Capitulo 46

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Pov Noah.

El idiota de mi gemelo se casó mientras yo estaba en una cama de Hospital debido a un imbécil que intentó matarme. Ahora entiendo porqué quería irse con tanta prisa a Las Vegas. No sé si sentirme ofendido por no invitarme a la boda, se supone que cuando uno se casa invita a la familia, pero con Aiden nunca se sabe, siempre hace las cosas a lo loco y se apresura en todo.

Si mi hermano me hubiese contado sus planes por supuesto que no hubiera ayudado en la reservación del Hotel y habría pagado esos cinco mil dólares que me estaba cobrando por sacarme de la carcel. Entiendo que esté enamorado de la morena pero se casó demasiado pronto.

Después de la bomba que soltó mi hermano, Madison tuvo que agarrar un abanico y tirarle aire en la cara a mi madre para que no terminara con un infarto mientras Kiara le pedía que se tranquilizara e intentaba cambiar su vaso de whiskey por una taza de té. Y yo como un inútil sentado en el sofá sin poder moverme, a penas respiro porque hasta eso duele debido a la maldita costilla rota. Juro que voy a encontrar al desgraciado que me hizo esto y lo torturare con mis propias manos.

— No puedo creer que nadie me felicitara por mi matrimonio.— dice Aiden molesto sentado a mi lado.

— ¡Yo si lo hice! — contesta Maddie.

— Felicidades. — digo con tono cansado.

— Hermano, una felicitación con un poco más de ánimo no nos vendría mal.

— Aiden, Noah ha pasado por mucho mientras ustedes estuvieron fuera. — me defiende Kiara. — Estoy feliz por ustedes, aunque si creo que se precipitaron un poco pero son adultos que pueden tomar sus propias decisiones.

— Gracias, Kiara. Estamos contentos y más tarde te contaré todo con más detalles.— rompe el silencio Charlotte.

— ¡No puedo creer que mi hijo siendo un abogado de renombre haya hecho semejante estupidez! — grita nuestra madre. — El abogado, dueño del mejor bufete de Inglaterra casado en la ciudad del pecado estando borracho y el oficiante fué un gordo vestido de Elvis.

— Madre, no estábamos borrachos, de hecho éramos los unicos novios sobrios de todas las parejas que vimos. Queríamos hacerlo y no nos dió tiempo de avisarle a nadie, todo fue rápido y luego aprovechamos de disfrutar de una corta luna de miel.

— ¿El matrimonio es falso, verdad? Por favor dime que sí, hijo. De esos matrimonios simbólicos que hacen por allá.

— También hay de esos pero el nuestro es verdadero, mamá. Pagamos por una licencia de matrimonio real.

— ¿Sin un acuerdo prenupcial?

— Sin un acuerdo prenupcial. — confirma Aiden.

— No puede ser. — madre bebe todo el contenido de su vaso de whiskey de un solo trago. — ¡Dios mío por qué me enviaste un hijo tan idiota! Qué pecado tan grande cometí para merecer esto.

— Sra Miller, yo quiero a su hijo y seré una buena esposa. Cuando uno está enamorado hace ciertas locuras y ambos estamos felices. — le dice la morena.

— Tu quieres el dinero de mi hijo, eres abogada así que no eres estúpida. Sabes que antes de casarse hay que hacer acuerdos prenupciales y como no firmaron nada ahora puedes dejar a mi hijo en la calle si quisieras.

— Charlotte no es así, Sra Samantha. Puedo asegurar que ella no haría nunca algo como eso. — opina Kiara defendiendo a su amiga.

— No necesito el dinero de su hijo porque tengo el mío propio, no olvide que también trabajo.

— El sueldo te lo paga mi hijo, Charlotte. Asi que ya le estás quitando su dinero.

— ¡Basta ya, mamá! — la corto. — Aiden se casó. No podemos hacer nada ahora mismo, es tu hijo y deberás apoyar su decisión aunque sea una locura. No se conocen ni siquiera hace año y se casan, ¿Pero quién hace eso en pleno siglo veintiuno?

ENTRE PERROS Y DOCTORES© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora