Adherida a mi

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Henry

Esto no puedo estar pasando— camino de un lado a otro en la soledad de mi habitación con mi celular al oído— ¡mierda, contestas!

— ¿Henry?

— ¡hasta que por fin contestas el celular!

— no me hables así

—no estoy para tonterías Mirtha

—¡mierda, no me llames así!, hace años que no escucho ese feo nombre

— necesitamos hablar

— ¿de que? Hace años que no se de ti...

— fue tu decisión alejarte de mi cuanda por fin decidiste traer a Mariana de vuelta, y ahora que lo pienso no debimos hacer nada desde un principio, cedí porque según no te gustaba el trato que mi hermano tenía con Mariana, ademas dijiste que te la llevarias y la cuidarias pero ya veo que el mundo te comió o más bien estabas ansiosa por comertelo tú.— digo esto porque si ella hubiese traidor a Mariana un par de años después de que se fue, ya habría muerto de vieja, pero habria tenido una vida tranquila lejos de mi hermano y todos felices, pero decidió ponerse a conocer el mundo dejando a Mariana inexistente por tanto tiempo — ¿Dime con cuantos te acostaste? ¿Ya tienes hijos?— pregunto con rabia temiendo la respuesta a ello—

— ¡cállate! No eres nadie para hablarme así y no es tu asunto

— ¡soy tu superior y puedo hablarte como me de la gana!, no porque vivas como una humana significa que eres libre, sigues siendo una vampiresa de baja categoría sometida de por vida al patriarcado Blackstore.

—¿quien eres? Que fue lo que te sucedió como para que me trates así porque sea como sea estás actuando muy diferente a lo que eres —asegura con tono de decepción—

—pasó que te comprometiste a alejar a Mariana de Dimitri, me convenciste de ayudarte porque querías salvarla de él, pero sobre todo prometiste que esto no me perjudicaría y no lo cumpliste —suelto con obstinación —

— claro aque lo cumplí, Mariana no sabe nada del pasado y es una chica independiente

— ¡jah! ¿independiente?— la rabia se me sube por la tranquilidad con la que habla— ¡Mariana está viviendo bajo el mismo maldito techo que Dimitri!

— ¿que..? ¿De... de que hablas?, debes estarla confundiendo

— no pongas en duda mi inteligencia Mirtha ni mucho menos mis capacidades de vampiro, recuerda que la presencia de un conocido es inconfundible para nosotros y así hubiesen dieciséis idénticas a ella la podríamos reconocer. ¡es ella!, Está viviendo en la casa de mi hermano, yo que tu empezaría a rezar, porque Dimitri está buscando hasta por debajo de las piedras a la persona que se atrevió a ayudarla en su escape.

—yo... ¿cómo fue posible?, Dios, no debí irme y dejarla sola, creí que...

— ¡basta! Ya no hay nada que hacer, sólo espero que estés preparada para lo que viene. Mejor dicho, para lo que se nos viene gracias a tu descuido.

— no te va a suceder nada... Yo te dije que este asunto era mio, nunca pensé que este dia llegaría pero aun así decidí hacer un plan que mantuve en silencio por si esto pasaba, así que calmate.

— bueno, espero que tu grandioso plan funcione, odiaria tener que enfrentarme a Dimitri para protegerte a ti

— no hay razón para que hagas eso, después de todo soy inferior a ti. — ¡mierda! — te hablaré cuando ponga mi plan en marcha, adiós.— cortó sin darme tiempo de responder —