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Dimitri

Sin romper el beso la dirigí hacia la cama para recostarnos en ella.

Llevé mis besos hacia su cuello sentiendo en todo mi ser las ganas acumuladas de hacerla mía. Solo que esta vez sería diferente, la amo y sólo ahora comprendo lo hijo de puta que fui con ella por no aceptarla, por despreciarla como si de basura se tratase cuando era en realidad mi tesoro más preciado, mis riquezas son insignificantes a su lado.

La miro a los ojos mientras doy caricias a su larga y brillante cabellera negra. Su respiración es agitada y sus ojos se ven cargados de deseo.

Nunca pensé que algún día me miraría de ese modo sin necesidad de conjurarla.

— Te amo...— le susurro —

— no hace mucho que nos conocemos, ¿como puedes decir que me amas?

— te amo con todo mi ser, y haré todo lo que esté y no esté en mis manos para ganarme tu amor — le aseguro, para después volver a besarla—

Nuestros besos van cobrando intensidad y pronto mis manos reclaman tocar su piel sin ropa de por medio.

Retiro su vestido con delicadeza dejándola con nada mas que una pequeña braga rosa claro y un top a juego.

Quitó mi ropa rápidamente y me hago espacio entre sus piernas.

— Dimitri... — susurra avergonzada. Su se encuentra totalmente sonrojada, y eso sólo me pone más caliente—

— tranquila, confía en mí. Te juro que no haré nada para dañarte — nunca más— pero te ruego que tengas compasión, nunca he deseado ni deseare en mi vida más que a ti. — ella asiente brindandome una sonrisa —

No espero nada más y vulevo a besarla. Aprieto sus pechos aun cubiertos por el top, el cual no dudo en empezar a quitar.

Detengo sus manos al notar sus intenciones de cubrirlo. Tomo uno entre mis manos y dirijo mi boca a el para deleitarme en su dulce sabor.

Ella jadea presa por la excitación que la consume al sentir cada una de mis secciones en sus pechos.

Voy bajando hacia su abdomen y retiro sus bragas lentamente dando besos a cada parte de piel que se asoma.

Al quitarlas por completo abro sus piernas y paso mi lengua por su pequeña apertura. Sujeto sus piernas cuando su espalda se arquea.

Empiezo a succionar perdiendome en su delicioso sabor por largo rato. Sus gemidos erizan mi piel, sin aguantar más me pongo sobre ella y abro más su piernas

— no sabes cuanto te deseo — suceso ido para empezar a hundirme en ella sintiéndome aun más excitado por la calidez de su centro. Empecé con suaves embestidas que pronto fueron en aumento. Nuestros gemidos le hacía compañía al excitante choque de nuestros cuerpos, lo cuales prometían no detenerse jamás, sobre todo el mío

— Di...Dimitri... — gimoteaba —

Despusa de largo rato su centro empezó a contraerse y acelereé mi embestidas. Su orgasmo llegó con fuerza y me corrí por igual en su interior.

La recoste sobre mi pecho par luego dar caricias a su cabello, el cual se hallaba un poco húmedo a causa del sudor.

.

.

Fue por ropa a mi habitación para luego regresar a la de ella.

Al entrar la vi remover las sábanas con desespero. Su toalla de baño cubría su hermoso y perfecto cuerpo.

— ¿qué buscas?

— na-nada... ¿podrías irte? Necesito darme un baño

— eso suena bien, tomemos una ducha juntos...

— ¡no! — responde tosca — sólo... sólo vete, necesito mi privacidad — la veo caminar hacia el baño y tomo su brazo impidiendo que continúe —

— ¿qué sucede?

— ¡nada! No pasa nada — sus ojos se cristalizan — quiero que me dejes sola — un sollozo sale de sus labios y un dolor se aloja en mi pecho por verla llorar. Desesperado por saber que le sucede la todo de ambos brazos acercandola completamente a mí —

— por favor, ¿dime que sucede?. Perdóname si hice algo malo, te juro que lo arreglaré

— ¡no! No haz hecho nada malo, sólo vete ¿quieres? —lágrimas corren por su rostro llenandome de desesperación. Ella se remueve con la intención de alejarse pero no se lo permito

—no te soltaré hasta que me digas qué te sucede, hace un momento todo estaba bien entre los dos. Exijo que me des una respuesta ahora

— ¡no quiero! ¡Déjame! — lucha por soltarse y eso me molesta, no debería querer alejarse de mí, no cuando se ha entregado a mi por voluntad propia —

— ¡no lo haré! — al ver que sus intentos por alejarse de mí son inútiles su cuerpo pierde fuerza y no hace más que romper en llanto. La abrazo sintiéndome impotente por no saber qué rayos sucede, ¿que mierda fue lo que hice?. Intento hacer memoria para saber en qué me equivoqué—

— confía en mí te lo ruego— dejo de abrazarl para acunar su rostro entre mis manos— ¿dime qué te sucede? — le pido suplicante—

Veo la confusión en su mirada y se esfuerza por calmar sus sollozos.

— yo... perdí la memoria el mismo dia que... que murieron mis padres en ese accidente... y...

— por favor, dime...

— no hay...— solloza— no hay sangre en las sábanas y tampoco siento dolor. Creí que ésta sería mi primera vez pero ya veo que no... y odio no saber con quien la perdí, no recuerdo nada... — rompe en llanto y me siento una mierda por haberla tomado de esa manera la primera vez. Aun así, es preferible que llore por no saber a que llore por saber todo lo que le hice, sé que es egoista pero es lo mejor.—

— tranquila... —la abrazo — créeme, no hay nada que deba importarte más que el presente. Yo te amo y lo que sucedió fue maravilloso

— para mi también lo fue, pero entiendeme... no se que tipo de persona era; si me entregué a alguien porque sí o esa persona significaba algo para mí y si es así Evelyn debe saberlo

— no creo, si supiera te lo abría dicho — intento persuadirla para que deje el tema en el olvido—

— tal vez...

— por favor, ya no pienses en eso, prométeme que te concentrarás en nosotros — me mira indecisa—

— e...está bien — beso su frente para luego dirigirla a la ducha—

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❤Maratón: Capítulo 2❤

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