La vida de Uma era un completo desastre.
Hacía dos meses desde que dejó a Harry. Él supuestamente le había engañado con Mal, su enemiga desde que ella tiene memoria. Nunca existieron pruebas como tal, pero la hija de Maléfica lo aseguró cuando Harry y Uma cumplieron tres años juntos. Claro que el pirata lo negó todo, incluso llegó a arrodillarse ante ella. Pero la bruja marina no le creyó.
Tan solo un mes después, conoció a Ethan, uno de los hijos de Hades. Pese a ser su padre el dios del inframundo, Ethan era un chico encantador. Si no fuera por la ropa de cuero que usaba, hasta se podría decir que era un príncipe. Uma decidió empezar a salir con él, ignorando a toda su gente cercana que le decía que era demasiado pronto.
Al principio, era el paraíso. Él era algo sensible y bastante dulce con ella, era un chico increíble. Todas sus amigas en la Isla estaban celosas de Uma por haber encontrado al "chico perfecto". Ethan decía todo lo que Uma necesitaba escuchar, y ella no podía pedir algo mejor. Era tan perfecto que ni siquiera parecía haber nacido en la Isla.
~ "He is sensible and so incredible and all my single friends are jealous. He says everything I need to hear and it's like I couldn't ask for anything better. He opens up my door and I get in to his car and he says: 'you look beautiful tonight'. And I feel perfectly fine". ~
Cuando tenían citas juntos, el rubio siempre elogiaba lo bien que Uma lucía esa noche. Ella se sentía bien, y al mismo tiempo, no se sentía bien en absoluto. Ethan era demasiado bueno para ella. Ethan no era el paraíso para Uma. El único y verdadero paraíso que la chica alguna vez conoció fue estar entre los brazos de Harry. Sus ojos azules tan irreales eran la perfección para ella, no un chico rubio que se comporta como un príncipe.
A los dos meses de relación con Ethan, salió una noticia que hizo a Uma sentirse fatal. Por lo visto, Harry nunca le fue infiel. Tan solo fue una mala estrategia de Mal para separarlos, tal y como Harry le juró a Uma la noche que rompieron.
Dos días pasaron después de aquella notica que revolucionó a la Isla de los Perdidos. Uma no podía quitárselo de la cabeza, no podía evitar sentir un manto de culpa sobre sus hombros. Y lo peor, es que Ethan ni siquiera se dio cuenta de que ella estaba mal.
Harry tampoco apareció para ver a Uma, y ella no esperaba otra cosa, en realidad. Él tenía todos los motivos para estar enfadado con la hija de Úrsula.
Los días pasaban, Uma empezó a hablarle mal a Ethan, a apartarse de él cuando la iba a besar y hasta a sentirse incómoda con su presencia. No fue hasta que Uma rompió con él cuando se dio cuenta de que nunca lo amó, tan solo rellenaba el espacio que Harry había dejado. Pero Harry era irremplazable, y Uma lo supo desde el primer día. Mas la decepción y la ira no la dejaban verlo.
Una de las noches, cuando la bruja del mar terminó de lavar y fregar todos los platos y vasos sucios, salió del restaurante. Ella había llegado a la conclusión de que, ya que Harry no iba a aparecer, lo buscaría por su cuenta. Al menos para darle las disculpas que se merece.
Efectivamente, la puerta del camarote de Harry estaba cerrada.
Lo que significaba que él estaba dentro.
Uma era consciente de que él seguía trabajando en el barco, porque le dejó. Supuso que, con algo de suerte, el pirata al que buscaba estaría en la Venganza Perdida esa noche.
Tras inhalar y exhalar profundamente, la chica abrió la puerta. Harry se dio la vuelta para ver quién había entrado en su camarote a esas horas, y sin llamar antes. Su mirada se transformó a una un poco más fría cuando vio a su ex novia ahí parada.
—Uma... —Articuló, frunciendo un poco el ceño.
—¿Podemos hablar? —preguntó esperanzada. Harry, tras meditarlo un poco, terminó asintiendo en silencio. Después de todo, él nunca dejó de quererla. Confiaba en que algún día volvería, cuando se diera cuenta de su error.
Parecía que ese día había llegado.
—He visto la noticia... —Afirmó Uma en voz baja. Ni siquiera sabía cómo empezar a disculparse con él.
—Ya...
—Harry, lo siento muchísimo —la chica se atrevió a avanzar un paso en el camarote, él la miraba expectante—. Soy una imbécil por haber creído a ese grupo de desgraciados antes que a ti.
—Juramos nunca desconfiar del otro —dijo él, todavía mostraba una mirada algo herida ante ella—. Únicamente tenías que creerme a mí, Uma. Yo jamás traicionaría tu confianza. No tenías que poner en duda mi fidelidad hacia ti.
Uma asintió con una expresión triste mientras jugaba con los anillos de sus dedos para calmar su nerviosismo. Harry, extrañamente, no estaba tan enfadado como Uma pensó que lo estaría. Le estaba hablando con tranquilidad, ni siquiera estaba alterado ni desesperado. Lo único que parecía era dolido. Y eso para ella era peor que el enfado.
—Lo sé, sé que nunca tendría que haber desconfiado de ti. Y me arrepiento muchísimo —hubo un largo e insoportable silencio después de su última palabra. Una vez Uma no pudo soportar más segundos de silencio, se aclaró la voz—. No espero que vuelvas, tienes derecho a estar enfadado conmigo. Pero espero que puedas perdonarme.
Harry siguió mirándola. Era la única vez que la chica no pudo leer su expresión.
—He dejado a Ethan —afirmó, la mirada del chico recuperó un poco más de luz.
—¿De verdad?
Uma asintió.
—Él no puede darme lo que necesito. Porque te necesito a ti, Harry. Y él no puede ni compararse contigo. No le quiero —confesó, el pirata dio lentos pasos hacia ella. Cuando Uma sintió una presión en el pecho al estar de nuevo tan cerca de él, le miró directamente a los ojos antes de susurrar algo más—. Te quiero a ti.
Harry no lo dudó ni por un momento más y, para sorpresa de Uma, la besó con toda esa intensidad que nunca escondió. Ella le correspondió en cuanto figuró lo que estaba ocurriendo.
—Te echaba de menos... —Susurró la chica con una débil voz.
—Y yo a ti.
Harry la besó más fuerte.
Uma no mentía, le había extrañado como no había extrañado a nadie jamás. Aún teniéndolo "todo" con ese otro chico, Uma le echaba profundamente de menos. Ella echaba de menos los besos bajo la lluvia, el sexo en la playa, las caricias y besos cuando estaban acurrucados en la cama, las películas de amor cursis que siempre acababan ignorando para terminar besándose.
Le echaba de menos a él.
~ "But I miss screaming and fighting and kissing in the rain. And it's 2AM and I'm cursing your name. So in love that you acted insane. And that's the way I loved you". ~
Harry sostuvo a Uma por sus muslos durante el beso y la elevó hacia arriba, haciendo que sus pies dejaran de tocar el suelo. Por costumbre, ella enderezó sus piernas en su cintura y se dejó llevar por él.
Después de que el chico le hubiera quitado el corsé y la camiseta y la hubiera dejado en sujetador, Uma empezó a desabrocharle el cinturón mientras él se deshacía de su propia camiseta.
—Apaga las luces, vamos a hacer las paces —le instruyó ella, haciendo que Harry se riera.
Él obedientemente se mojó dos dedos y apagó las velas encendidas, mientras Uma aprovechaba para quitarse el resto de la ropa y quedarse en ropa interior, con el fin de que su chico le arrancara las últimas prendas luego como ella haría con él.