Capitulo 26

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Después de una larga semana hoy por fin es Viernes pero mi cuerpo no lo sabe porque estoy realmente cansada, hoy fue un día agotador en el trabajo y eso que hicimos un turno corto, ahora mismo estoy con Gaby en una tienda de muebles porque como ya había comentado, mis queridos perros rompieron el sofá, mi sala se ve horrible y ahora necesito uno nuevo ojalá más resistente que el que tenía.

- Yo que tú no podría ningún sofá en absoluto, tus perros harán de las suyas otra vez. - me dice mi amiga mientras caminamos por los pasillos de la tienda.

- ¿Y qué quieres que haga? No puedo dejar la sala vacía o dejar el que tengo. - cuestiono.

- Pon cojines y te sientas en el suelo como los árabes.

- Gabriella no seas ridícula, estamos en Los Angeles, no en Arabía Saudita.

- Que pesada eres, te está haciendo mal pasar tanto con Miller. - dice Gaby poniendo los ojos en blanco.

- ¿Qué tienes en contra de Noah?

- Es un pesado, solo eso. - me responde sentandose en uno de los sofás de muestra que hay en la tienda.

- A veces puede ser un poco frío pero cuando lo conoces te das cuenta que no lo es y es agradable. - Digo sentandome a su lado.

- Puede ser, no creo que nos llevemos bien nunca pero no me interesa. - Gaby toma mi mano. - Me importa que tú estés bien con él y que no te haga sufrir, ya sufriste mucho con el idiota que estuviste antes.

- No te preocupes. Él me gusta, no lo niego pero no pretendo enamorarme ni hacerme ilusiones.

-Si tú lo dices...

- Si, yo lo digo y te encantará saber que el otro día cuando fuí al Hospital follamos en su oficina, precisamente en su escritorio. - Confieso en voz baja.

- ¡Sexo de reconciliación! - Grita mi amiga y varias personas en la tienda se nos quedan mirando. Sobre todo una señora mayor que no nos quita los ojos de encima.
Ay no, que vergüenza. ¿Por qué no me pude conseguir una mejor amiga un poco más normal y menos gritona?

- Estás loca, tienes que aprender a hablar más despacio. - la regaño.

- Por dios como si toda esta gente no follara. - Dice Gaby riendose y luego por fin baja la voz para hablar. - Y esa señora que no nos deja de mirar debe ser la reina del sexo, se hacen las conservadoras en público pero en la intimidad son las más pervertidas.

- Bueno eso no lo discutiré porque creo que tienes razón. - digo riéndome.

- Espera. Tú igual eres una pervertida. - acusa mi amiga. - ¡Follaste en un Hospital!

- Y fué divertido, no me arrepiento de hacerlo y para que sepas luego ese mismo día en la noche, Noah fue a mi departamento por la segunda ronda.

- Están follando como conejos. - opina Gaby riendose. - ¿Se quedó a dormir contigo?

- Lo hizo. - murmuro recordando. - Y me preparó el desayuno por la mañana, cocina terrible pero por lo menos hace el intento y está vez la comida estaba comestible a comparación de veces anteriores.

- ¿Se ha quedado en tu casa más de una vez? - Pregunta sorprendida. - Tienen un acuerdo bastante raro entonces. Lo siento gatita pero lo de ustedes no es común, parece una relación de noviazgo.

- No somos novios, ya lo sabes.

- Pero se comportan como tal. Yo no me quedo a hacerles el desayuno a los ligues que he tenido antes. Solo era sexo y ya.

- Lo de nosotros también solo es sexo pero no tiene nada de malo que se quede a dormir e intente hacer el desayuno.

- No es que sea malo gatita, pero si solo es sexo lo que tienen no parece porque estan pasando bastante tiempo juntos.

ENTRE PERROS Y DOCTORES© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora