(Pedido de @LluviaHernandez237 ¡Espero que te guste!)
Le faltaban palabras para explicar cómo de aburrida era la clase de Bondad Correctiva.
Uma creyó que después de pasar un año en Áuradon, quitarían esa clase de su horario. Pero no lo hicieron. Afortunadamente, este era el último año para graduarse y dejar los estudios. Ella tenía muchos planes para el futuro, para su futuro junto a Harry. Querían comprar un barco mucho mejor que la Venganza Perdida e irse a navegar los siete mares junto con la tripulación. Era lo que siempre habían soñado desde que eran niños en la Isla.
Hada Madrina estaba hablando de la historia de su madre, desde el punto de vista de esa sirena.
Uma la había oído tantas veces a lo largo de su vida que seguramente no podría soportar tener que escucharla una más. No le importaba la versión de Ariel ni en lo más mínimo, la de su madre siempre sería más divertida.
Mientras Hada Madrina hablaba sobre cómo Ariel y su príncipe vencieron a la temible bruja del mar, Uma empezó a marearse. De pronto comenzó a sentirse mal y a ver las cosas un poco distorsionadas. Hasta que tuvo la sensación de que estaba a punto de vomitar.
Ella se cubrió la boca y se agarró el estómago. Lonnie, quien estaba sentada a su lado, se dio cuenta de que no se sentía bien y al instante la ayudó.
—Oye, oye, ¿qué te pasa? ¿Estás bien? —la hija de Mulán hizo círculos lentos en la espalda de la bruja marina.
—Sí... yo solo...
No le dio tiempo a contestar cuando, de nuevo, el vómito subió por su garganta. Mal y Evie estaban justo detrás de ellas, por lo que se dieron cuenta de la situación y rápidamente informaron a Hada Madrina. Esta dejó a las cuatro niñas marcharse a los cuartos para tratar de ayudar a Uma.
Ella odiaba esa clase, pero nunca la había hecho querer vomitar de forma literal.
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Evie le sujetaba el pelo.
Tan pronto como llegaron al cuarto de Uma, ella corrió al baño y vomitó en el váter. Se sentía fatal y le dolía mucho la barriga, pero lo estaba liberando todo con el vómito.
Después de un rato, cuando Uma ya se había calmado, salieron del baño. Ella rápidamente se quitó la chaqueta y se quedó en mangas cortas gracias a la calor que ahora tenía.
—Toma, bebe —Mal le ofreció un vaso de agua fría, el cual Uma se bebió de un solo trago—. ¿Tienes alguna idea de lo que te ha pasado?
Negó con la cabeza.
—Solo empecé a sentirme mal. No tiene importancia, son solo náuseas —se excusó—. Habré comido algo en mal estado y me está pasando factura, no es grave...
—Chica, llevas diciendo eso toda la semana. Y llevas teniendo náuseas toda la semana —señaló Lonnie, poniéndole una mano en el hombro—. ¿Seguro que estás bien? Porque yo no lo creo.
—¿Y tienes alguna idea de lo que me pasa si no es lo que ya he dicho? —ella se puso un poco a la defensiva.
—Creo que ya sé lo que te pasa —una sonrisa se deslizó gradualmente en los labios de Evie—. Uma, ¡estás embarazada!
La chica abrió tanto los ojos que podrían habérseles salido de las órbitas. Ella se atragantó con el segundo vaso de agua que se estaba bebiendo y tosió hasta recuperar el aliento.
