II

26 2 4
                                        

— ¿Qué le pasó? —pregunta una voz femenina

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— ¿Qué le pasó? —pregunta una voz femenina. — ¿Quién coño es?

— Bastián nos va a joder cuando la vea. —habla una voz masculina un tanto divertida.

— Lleva cinco horas así... ¿Estará muerta?

Muerta.

Entre abro los ojos con cuidado pero la luz blanquecina lastima mis pupilas, parpadeo varias veces hasta que logro acostumbrarme a la luz que aturde.

— Está viva. —alerta alguien.

Lo único que ven mis ojos es un cuarto pequeño, no tengo porque sentarme ya que estoy en una silla, intento alzar mis manos para pasarlas por mi rostro y no puedo, tengo atadas las piernas y los brazos. Mi desesperación comienza nuevamente, aunque trato de calmarme en el proceso, desmayarse no puede volver a ser una opción.

Estúpido tumor.

— Ey, niña. —chasquean unos dedos frente a mí, alzo la mirada observando a un hombre corpulento y aterrador. — ¿Cómo te llamas?

No puedo mantener la vista quieta así que observo a las demás personas que lo acompañan, hay una mujer de cabello morado que masca chicle con frecuencia y otros dos hombres que no logro diferenciar porque son idénticos.

Una mano tira de mi cabello alzando mi mirada nuevamente hacia el hombre espeluznante.

— Pregunté, ¿Cómo te llamas? —el olor a cigarrillo emana de su cuerpo, al igual que el olor a licor de su boca.

— Dafne... Dafne Fletcher. —murmuro con voz ahogada.

Mi corazón se acelera con la reacción de todos a mi alrededor, el hombre corpulento suelta mi cabello como si quemara alejándose varios pasos de mi, la mujer que parecía desinteresada se descruza de brazos dando un paso al frente, lo mismo sucede con los hombres idénticos.

— ¿Fletcher? —susurra la mujer.

Muerdo mi mejilla por dentro encogiendome en la silla, las ataduras evitan que pueda moverme cuando la mujer se acerca arremetiendo con los puños cerrados, me doblo hacia adelante cuando uno de sus puños me saca el aire y el otro me voltea la cara haciendo que pruebe mi sangre. Los hombres intentan agarrarla pero igual consigue lanzar una patada impactando su bota en mi pecho, la gravedad se va en mi contra llevandose la silla hacia atrás la cual se quiebra.

Cierro los ojos con el dolor que se apodera en todo mi cuerpo, y como si no fuera inoportuno el dolor de cabeza vuelve aturdiendo mis sentidos.

— Ahora si debemos llamar a Bastián. —dice la mujer.

— ¿Estás loca? —habla un hombre.

— Como Bastián se entere que metimos a una Fletcher a su casa, nos va a matar a todos.

Todo se queda en silencio a mi alrededor pero no en el zumbido que llega a mis oídos, a mi campo de visión se asoma un chico de facciones delicadas.

— Mierda, Claudia, le has partido la cara. —murmura observandome con lastima.

Soy Daño Colateral. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora