37. Karting
ALONSO
Luther: Te quiero, pero declino. Lo siento.
Paso las manos por mi cabello, exasperado, desesperado y renuente porque quiero encontrar una forma de ayudar. Entiendo que mientras yo decido exponerme a riesgos, él decide protegerse a la posibilidad de que se repita la agria experiencia que vivimos.
¿Qué tan masoquista soy?
Cierro los ojos con fuerza y respiro profundo.
Lorena recalcó tajante que me asiente cómodamente sin titubeos. Me abstendré a traer cosas de mi apartamento hasta que converse con mis chicos. Espero su llegada sentado en los escalones de la entrada. Me dedico a responder en mi móvil un correo de Dorothy sobre la programación de la próxima semana. Le hago saber que, por el momento, descarto cualquier oferta y cancelo varios eventos que me mantendrán fuera por periodos extensos.
Conservo intacta mi agenda de clases online.
Es extraño que pueda darme el lujo de no trabajar, pero como bien sé, nada relacionado a madam Azzarelli es normal. Me quedaré con los chicos a tiempo completo mientras ella aparece.
El portón se abre y entra una camioneta Cadillac que escolta al coche de mi padre, seguido por otra camioneta más. Guardo el móvil y me levanto. Sofía es la primera en bajar. Trae consigo una mochila que no se deja quitar con un escolta. Pedí que recogieran algunas cosas para pasar una noche diferente y divertida fuera de casa. Necesito su aprobación, no los obligaré a nada. El terapeuta recalcó que no puedo forzarlos a tantos cambios.
Mi princesa corre hacia mí en cuanto me ve y la recibo con un abrazo fuerte.
—¡Tío! ¡Qué bonita casa! —Mira hacia arriba boquiabierta—. ¡Es más grande que la de tío Derek y parece un castillo! ¿De quién es? ¿Qué hacemos aquí?
—Les explico adentro. —Beso su mejilla y choco el puño con Niko. También trae su mochila—. ¿Se divirtieron en el museo con los abuelos?
—Fue aburrido —se queja Niko.
—Mentira. —Reprocha Sofía—. Algún día mis obras estarán en muchos museos y galerías.
—¡Aburrido!
—¡Seré famosa como tío Alonso!
Mamá me mira fijamente, no como papá que silba mientras se acercan. Una buena casa es una de sus debilidades. Debí traerlo aquí desde un jodido principio.
—Oscura pero... impresionante —reconoce apreciando la fachada—. Una estructura así, en oferta, no cuesta menos de tres millones. El mantenimiento debe ser muy costoso.
—Regina trabaja duro para darse sus lujos.
Quiere refutar pero se contiene con una mueca.
—¿Qué se sabe de ella? —Mamá me abraza y beso su frente.
Agradezco con el alma que se muestren compresivos. Percibo su reticencia a la idea de que me mude con los mellizos, pero quiero creer que el amor que me tienen es más fuerte que el desagrado a mi novia.
—Está viva. El gobierno suspendió la comunicación.
Bianca los recibe cálidamente en el vestíbulo con una bandeja de bocadillos italianos. Me tomo la libertad para darles un recorrido y explicarle a los chicos cuál es la situación; sin embargo, el ambiente se carga de tensión a los pocos pasos que damos cuando aparece el primer retrato de Regina en el pasillo.
Sofía hace un sonido exagerado de indignación.
—¡Morgana! ¿Por qué está en todas partes? ¿Vive aquí? Hay demasiadas fotos suyas. —Señala el cuadro acusatoriamente—. ¡Por eso la casa es negra!
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Resiliente Fulgor ©
RandomBilogía Reina. Tomo II ¿Dominar el mundo? Quizá sea un objetivo muy ambicioso para el ciudadano promedio, pero para Regina Azzarelli, no. Su reputación quedó destruida después de un desfalco, muchos creyeron que fue suficiente para sacarla del juego...