24

783 36 0
                                    

Sabía que me habían ganado de enemigo a mi abuelo, pero siento como si me hubiese quitado un peso de encima, pues él siempre fue muy estricto conmigo.

Sólo con Mariana comprendí que en mi vida había algo más que solo gobernar.

Lo entendí tarde.

Aún así, me siento bien por haber tomado ésta decisión de seguir sin el apoyo de mi abuelo.

Voy a enfocarme en poner aún más en alto el apellido Blackstore. Pero ya no me regiré por la soberbia y la crueldad, ahora comprendo que nada de eso me ha traído nada bueno. Lo haré en su honor.

No dejaré de ser quien soy, pero me esforzaré en ser una mejor persona.

Pero antes tengo algo que hacer.

.

.

En la choza

- Esa desgraciada resultó ser igual de perra que su madre, pero juro que cuando la encuentre le voy a tirar los dientes. - se quejaba el padre de Mariana mientras intentaba ordenar un poco la pequeña choza-

Unos golpe se escucharon en la vieja y astillada puerta.

Dio un respingo apresurandose a abrir con la esperanza de que fuese Mariana, pero en en su lugar se encontró con unos ojos rojos, que sólo reflejaban maldad pura provocando que su piel se helada.

Una imponente figura masculina adornada con ropas finas lo miraba con odio.

El padre de Mariana estaba tan asombrado de ver a alguien así tocando a la puerta de su choza que sólo parpadeo repetidas veces intentando que a sus ojos llegara la lucidez, pues no creía lo que observaba.

-¿quien.. quien es usted? - Dimitri no contestó, sólo se aproximó para ingresa a la choza, y al viejo no le quedo más que hacerse a un lado.-

Observó todo a su alrededor y no entendió como su amada Mariana pudo vivir rodeada de tanta pobreza. No tenía nada, había dos pequeños espacios divididos por teles que hacían las veces de puerta y cortina para lo que se suponía eran habitaciones.

Hizo aún lado una de estas encontrándose con una pequeña estera en el suelo, supuso que era para dormir. Al lado de esta se encotraba un peine bastante viejo, pues le faltaban algunos dientes.

Lo tomó en sus manos reconociendo inmediatamente que era de Mariana, pues una corriente paso de sus manos a todo su ser.

- mi Mariana... - habló en un suspiro, pero fue suficiente como para que el viejo lo escuchara-

- ¿que dijo? ¿Usted sabe donde se metió esa perra? - Dimitri lo miro con rabia encendida y este retrocedió con horror al sentir el impacto de su maquiavélica mirada. Guardó el peine en su bolsillo.-

Lo tomó del cuello en un parpadeo provocando que el viejo empezara a rogar misericordia.

Dimitri

"Por la claridad de mis ancestros y el poder que en mí perdurará hasta la eternidad. Déjame ver."

- Maldita sea, Mariana! aún no haz puesto el agua para hacer la comida! - Mariana saltó del susto al escuchar su voz de su repugnante padre-

- ya... la...la voy a poner.... yo... estaba.. - no pudo hablar más, ya que una fuerte cachetada la tiró al suelo, mojandose en el proceso con el agua que llevaba. -

-Eres una buena para nada, una zorra igual que tu madre!! - la tomó del cabello con fuerza, causando gritos de dolor en ella- te voy a dar el castigo que te mereces maldita bastarda!!

Adherida a mi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora