Capitulo 43

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Estamos sentados en el comedor comiéndo en silencio, ya ni siquiera tengo apetito debido a los nervios pero sigo comiendo tal como lo hacen los demás. Parece que ninguno está dispuesto a hablar. ¿Es que acaso no quieren a su madre?. En casa de mis padres nunca hay estos silencios incómodos.

— La comida está deliciosa. — dice la Sra Miller. — ¿Por qué están tan callados, tan horrible es que venga a visitarlos?

— Claro que no mamá, eres bienvenida cuando quieras. — le contesta Noah.

— De vez en cuando quiero ver a mis niños y tengo que saber cómo va el Hospital por aquí.

— Todo va bien, no debes preocuparte. 

— ¿Ya estás trabajando, Madison?

— No, mamá. — responde Maddie dejando los cubiertos encima de su plato. — Pero pronto lo haré.

— ¿Y qué estás esperando? Ya no eres una universitaria, Madison. Debes comenzar a dirigir el Hospital con tu hermano. — la regaña.

— Sólo estaba familiarizándome con la ciudad y haciendo un poco de turismo antes de comenzar a trabajar. — explica Maddie. — Esta ciudad es muy distinta a Londres.

— Tu hermano necesito ayuda, el próximo Lunes comenzarás a trabajar. El turismo podrás dejarlo para tus días libres.

— Déjala, mamá. Ella comenzará cuando se sienta lista. — cuestiona Noah.

— Deja de defenderla, hijo. Ya no es una niña.

— Lo haré. — interrumpe Madison. — Comenzaré el Lunes.

— Perfecto. Iremos ambas el Lunes, quiero ver con mis propios ojos como está todo.

— ¿Madre, acaso no confías en mí? — Noah pregunta ofendido.

— Claro que sí, si no lo hiciera no estarías a cargo, pero es la primera vez que manejas un Hospital y quiero ver cómo está todo por allá. Mientras antes vea como están las cosas por aquí, más pronto me iré a Inglaterra.

Creo que la madre de Noah no es muy diferente a él, a ambos les gusta tener el control de todo.

— Puedes quedarte el tiempo que quiera, madre. Aiden estará feliz de recibirte en su penthouse, aquí hay demasiada gente y perros.

— ¿Qué? No puedo, necesito tener mi intimidad. Yo y mi erizo Erick ocupamos todo el espacio del departamento. — responde mi cuñado. — Además, mi novia se queda ahí muchas veces.

— ¿Tienes un erizo llamado Erick? — respondo riendo. Es que no lo creo.

Aiden me da una mirada de advertencia para que guarde silencio, pero me es imposible dejar de reír, nunca imaginé que este chico tuviera un erizo y que lo llamara Erick. ¡Que divertido!

Su excusa para no recibir a su madre fue la peor, los erizos no utilizan nada de espacio, son unas cositas pequeñas que no molestan en nada.

— ¿Cómo es eso que tienes novia y no le has dicho a tu madre? Hablamos casi todos los dias, hijo.

— Lo siento mamá, es muy reciente. — contesta Aiden tímido.

Tengo la impresión que Aiden es hijito de mamá, hace todo lo que ella diga o por lo menos intenta hacerle caso y no contradecirla.

— Cuéntame todo sobre esa chica. — exige. — ¿A qué se dedica, de dónde es, tiene hijos, es una cazafortunas?

¿Que le sucede a esta señora? mi amiga no es ninguna cazafortunas, estoy segura que también debe pensar eso de mí. Odio que Charlotte no esté aquí para que le cierre la boca. Mas le vale a Aiden defenderla como corresponde.

ENTRE PERROS Y DOCTORES© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora