Capitulo 31

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Han pasado varios días desde que me reconcilié con mi hermano y me siento aliviada, también le conté a Noah lo que había pasado y me dijo que estaba feliz porque ya no estábamos peleados y que él estaba dispuesto a hablar con Alonzo para cerrar el tema de una vez por todas, aunque el tema claramente sólo se cerraría entre Alonzo y nosotros porque todavía debemos contarle a Steffano y mi padre. El problema es que no sabemos como hacerlo, he intentado ensayarlo en mi cabeza y de ninguna forma podría salir bien. ¿Como le diría a mi hermano mayor?, en mi cabeza suena algo así: "Hola, nos estamos acostando y no somos novios, solo es diversión" y luego imagino a Steffano golpeando a Noah, renunciando al trabajo y todo se vuelve un caos.
Creo que mi padre no estaría contento porque no se lo dije y lo mantuve oculto pero él es el que menos se mete en la vida de nosotros, siempre nos ha dicho que mientras sus hijos sean felices él también lo es.

Ahora mismo me encuentro en mi trabajo revisando los resultados de las pruebas que le hice a Max, mi supuesto sobrino como dijo Valentina. El trabajo aquí ha estado intenso y veo diariamente a un Oliver muy estresado por no tener una jefa de cirugía, tiene mucho trabajo encima, se encarga de la clínica en general, pasa la mayor parte del día con pacientes en consultas médicas ya que es el único veterinario oncólogo de la clínica y además ahora debe encargarse de una área extra. No entiendo porqué mi área de cirugía hasta ahora se encuentra sin un encargado cuándo hay varios candidatos, este lugar es grande, tiene muchos cirujanos talentosos, yo solo soy una más del montón, la clínica se caracteriza y es reconocida en el país por realizar todo tipo de operaciones con los pabellones más modernos con última tecnología y se especializa en cirugías de alto riesgo de todas las especialidades. Hacemos todo con tal de ayudar a lo animales.

- Quiero renunciar. - escucho la voz de Gaby que entra despeinada a mi consultorio y se sienta en la silla del otro lado de mi escritorio.

- Todos los días me dices lo mismo pero no puedo ayudarte, díselo a Oliver. - respondo.

- Es que cada vez que lo digo imagino que se lo estoy diciendo al jefe y no a ti. Déjame soñar quieres.

- ¿Qué ha pasado hoy para que te sientas así?

- Oliver, eso pasa. Anda por ahí gritándole a todo el mundo, esta molesto y nadie sabe porqué.

- No es para menos con todo el trabajo que tiene últimamente, yo creo que ni duerme. - le comento.

- Pero eso no justifica que esté bien lo qué está haciendo, es un grosero, gatita. Yo no tengo la culpa que la jefa de cirugía se haya largado.

- Tienes razón. - concuerdo con mi amiga- De todas formas debemos tener paciencia y dedicarnos hacer nuestro trabajo, intenta ignorarlo lo más que puedas.

- Así será. Espero que no se cruce en tu camino, sé que es mi jefe y el dueño de este lugar pero eso no significa que no puedo ser un poco chismosa y pensar que ese hombre es raro y a veces da mala espina.

- Estás igual que Noah, el piensa lo mismo. - digo poniendo los ojos en blanco.

-¿Ves? Si Miller cree eso entonces es porque no es tan descabellado lo que estoy diciendo. Desde que trabajo aquí no se nada de la vida de Oliver, se ve que es alguien muy solitario.

- Sinceramente no me interesa saber de su vida y no me he atrevido a preguntarle nunca porque no quiero que piense que estoy interesada en él. - Gaby se queda pensativa y mira la hora en su reloj pulsera. - Tendrás una cita esta noche con tu chico misterioso?

- Ya ha terminado mi turno. - dice levantandose de la silla. - hasta mañana, gatita.

- ¡Gabriella, ven aquí. Te hice una pregunta!

ENTRE PERROS Y DOCTORES© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora