Henry
Desde que tengo memoria, Dimitri me hizo la vida imposible. Se encargó de que mi existencia pasara a un segundo plano, y que mis padres me vieran como un vampiro sin ninguna utilidad.
Las cenas en familia cuando el abuelo aún vivía con nosotros, se basaban en felicitaciones a él.
A mi abuelo se le llenaba la boca hablando de las increíbles habilidades que poseía Dimitri en el campo de batalla, y que en gran parte le habían sido heredadas por él. Mi hermano sólo se regocijaba con alto ego al escucharlo.
Él siempre hacia lo que quería, lo que le salía de los cojones.
¿pero yo?
Jamás se me preguntó qué me apetecía hacer, sólo me impusieron labores aburridas que al final eran sugeridas por Dimitri.
Me mantuvo alejado de todo lo que representaba ser un vampiro hechicero con honor y grandeza, prácticamente me hizo su asistente condenandome a una silla de escritorio sacando cuentas todo el día.
Aún así no me detuve, mi deseo de creación era muy grande e imposible de contener.
Cuando mi padre le cedió su lugar, fue difícil buscar un espacio para practicar, sobre todo porque está prohibido desobedecer al rey, así fueramos familia su palabra estaba por encima de todo lazo sanguíneo.
Mi familia me ignoró tanto como para darse cuánta la estrecha amistad que surgía entre Mirtha y yo.
Al final fue ella quien descubrió un pasadizo secreto dentro de la mansión diciéndome que era perfecto para que practicará mis hechizos.
Es por eso que tengo que protegerla, ella es la única persona a la que en verdad le he importado. Fue la única que estuvo a mi lado cuando mi pareja me traicionó. Su compañía de alguna forma me mantuvo vivo, cualquier vampiro en mi lugar habría perdido la cabeza, pero Mirtha fue mi calma y esperanza cuando mi alma se hallaba destrozada.
Yo no odio a Dimitri, pero me es imposible convivir con alguien como él, su personalidad y la mía simplemente no cuentan con el más mínimo porcentaje de afinidad.
Estoy seguro que con o sin la aparición de Mariana, tarde o temprano nos terminriamos matando.
Vaya, y cómo no recordar la vez que me castigó por hacerme pasar por un guerrero y colarme en la batalla;
Nuestro reino era el más grande y por supuesto el más respetado, los supuestos Reyes de otras provincias sólo eran marionetas de nuestro régimen.
Los Blackstore siempre tuvieron el control, eran dueños de todo.
Sólo tenía quince años cuando creí estar listo para el combate. Un país cercano que aún no habíamos conquistado, quizo derrocar el nuestro; Calixto, quien era el rey de ese país estaba dispuesto a llegar a la ultimas consecuencias para lograrlo.
Aquél día luché, y lo hice con tanta ganas, pero al final nada salió como lo tenía pensado.
Dos guerreros enemigos me sometieron, uno de ellos clavó una espada en mi abdomen y el otro descubrió mi cara, ya que llevaba una tela de la nariz hacia el cuello.
Los que estaban a mi alrededor se dieron cuenta y me ayudaron, pero sobre todo, le hicieron saber a mi hermano que me había colado.
Cuatro días en el calabozo, lo recuerdo muy bien. Lo único que no logro recordar es cuántas veces azotó mi espalda con su fuete.
Estar bajo el yugo de Dimitri, hipotéticamente significaba permanecer en un al cárcel, condenado a un confinamiento perpetuo.
Quizá por eso no me pareció tan descabellada la idea de ayudar a Mariana, pues sabía lo que se sentia estar reprimido todo el tiempo.
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Adherida a mi
VampireBienvenidas "- ¿Porque me haces esto?, Porque?""- Por que eres mía, de hecho, eras mía desde antes de nacer.Y por supuesto, desde antes de nacer, ya te deseaba.""- Un día te arrepentirás de todo lo que me haz hecho, y ese día no estaré aquí para esc...