9. Obiettivi, traguardi o sogni?
REGINA
—... la familia Gagnon acepta los trescientos mil, la familia Stone pide una pensión para los hijos de Brian y a la familia Robinson les da igual la cantidad de dinero —explica Dorothy.
Abro los ojos sin retirar los dedos de mi tabique. La marca de mis uñas es más que visible. Una maldita migraña no me abandona desde que la policía vino a interrogar, Julius comenzó a desglosarme los daños en la planta, Dorothy las consecuencias públicas, Zack las opiniones de clientes y socios y Hank los rumores del mercado negro.
Las noticias no son buenas:
Alguien de adentro desactivó el sofisticado sistema de seguridad y el antincendios. A raíz de dos pequeñas explosiones, se perdió el sesenta por ciento de la maquinaria, el cincuenta y ocho por ciento de los productos en proceso y treinta por ciento de los terminados para distribución.
Once heridos.
Cuatro muertos
Toda la plantilla de trabajadores conmocionada.
Clientes descontentos por el retraso de las entregas.
Inversionistas preocupados por las pérdidas.
Y, lo peor en mi opinión, robaron prototipos y diseños de los proyectores y demás gadgets que presentaríamos en las exposiciones.
Todo eso sin contar lo que pasó en ASysture. Trataron de joder el servidor y, seguramente, robar los códigos de software; sin embargo, el sistema que dejó Luther Sachz resistió y emitió las alarmas pertinentes.
—¿Qué quieren los Robinson? —indago.
—Justicia.
—La tendrán. —Me levanto para servirme más vino. Tiene alcohol, no es whisky pero, por amor a mi hígado, me acostumbro a la fuerza. Miro a Julius—. Quiero a alguien vigilando a Paul Archer las veinticuatro horas. No confiaré en la incompetencia de la policía. —Fue obvio la falta de interés para tomar declaraciones y su compromiso para investigar. Miro a Dorothy y señalo la pantalla a mi derecha. Las malditas noticias amarillistas me tienen harta. Es como si de pronto alguien hubiera dado la orden de centrarse en este incidente—. ¿Por qué aún no sé la identidad de Sullivan?
—Alguien poderoso lo protege.
Bebo un sorbo del vino y arrojo el vaso de vidrio contra la pared.
—Metan infiltrados en la competencia. No sé cómo pero háganlo. Compren o extorsionen a los empleados de ser necesario. Los malnacidos se llevaron los proyectores que tienen piezas hechas con grafeno. —Mi respiración empeora.
—No es el zifreni —apunta Julius.
—Cualquiera con cerebro puede deducir a dónde nos estábamos dirigiendo con leer los diseños. —Aprieto el borde de la mesa—. La telepresencia.
—No si te adelantas y haces la tecnología pública —dice Hank y lo fulmino con la mirada. ¿Qué mierda?—. Si no es de Alphagine, no será de nadie
—No es justo —Zack gruñe, exasperado—. Gastamos un dineral en el desarrollo. Se llevaron nuestra oportunidad para Gitex y la CES. ¿Tú qué opinas? —Memira—. No estoy de acuerdo, pero no veo otra forma inmediata para joderle el plan a esos desagraciados
—Tampoco quiero hacerlo. —Mi sien palpita. Mis manos pican por ahorcar a alguien—. Perderemos muchos millones y nuestras principales ventajas ante la competencia.
Los avances de Giovanni aún no están listos, no puedo contar con ellos como una opción. Mucho menos cuando sus prototipos se transferían a planta para ser mejorados y producidos en masa.
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Resiliente Fulgor ©
RandomBilogía Reina. Tomo II ¿Dominar el mundo? Quizá sea un objetivo muy ambicioso para el ciudadano promedio, pero para Regina Azzarelli, no. Su reputación quedó destruida después de un desfalco, muchos creyeron que fue suficiente para sacarla del juego...