𝗜 𝗸𝗻𝗼𝘄 𝗜'𝗺 𝗻𝗼𝘁 𝘁𝗵𝗲 𝗼𝗻𝗹𝘆 𝗼𝗻𝗲 || 𝗠𝗶𝗴𝘂𝗲𝗹 𝗗𝗶𝗮𝘇

•8•

𝗢𝗹𝗶𝘃𝗶𝗮 𝗞𝗲𝗲𝗻𝗲

Estaba caminando hacia mi taquilla mientras miraba mi móvil.

—Hola, Liv—escuché la voz de Miguel en cuanto llegué a mi taquilla.

—Hola—lo saludé con una sonrisa.

—No me había dado cuenta de que era tu taquilla—mencionó.

Fruncí el ceño.

—Has estado aquí muchas veces—comenté.

—Ya... En fin... He... pensado mucho en ti últimamente—comenzó—. Bueno, no mucho mucho, solo lo normal que... alguien piensa en otro.

Solté una pequeña risa, divertida.

—¿Estás bien?—le pregunté.

—Sí—respondió—. O sea, iba... ¿Quieres que tengamos una cita?

¿Había oído bien?

—¿Una cita?—cuestioné.

—Sí—respondió—... Contéstame, por favor. O moriré de los nervios.

Sonreí.

—Sí, claro—accedí—. Tengamos una cita.

—¡Genial!—dijo con una sonrisa—. ¿Quedamos esta noche?

—Recogeme a las ocho—pedí.

—Sí, hecho. Genial—dijo para después comenzar a caminar, pero al parecer recordó algo causando su retroceso—. Se me olvidaba. No tengo carné.

—Am... pues te recojo yo—ofrecí con una sonrisa.

—Muy bien—respondió.

Le sonreí antes de comenzar a caminar hacia mi clase sin parar de sonreír.

Estaba en una nube en ese momento.

[...]

Aparqué el coche de mi madre frente al Golf N' Stuff.
Bajamos de este.

—Qué curioso, el Golf N' Stuff—le dije a Miguel.

—Ah, podemos ir a otro sitio si no te gusta—mencionó.

—No—respondí—. Nunca he estado aquí.

Comenzamos a caminar hacia donde alquilaban los palos de golf.

》Será divertido.

Le dimos el dinero al señor del puesto antes de comenzar a caminar hacia el minigolf.

[...]

Le di a la pequeña bola con el palo de golf estando a punto de meterla en el agujero.

—Casi—dije.

Miguel colocó la suya, pero yo fui más rápida y la golpeé consiguiendo meterla en el agujero.

—¡Eso es trampa!—se quejó con una sonrisa.

—Llora lo que quieras—respondí de la misma manera.

Después, fuimos a otra pista.

Miguel era bastante malo en el minigolf y no conseguía ganar ni una vez.

En una de esas, se rindió cogiendo la pelota con la mano y metiéndola en el agujero.

—¿Y eso no es trampa?—le pregunté, divertida.