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Mariana

A la mañana siguiente me levanté con los ánimos que no pensé tener y todo gracias a Mirtha, ella me ha dado una esperanza para huir de aquí y escapar de este suplicio que implica la compañía de Dimitri.

Pese a que estoy buen ánimo gracias a ella, no pude pegar un ojo en toda la noche, pues no quiso decirme de que trataba su plana para ayudarme a escapar porque no era el momento, dijo que me lo contaría hoy en mi paseo de todas las tardes.

Escucho unos toques en la puerta y se que es ella, pues Dimitri no avisaria, siempre me anda recordando que esta es su casa.

La puerta se abre y mi corazón se detiene al verlo entrar. Sus vista me recorre de pies a cabeza haciéndome estremecer del miedo.

- Buenos dias, Mariana. - dice con tranquilidad y no le contesto. -

¿Como es que el remordimiento lo deja vivir tranquilo?

- vine a buscarte para que desayunes abajo. - continúa- vamos. - se aproxima a mi provandome más miedo-

- N-no.. no te acerques. - le pido, aunque suena más como un ruego -

- camina - me ordena con molestia dejando en evidencia que acabé con su escasa tranquilidad -

El sale y hago un gran esfuerzo para empezar a caminar, pues por el miedo que este hombre me causa sentía mis piernas clavadas al suelo.

Camino por el largo pasillo siguiendo sus pasos, al bajar las escaleras noto que se dirige hacia un salón. Veo un enorme comedor, es realmente largo y muy hermoso.

Mi estómago se ensancha al ver la gran variedad de alimentos.

Dimitri abre un asiento y me invita a tomarlo, su gesto amable me deja atónita pero no digo nada y tomó el asiento que me ofrece.

Después de quedar a mi lado en uno de los dos cabezales de la mesa, casi de inmediato entra Mirtha en compañia de otra empleada, quienes se disponen a servirnos para luego salir.

Empezamos a comer en silencio y uno que otro gemido bajo se me escapa por lo deliciosa que está la comida y creo que ya he comido más de lo habitual.

- ¿la comida es de tu agrado? - ¿acaso se burla de mi?-

- si. - respondo sin mirarlo-

- si te apetece algo más puedes decírmelo.

- ¿que es lo intentas hacer?- tomó valor para hablarle- ¿Acaso ya te cansaste de mí y le has puesto veneno a la comida? ¿es eso? porque no comprendo tu actitud, haz sido un monstruo conmigo y ahora intentas ser amable ¿qué es lo que estás tramando?, ¿que no te cansas de lastimarme? - termino de decirle ya fastidiada por su extraño comportamiento.-

- dices que he sido un monstruo contigo ¿y ahora que intentó llevar la fiesta en paz también me cuestionas?. -inquiere - Sabes que a ti es a quien menos le conviene pelear, así que te aconsejo que bajes la guardia conmigo si deseas verme de buen ánimo porque dependiendo de eso te trataré a ti. - y vuelve a ser el de siempre-

- te odio. - en cuanto esas palabras salen de mi boca, su puño impacta de manera estruendosa sobre la mesa haciéndome dar respingo en mi asiento.-

- ¿quieres que sea un monstruo contigo? - me pregunta con rabia y sus ojos brillan de maldad - ¿te gusta que sea un monstruo contigo? ¿Acaso te quedó gustando la dura follada que te di en tu primera vez? porque si es así no me molestaría en repetirlo. - dice con malicia -

Adherida a mi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora