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Mariana

Peino mi largo cabello igual que cada noche antes de acostarme hasta dejarlo completamente liso.

Siempre recuerdo a mamá al hacerlo, cuidaba mucho mi cabello, ella solía peinarme... siempre decía que mi cabello era igual al de mi abuela, negro como la noche y descomunalmente largo, casi llega hasta mis rodillas de lo largo que es.

Las mujeres suelen llebarlo recogido, es lo usual. esos peinados deber tardar horas, la verdad lucen muy hermosas así, lo sé porque recuerdo a las amigas de mamá, pero yo no podría... se me arruinarian en un segundo con tantos quehaceres que realizo en el día y como mi madre siempre me lo dejaba suelto después de deseredarlo, nunca aprendí a hacer ninguno, y pagarle a alguien para que lo haga sería un lujo que no me puedo permitir, empezando porque si tuviese el dinero lo primero que haría sería comprame unas zapatillas nuevas, sólo tengo un par y están muy desgastadas y rotas, las he tenido que remendar varias veces.

Pero bueno... soy pobre pero no cochina, las lavo y las tiendo todas las noches, ya que al estar expuesta al barro se ensucian con mayor rapidez.

Termíno de tender la pequeña estera en el suelo con unas sábanas que yo misma he hecho con telas de ropa vieja, me acuesto deseando do ir todos la noche porque estoy muy exhausta. No solo por los deberes, sino lo los fuertes golpes que me a dado papá.

Por la tarde llegó a comer y se volvió a ir, y no hace falta ser adivina para saber que se encuentra bebiendo como de costumbre.

El sueño se apodera de mi y ya empiezo a quedarme dormida pero siendo como mi quitan mi Sabana con brusquedad y no quiero abrir mis ojos porque sé que es él. Quisiera que dejará de hacer esto, no quiero, me da mucho asco. Siento como desliza su mano por debajo de mi bata y me remueve para que se aleje pero no lo hace.

- Oh... Elizabeth, regresaste....

siento como mete su mano entre mis bragas. abro los ojos y tomo su mano para alejarla pero eso lo molesta y se lanza sobre mi aprisionandome con fuerza.

- ¡basta papá! ¡No quiero! No me hagas esto por favor, soy Mariana, no mamá!! - lágrimas bajan por mis mejillas porque él no se detiene-

- ¡Maldita zorra, quieta! - gruñe cerca de mi oído y siento su olor a alcohol provocandome náuseas al instante -

Toma uno de mis senos por encima de la bata y sólo quiero que se detenga. Me remuevo como gusano y él no se detiene.

Miro a mi lado y no dudo en tomar el candelabro estrellandolo contra su cabeza, logrando que se aleje rápidamente.

El queda aturdido pero conciente, no dudo en levantarme pero toma mi pié haciéndome caer boca abajo.

-¡¿A donde vas maldita perra?!, ¡¡me las vas a pagar!!! -se sube sobre mi -

- ¡padre, detente por favor! ¡¡Basta!! - pierdo todas mis esperanzas cuando sube mi bata y toma mis bragas -

Me remuevo lo más fuerte que puedo hasta que doy con su cara, sin dudarlo lo tomo arañandolo con todas mis fuerzas provocando un grito de su parte.

No sé en que momento logro salir debajo de él y me echo a correr fuera de la choza como alma que lleva el diablo. Sin importarme que sea de noche, sin importarme que estoy en bata, ignorando el dolor en mi cuerpo que dejaron sus golpes y mis pies descalzos.

Escucho sus gritos a mis espaldas pero no tengo el valor de detenerme porque sé que si regreso me espera lo peor.

Cuando veo que estoy lo suficientemente lejos, me siento cerca de un árbol, miro al cielo encontrandome con hermosas estrellas que me hacen sentir un pequeña paz.

Como quisera ser una de ellas, estar lejos de todo si y de todos..... lejos de él.

Me abrazo a mi misma para apaciguar el frío de la noche y escuchando el canto de las cigarras, caigo así en un profundo sueño.

.

.

Me levanto por el canto de los aves y los fallos del sol que van directo hacia mi cara, me estiro un poco sintiendo como cruje mi espalda por la posición tan incómoda en la que domir.

Me acerco acerco un pequeño arroyo que se encuentra a unos pocos metros de mi, mojo mi cara para despertarme un poco, miro mi reflejo en el agua y veo unos moratones que me ha dejado mi padre. A mi mente llegan los recuerdos de ayer y mi corazón se estruja.

¿En que momento mi vida cambió tanto?

¿porqué me toca sufrir así?

¿Mamá se fue lo mi culpa?, tal vez sí.... de lo contrario no me hubiese dejado con papá.

Tengo que regresar a la choza pero no me quedaré... ya es suficiente, la única razón por la que he aguantado tanto tiempo es porque en el fondo de mi corazón aun te ni la esperanza de que mamá regresara por mi pero soy una tonta, tengo que entender queya no soy una niña y que mamá no regresara jamás. Tengo que ver por mi y aprender a sobrevivir sola. Me acercaré a la choza y esperaré a que el salga, luego entraré por mis cosas y me iré. Y no pienso regresar .

Tadeo (padre)

Esa maldita zorra, quien sabe donde estará! Cuando regrese me va a escuchar, porque tiene que regresar....

Si... ella va a regresar, no me puede echar a perder el negocio, tendré un porcentaje de lo que gane en el prostíbulo, con eso podré pagar las deudas de juego y la cuenta que tengo en la cantina.

por fin me servirá de algo esa maldita, desde que Elizabeth se fue no ha hecho más que estorbarme, sino va a suplir las necesidades que dejó la zorra de su madre, pues entonces que trabaja en el prostíbulo. Espero que al menos para eso sirva.

Temirno de arrglamre y salgo para para cantina, tal vez hoy tenga más suerte apostando, espero que esa zorra esté aquí para cuando regrese.

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Observo de lejos como mi padre sale de la choza, notó notó mira a todos lados y sé que me está buscando, pero me oculto más.

Una vez esta lo suficientemente lejos corro hacia la choza. Empiezo a empacar la poca ropa que tengo, me visto y coloco mis zapatillas. Le doy un plomo vistazo a la choza y una lágrima se me escapa. Despues de todo es el último lugar donde vi a mamá y a mi hermanito.

Salgo de la choza y voy de nuevo a al arroyo para darme un baño rápido.

Necesito llegar al pueblo más cercano para buscar trabajo en un lugar donde me pueda quedar.

Espero que todo resulte bien, ya que nunca he tenido interacción con las personas.

Padre era quien salía a buscar la comida a los pueblos cercanos y nunca me permitió salir mas allá de nuestro pequeño terrero el cual esta lejos de la sociedad, prácticamente en medio de la nada.

Termino de acearme y vestirme para emperender mi viaje a paso lento para no cansarme, tomando el lado opuesto al que siempre se dirige mi padre, no me puedo arriesgar a enontrame con él, asi que tendré que buscar refugio en otro pueblo.

No quiero volver a verlo jamás, a su lado sólo he vivido un infierno, solo espero que algun dia recapacite y se de cuenta de todo el daño que me causó, a mi y a mamá.

Adherida a mi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora