Han pasado unos días desde la fiesta de cumpleaños de los gemelos, ya se acerca navidad y ahora mismo estoy con Charlotte de compras en el centro comercial, he tenido unos días muy agotadores con mi nuevo puesto de trabajo, la responsabilidad es mucha pero por lo menos ahora tengo un buen horario lo que me permite tener más tiempo libre para ver a mi familia, amigas y por supuesto que también a Noah. Lo único que no me gusta es que cada día tengo más contacto con Oliver debido a que debo informarle de todo lo que pasa en el área que está a mi cargo y cada vez que estamos reunidos y suena mi teléfono su humor cambia drasticamente y en más de una ocasión me ha preguntado si es Noah quién me escribe. Mas vale que deje esa obsesión que tiene por mí y comience a comportarse como el profesional que se supone que es, de lo contrario esto no funcionará.
- ¿Qué crees que debería hacer? - mi amiga me saca de mis pensamientos.
Estábamos hablando de Aiden pero me perdí un momento.
- Creo que deberías aceptar. - respondo.
- ¿No me estabas escuchando verdad? Aceptar el trabajo significaría que el imbécil de Aiden sea mi jefe y tendría que verle la cara todos los días.
- No te parecía tan imbécil en la fiesta si te acostaste con él otra vez. - le respondo riéndome.
- Que pesada eres, estaba borracha y borracha no cuenta.
- Si que cuenta porque sé que lo recuerdas todo y aunque lo niegues el gemelo de Noah te gusta.
- Confesaré que si esta buenísimo pero no me gusta como para tenerlo en plan novio, además estoy segura que se ha acostado con todas las juezas, magistradas y abogadas que ha podido y por eso me ganó el caso esa vez. - dice sin mirarme mientras revisa el precio de una blusa.
- Supera lo que pasó ese día en la corte, Charlotte, fue hace tiempo. En tu trabajo no siempre puedes ganar.
- Como pretendes que lo olvide si mi jefe me lo echa en cara todos los días, desde que perdí contra el engendro del demonio me ponen a cargo de un montón de casos de mierda sin sentido y estoy haciendo más papeleo que nunca con lo que me gusta a mí estar delante de un juez defendiendo casos importantes.
Charlotte toma por lo menos cinco blusas iguales pero de diferentes colores y se acerca a una cajera para pagarlas. Que práctica es.
- Con mayor razón entonces debes aceptar la propuesta de Aiden, no puedes quedarte en tú trabajo actual siendo infeliz. - Ambas salimos de la tienda y noto a Charlotte un poco nerviosa, esta situación le está afectando de verdad. -¿Lo has vuelto a ver?
- Claro que no, no lo he visto desde la fiesta pero si me ha llamado, el engendro me ha dicho que deje de hacerme de rogar y que vaya a su oficina a firmar el contrato que tiene para mí. -comenta mi amiga poniendo los ojos en blanco.
- Házlo. - la ánimo. - Házlo por ti, olvídate de Aiden. Siempre has querido trabajar en ese lugar, no pierdas esta oportunidad. Además sería una buena forma de competir contra él en su propio territorio, demuéstrale lo inteligente y buena que eres en tú trabajo y gana cada uno de los malditos casos. Ciérrale la boca al imbécil.
Charlotte me mira fijamente y me da una sonrisa malvada. Ella definitivamente lo hará.
Nuestra conversación es interrumpida por el sonido de mi teléfono, lo saco de mi bolso y veo que es mi cuñada, no es muy común que ella llame así que contesto.
- ¿Kiara? - Valentina es la primera en hablar.
- Hola cuñada. - la saludo. - ¿Estás bien?
- Siento molestarte pero no estoy bien. - mi cuñada hace una pausa y escucho como se suena la nariz. Ella está llorando. - He discutido con tu hermano y sabes que en este país no tengo muchas amigas. ¿Podemos vernos?
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ENTRE PERROS Y DOCTORES©
Romance- ¿Estás loco? Cómo es que tienes a ese perro sin una correa. - ¿Disculpa? ¿loco yo? Boss sólo quería saludar, fue tu pequeña rata la que lo atacó primero. - ¿Quien te crees que eres maldito estúpido para decirle rata a mi yorkie? - Tú realmente er...