Adherida a mi

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Mariana

Termino de preparar el desayuno para Dimitri, y me encargo de organizarlo muy bien sobre la mesa.

En eso escucho el timbre haciendo eco por toda la mansión. Me pregunto quien será a estas horas de la mañana, pero enseguida recuerdo que ayer en el almuerzo me dijo que en ocasiones Kalika su asistente, venía por las mañanas cuando él se lo pedía.

Me apresura a abrir la puerta pero no es una mujer quien ha venido, es un hombre joven que al verme da un paso hacia atrás y casi parece tambalearse.

— Jo-Joder... — me mira de pies a cabeza y su semblante se torna bastante pálido —

— disculpa, ¿te encuentras bien? — pregunto preocupada al verlo tan descompuesto pero antes de que responda, la voz de Dimitri se oye a mis espaldas—

— ¿que haces aquí? —le pregunta Dimitri un poco serio— se suponía que vendrías el próximo mes.— le dice. Sin embargo, el desconocido no deja de mirarme como si fuese la cosas más extraña del mundo —

—yo...

— deja de mirarla.— ordena Dimitri con brusqueda pero se relaja un poco al ver mi cara de confusión— Mariana, te presentó a mi hemano Henry.

— mucho gusto.

— el gusto es mío

— pasa y sigueme al despacho, tenemos mucho de que hablar — le pide Dimitri—

Dimitri

— ¿co.. como fue que la encontraste?— me interroga una vez nos encerrados en mi despacho—Digo, se suponía que estaba muerta

— lo mismo pensé, pero al parecer alguien se la llevó o lo ayudó a escapar, no estoy seguro de como se dieron las cosas pero el caso es que no recuerda nada de su vida conmigo y eso es algo que voy a averiguar. — tomo asiento en uno de los muebles y el frente a mi—

— ¿pero si ella no te recuerda entonces que hace aquí?

— me encargué de entrar en su vida poco a poco hasta convencerla de trabajar como mi cocinera personal. La primera vez que la vi fue un impacto muy grande para mi, después de vivir tantos años creyendola muerta supe que la vida me estaba dando una segunda oportunidad para hacer bien las cosas con ella. La amo Henry.

— lo se, tú nunca haz sido un hombre de mostrar sus sentimientos, de hecho estaba seguro de que no tenías, pero he sido testigo de lo mucho que haz sufrido desde que Mariana se suicidó. Fue entonces que me di cuenta que la amabas realmente, ya no queda mucho del monstruo que eras antes, digno nieto de mi abuelo. — asiento dándole la razón mientras el suspira melancólico— lo entendí tarde... — susurra esto último dejándome confundido—

— ¿a qué te refieres?— él parece reaccionar dándose cuenta de lo que ha dicho—

—me.. me refiero a que... bueno, te hubiese aconsejado para que... No se, cambiaras un poco tu actitud con ella.

— lo hiciste

—pero después. Si no me hubiese mofado de ti cuando supe que tu pareja era una humana quizá habrías tomado mis palabras en serio cuando y dije que no siguieras obedeciendo al abuelo.

— no te culpes, fue mi decisión ser un maldito con ella. Lo que importa es que ahoda la tengo conmigo y no la pienso dejar ir esta vez, me ganar e su amor. Por otro lado, ya tengo gente investigando sobre su extraña desaparición.— Henry desvía su mirada —

— Dimitri... si la amas ¿porque no dejas el pasado atrás y vives el presente con ella?.—propone—Tómala de una buena forma esta vez y hazla feliz, no hay necesidad de remover el pasado, en que aparte sólo hay marcas de dolor, no vale la pena que ni tu ni mucho menos ella recuerden tanto suplicio.