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Mariana

Charlar con Dimitri no fue extraño del todo, admito que en un principio estaba un poco incómoda, después de todo me había secuestrado y besado por equivocación. El hecho de que existe una mujer parecida a mi que el buscaba hasta el punto de llegar a esos extremos me mantenía alerta, pero luego me explicó que ya había arreglado las cosas con esa persona, y que no había sidio un secuestro en realidad, que yo me desmaye de impresión por el beso y por eso se vio en la obligación moral de llevarme a su casa.

Luego de escuchar eso me sentí estúpidamente avergonzada, ¿como pude desmayarme por un beso?. Que tonta.

Con forme iba pasando el tiempo me di cuenta que Dimitri era un hombre bastante agradable y gentil.

En cuanto terminamos la cena, me llevó a casa y nos despedimos, pero ante me hizo prometerle que saldríamos de nuevo. Yo acepté nuevamente, después de todo ahora que las cosas quedaron aclaradas y que no es una mala persona no le veo problema, ademas... no tengo amigos y Evelyn suele sentirse mal por eso, creo que una amistad me ayudará a tener más contacto con el mundo.

Le pasé mi número de celular para ponernos en contacto y cuadrar nuestra salida.

La mañana siguiente, Evelyn preparaba el desayuno como de costumbre. Sin embargo, antes de servirlo dijo que tenía que hablar conmigo algo importante.

— Evelyn, me estás poniendo nerviosa, Dime qué sucede — pregunté inquieta al verla titubear—

— no es nada malo — asegura— todo lo contrario, es algo muy bueno. Resulta que me van a transferir a otra ciudad, desempeñare el mismo trabajo pero recibiré una mejor paga, ¿te imaginas? Podriamos comprar un apartamento mas grande, incluso una casa con jardin. Hasta podríamos viajar dos veces al año para vacaciones.

— ¿irnos...?

— si, podemos gastar sin miedo el dinero que nos dejaron nuestros padres porque me pagaran más en la otra empresa. Sé que siempre haz querido tener una casa con jardín. — me anima —

— Evelyn, en verdad me alegro mucho por tu nuevo empleo— comento sincera— creo que es una gran noticia pero yo no quiero irme de aquí, tengo un trabajo en la pastelería.

— sabes que no necesitas ese trabajo Mariana...

— lo sé, pero estar ahí me hace sentir útil y aunque no recuerde nada de mi pasado no quiero mas cambios en mi vida. Al menos conozco a mis compañeros de trabajo y me siento cómoda ahí. Me gusta. —le explico—

— entiendo... —asiente — sabes que te quiero mucho y siempre voy a desear lo mejor para ti.— me da una sonrisa comprensiva—Si realmente deseas quedarte aquí puedes hacerlo, no hay problema. Te enviaré una mensualidad para que pagues los servicios del apartamento y para todos tus gastos. Podrás ir a visitarme una vez al mes, ni creas que te vas a librar de mí tan fácil — bromea —

— liberarme de ti es algo que jamás voy a querer hacer — río — sabes que te extrañaré muchísimo y prometo ir a visitarte una vez al mes.

— En todo caso si más adelante cambias de opinión házmelo saber de inmediato, una linda habitación estará esperando por ti con paredes color pastel.

— jaja bien, bien.. prometo avisarte si eso sucede.

(...)

Salgo del apartamento acomodando el escote en "V" de mi sencillo vestido color lila. Hoy es mi de descanso y acordé salir a cenar con Dimitri.

Adherida a mi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora