38. Mocosos

634 56 129
                                    

38.Mocosos.

REGINA

Trabajar en servicio comunitario fue emocionalmente difícil porque me incomoda rodearme de renacuajos. No me gustan los mocosos y no soy buena influencia desde mi punto de vista. Me tomó bastante tiempo ser cariñosa con Diana. El año pasado aún no teníamos un vínculo tan estrecho como ahora. Cuando nació, pensé que mi relación con Lorena se rompería pues yo no quería revolver mi pasado jugando a la familia; sin embargo, por razones que jamás quise entender, acabé aceptando ser su madrina y tía alcahueta.

Se volvió mi excepción.

Y sospecho que ahora tengo una segunda excepción.

Ryan es como un rayo de luz.

Odio la idea de que haya sufrido por mi culpa durante mi ausencia, pero no me arrepiento de nada. Es mi deber dotarlo de seguridad y con mis enemigos jodiendo será imposible. Mi corazón duda en exponerse a ser débil por alguien más. Pagué con cárcel las consecuencias de relacionarme con Alonso; no obstante, Lorena con pesar admitió que habría hecho lo mismo por salvar a Diana.

Ese es el riesgo que corro por amar a otros.

Sin embargo, mi tercer error ya está cometido.

Es insano tener a R conmigo por la cantidad de riesgos o mi agenda apretada que apenas me permite pasar tiempo con él, pero soy tan egoísta que no lo imagino con otras personas. Pensar que alguien pueda hacerle daño me hace querer ver sangre. Mis investigadores privados y subordinados del inframundo se dispersaron por varios países y simplemente no hay rastro de Sarah y Joe. Mi lado más lúgubre los quiere muertos para que no atormenten a Ryan.

Me cuesta ser afectuosa con él porque no sé cuál es mi rol. Julius me consiguió poder de tutelaje con el juez Palermo pero... ¿Quiero adoptarlo? ¿Darle mi apellido? ¿Alonso... querrá darle el suyo? ¿Quiero casarme para logralo? Mannaggia! ¿En qué mierda estoy pensando?

Las ideas me dan dolor de cabeza.

 Por ahora, tengo claro que lo protegeré y proveeré de lo mejor en todo. Nunca más le faltará nada. Sanar la herida de su madre será difícil pero velaré que no se sienta rechazado o que piense que hay algo malo en él. Quiero evitar que crezca con un trauma parecido al mío.

Se me ocurrió pasar el resto de la tarde en mi yate, pero le concedo la oportunidad de elegir dónde celebrar su victoria, sin límites, haremos lo que él desee... y decide sin titubeos regresar a mi casa porque amerita enseñarme algo.

Lorena lo apoya para hacer una parrillada junto a la piscina, aunque primero irá con Diana a cambiarse la ropa pegajosa. Alonso propone jugar con la colección Nerf y Ryan dice a todo sí mientras me hace prometer escucharlo. ¿Qué ocurre? Apenas llegamos a casa, salta de la camioneta, se apresura a entrar derrapando y casi tropezando con una columna.

Arriba lo encuentro colocando una enrome cartulina en el medio de su habitación. Mi vista se intercala. Es un tablero con datos y fotos que se conectan con líneas rojas. Mi cara en el centro.

Che diavolo?

—¿Ryan?

—Es mi investigación. —Su pecho se infla—. Puedo ayudarte a resolver el misterio de sabotaje.

Me muerdo la lengua y hago un esfuerzo sobrehumano para no matar su ilusión. Es un niño muy inteligente pero no creo que... Señala una de las fotos en la pantalla de una tableta que no recuerdo haberle dado. Frunzo el ceño. Es la presentación holográfica en la gala de recaudación de fondos para la fauna, alias, la noche en que Lorena me retó a seducir a Alonso.

Resiliente Fulgor ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora