18. Preocupaciones.

334 95 67
                                    

18. Preocupaciones

ALONSO

Lo primero que hago en cuanto llegamos a Roswaltt's Rhapsody, es ir a la oficina. Sofía está sentada en la silla grande y Níkolas en una de visitas. Ambos haciendo sus tareas sobre el escritorio. Muevo mi mano para que se acerquen y me arrodillo para abrazarlos.

—¿Tío? —Sofí suena confundida.

—¿Algo pasó? —pregunta Niko preocupado.

Me separo un poco para mirarlos.

—Quiero que sepan que los amo y siempre estaré para ustedes. —Beso sus frentes—. No soy perfecto, he cometido errores, pero haré todo lo posible para darles la vida que se merecen.

—La vida que merezco está en Corea del Sur. —Sofía sonríe de oreja a oreja—. ¿Podemos ir? Ahora eres famoso. Tía Lena dice que no tardarás en ser reconocido mundialmente.

—Yo no quiero ir a ese país. —Niko esboza una mueca.

—Aburrido.

—En algún momento podría hacerse posible —murmuro.

Sofía saca la lengua mirando a Niko.

—Te lo dije. Haremos gira mundial. Nadie me ignora desde que tío Alonso sale en televisión. Jungkook tampoco lo hará. —Aplaude, feliz—. Conoceremos a muchas estrellas pop.

Vuelve a la silla  dando pequeños saltos. Joder. Sus expectativas sobre mí son colosales. La puerta a mis espaldas se abre y entran mis padres con Nathaniel.

—¿Es cierto que hoy iremos temprano a casa de los abuelos? —cuchichea Niko mirando sobre mi hombro—. Deja que Sofía se vaya. Yo quiero quedarme a tocar contigo.

—A Shepherd le dio un resfriado y tengo que estar en la cocina. —Su gesto se vuelve afligido—. Serás el primero en acompañarme en cuanto regrese el chef. Daremos un show increíble. —Despeino su cabello y medio sonríe—. Cuéntame cómo les fue en la escuela.

Nathaniel Imprudente Roswaltt se esfuerza por no desatar conflicto con mi padre, no aquí. Trae consigo muffins de Stacy, los mellizos los comen mientras me cuentan sobre su día. Mis padres usualmente prefieren sentarse afuera a tomar un café, pero el lugar está lleno.

Al final de la tarde, los acompaño hasta el coche para despedirme. Mañana los buscaré a primera hora para llevarlos a la escuela. Mamá sube con ellos mientras que mi padre me espera en la acera.

—Eleazar me contó sobre el trato antes de proponértelo. —Un brillo de culpa en sus ojos—. No debiste rechazarlo. Esta rutina ajetreada no es saludable para los niños, ni para ti.

No me altero.

—Si Nat pudo, yo también —mi tono neutro.

—Natasha se sobre esforzaba. Es mi culpa no intervenir antes. Níkolas y Sofía van de aquí para allá. Necesitan un domicilio fijo y un adulto que esté a las seis en casa o a más tardar para la cena. Los dejas con nosotros o con Marcia cuando te toca estar aquí o en los ensayos. ¿Cuál es la diferencia si se quedan con Eleazar en esos lapsos? Su esposa trabaja desde casa y podrá cuidarlos a tiempo completo.

Meto las manos en los bolsillos de mi pantalón y miro hacia el coche. Niko y Sofi distraídos con sus teléfonos. Niego con la cabeza, decepcionado por lo que escucho.

—No confías en mí y prefieres que los cuide una desconocida.

El gesto preocupado de papá empeora. Las arrugas se marcan alrededor de sus ojos azul grisáceo.

Resiliente Fulgor ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora