Me mantuve recta, recostada de la incomoda camilla de esa habitación de hospital, mi hermano estaba a un lado hablando con el médico que llevaba mi historial. No recordaba nada de lo que había sucedido después de salir del hospital, lo último que mi mente recordaba era haber iluminado mis ojos y dar un paso afuera, decían que tuve un accidente, que me desmaye y casi me atropellan.
El médico palmeo mi pierna dos veces antes de retirarse de la habitación, aplaste mi dedo del medio una y otra vez contra la palma con nerviosismo.
— ¡¿Cuándo pensabas decirme?! —exclamo mi hermano.
— No lo sé.
— ¿No lo sabes? ¡La niña no lo sabe!.. ¡ESTÁS MURIENDO, DAFNE!
Atraviesa su rostro en mi campo de visión, está enojado, sigue repitiendo en medio de la conversación que estoy muriendo como si no lo supiera, como si eso no se estuviera repitiendo en mi cabeza desde que lo afirmaron.
— No quería preocuparte. —conseguí hablar deteniendo el caminar nervioso que había tomado a mi hermano. — Estás ocupado con tu vida, no quiero interponerme...
—¿Interponerte? Dafne... —me observo por unos segundos, tal vez debatiéndose en cómo va a decirme las cosas. — Yo...
— No cambies conmigo. —susurre. — No quiero tener un trato especial solo por ésto.
Siguió regañandome, hablando como si fuera una niña pequeña que aún estaba bajo su cuidado. Poco tiempo después llegó una enfermera para retirarme el suero y darme el alta, mi hermano se retiró para pagar mientras me vestía con cuidado.
Había perdido las dos horas de clase de las niñas mayores, ahora iba a tener que unir ambas clases para que no se sintieran mal. Tome mi bolso, y salí de la habitación, al conseguirme con mi hermano salimos del hospital.
— Debo ir a mi casa. —dice una vez que se detiene en su auto. — Te irás a vivir conmigo.
— No.
— Dafne... —la advertencia es clara. — Estás en estado delicado, debes tener reposo... Lo más seguro es que vayas a mi casa.
— No quiero ser un estorbo para ti o tu novia. Estoy bien en dónde vivo, ya te dije...
— ¿Qué no quieres un trato especial? ¿Cómo no dártelo? Joder, mi hermana menor va a morir y no sé cuándo...
No contesto a lo que dice, tampoco a la palabra de "Adiós" que susurra en mi dirección antes de irse en su auto de lujo. Vuelvo a aferrarme al poco tiempo de vida que tengo, a mis medias blancas de ballet que están un poco desgastadas y a mi chaqueta de segunda mano.
Voy directo al estudio dónde están mis alumnas y sus madres, pido disculpas por llegar tan tarde explicando que tuve una inestabilidad de salud. Abro las puertas del pequeño lugar donde me han permitido entrenar a las niñas y comienzo la clase.
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Soy Daño Colateral.
Roman pour AdolescentsNo supe que decir para iniciar la historia. No sabía que decirle a él para que nunca terminara y pudiéramos vivir felices por siempre. No sabía cómo gritar aquellos sentimientos que tenía ahogados en el pecho. Pero si sabía cómo comenzaba aquello: ...