su chupete. Por último le dio un beso en la frente.

—Dulces sueños, Leyla.

Al darse la vuelta, se encontró de cara con su chica mirándolo, sonriendo. Harry sonrió mientras se acercaba a ella, y luego deslizó sus manos por las caderas de Uma hasta su cintura. Así le dio un beso suave en los labios, abrazándola un poco más fuerte.

Después de apagar la lámpara ambos volvieron a la cama.

—Eres un gran padre. Lo sabes, ¿no? —Uma le elogió.

El pirata se encogió de hombros con una sonrisa.

—Intento darle todo lo que mi padre no me dio cuando era pequeño. Me aseguraré de que tenga todo el amor que a nosotros nos faltó de niños —le dijo.

Con un brazo enroscado en su cintura, la atrajo hacia él. Al estar a tan pocos centímetros de distancia, Uma no tuvo siquiera que pensarlo y le besó una segunda vez, enredando sus manos en el pelo del chico.

—Leyla tiene mucha suerte de tenerte —susurró la chica sobre sus labios.

—Y yo tengo suerte de tenerte a ti.


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